Por Víctor Orozco
Pascual Orozco, Guerrero; Chih.– Un documento casi olvidado en los anales de la Revolución Mexicana, es el acordado en la Junta Revolucionaria reunida en Ciudad Guerrero el día 5 de diciembre de 1910, un día después de que la cabecera del municipio fue tomada a sangre y fuego por los revolucionarios. En este documento, primero de los emitidos por el movimiento armado maderista en la República, se decía: “Las fuerzas republicanas antireeleccionistas en el Distrito Guerrero, Estado de Chihuahua, México, a todos nuestros hermanos en la Constitución de 1857, sabed: Que siendo tantos los atropellos y ultrajes que la tiranía oficial llamada porfirista ha venido desarrollando en todo el país… que nosotros aunque queremos la paz, no queremos la de los esclavos, porque si éstos no tienen libertad, tampoco tienen patria…es por eso que hemos venido a tomar la última resolución de repeler con la fuerza justa esa fuerza bruta, causa de tanto mal y tanta injusticia que pesa sobre nosotros…”. Lo firmaba Pascual Orozco como recién nombrado jefe de las fuerzas insurrectas en contra de la dictadura del general Porfirio Díaz
¿A cuáles injusticias y males aludían estos hombres que habían dejado sus hogares y arriesgado su vida para combatirlos?. Pues a las desigualdades, a los privilegios, a la antidemocracia, a las imposiciones de autoridades, a la corrupción imperante en las instituciones oficiales. En otro escrito, expresaban su decisión de: “…no permitir que se sigan burlando los anhelos (de) la nación en provecho de unos cuantos privilegiados..” ¿Y no suenan estas palabras absolutamente actuales?.
En 1910, en este pueblo, las tierras habían sido acaparadas por una sola persona. Todo el antiguo ejido, originado en una dotación a sus vecinos desde la época colonial, se habían convertido en propiedad privada. Las aguas del río Basúchil de igual manera habían sido acaparadas, como los montes y los llanos. Aquí mismo donde estamos celebrando esta ceremonia se alzaba el cerco que partía el pueblo: “Nos querían tener encerrados, como animales.” me decía hace tiempo Doña Pantaleona Márquez a sus cien años. ¿Y en nuestros días?. También hemos padecido de funcionarios abusones y corruptos, igual los recursos naturales del pueblo, como los materiales del río han sido acaparados y destruidos. Igual, como lo hicieron los vecinos de 1910, tenemos que empeñarnos en una lucha por la justicia social, la honestidad, contra privilegios y complicidades .
En 1892, el año de la insurrección en Tomóchic, había una pequeña escuela en San Isidro, cuya lista de alumnos se conserva en el museo. De los niños inscritos, una tercera parte se alzó en armas diez y ocho años más tarde. En el curso de la lucha armada se incorporó el resto. Una gran parte de ellos murió en las batallas de la Revolución. El pueblo de mujeres solas, viudas, ancianos y huérfanos, sobrevivió, con dificultades, enfermedades y penurias sin cuento. En 1921 se le devolvieron a los vecinos las tierras usurpadas, pero ya no estaban muchos de los reclamantes.
Ahora, en un nuevo plano histórico, con nuevas perspectivas, tenemos que volver los ojos a estos hombres y mujeres comprometidos con sus comunidades. Tenemos un mundo por hacer en este micromundo que es nuestro pueblo. Se ha levantado el museo, gracias entre otras razones a la perseverancia de la maestra Aurora Orozco, se han mejorado algunas cosas, pero requerimos entender que si queremos progresar, si queremos ver a nuestros hijos y nietos con mejores condiciones de vida y horizontes más amplios, es indispensable transformar nuestro entorno. Convertirlo en una lugar en el cual los jóvenes tengan espacios para hacer deporte, para leer en la biblioteca, para acceder a las innumerables fuentes del conocimiento proporcionadas por el internet, necesitamos edificar aquí un centro de cultura donde se celebren reuniones y debates sobre problemas diversos, a donde vengan a trabajar investigadores y creadores. Somos un pueblo de maestros. Cientos hemos salido de estos lares. Necesitamos hacer valer este capital intelectual, convocándolos a todos para que vengan a colaborar. También debemos recuperar nuestro ambiente natural, rescatar y reforestar el río, para transformar sus riberas en espaciosos parques recreativos.
Habremos de pedir apoyo a todas las instancias y niveles del gobierno y por ello nos felicitamos por la decisión del gobernador Javier Corral de acudir a estos festejos conmemorativos del 106 aniversario del inicio de la Revolución Mexicana, justamente aquí, dónde se encendieron los primeros fuegos del movimiento libertario en el territorio nacional. Por cierto, casi nadie recuerda cuándo fue la última fecha que un gobernador pisó el suelo de San Isidro, así que doble motivo para congratularnos.
Pero, necesitamos hacer un esfuerzo los directamente interesados. Fortalecer el comité organizador de estos festejos para convertirlo en una organización permanente, que fecunde y canalice las colaboraciones individuales. Hay que cooperar, sin mezquindad y con la vista puesta en el futuro, de nuestros jóvenes y nuestros niños. Se trata de la mejor inversión que sociedad alguna puede hacer, en obras y acciones, no sólo para elevar las presentes condiciones de vida, sino para pulir la educación de los futuros agentes del cambio. Debemos hacer una propuesta a las entidades públicas: por cada peso que éstas pongan para el desarrollo del pueblo, los vecinos y los originarios de aquí, ponemos otro, para ejecutar las obras públicas proyectadas. Colaborar en ello, es una de las más dignas maneras de honrar la herencia de nuestros ancestros, cuyos nombres están inscritos en este monumento.
En Chihuahua, se ha inaugurado una administración que cuenta con el apoyo de las mayorías, porque ha presentado un programa incluyente, no faccioso, en el cual han tenido cabida personas de distintas afiliaciones partidarias e ideológicas. Y, con un gobernador cuyos antecedentes, como legislador y como periodista, nos hablan de un hombre fiel a sus convicciones democráticas, que no se arredra ante el tamaño de los retos. Y, que ha hecho un compromiso de combatir por todos los medios a la corrupción oficial, causa de tantos agravios y males en este país. Estas circunstancias, ofrecen un escenario de optimismo para el porvenir de nuestro estado, a pesar del increíble saqueo sufrido por las arcas públicas en el sexenio pasado.
La alianza y el esfuerzo conjunto entre las autoridades y los ciudadanos no implican un comportamiento de súbditos: agachados, obedientes y silenciosos. Ejemplos de esta perniciosa conducta, abundan en el pasado. También sabemos de los nefastos resultados cuando las sociedades entregan cheques en blanco a los gobiernos. Si algún legado valioso hemos recibido de nuestros héroes de 1910, es nuestra independencia, la entereza para mirar de frente, como hombres y mujeres libres, así como el compromiso con las grandes causas.
Al ciudadano gobernador quiero decirle que agradecemos su apoyo a la iniciativa para rectificar un error garrafal cometido por el gobernador y por el Congreso del Estado hace unos lustros. Y fue, el haber despojado al municipio de Guerrero y a este pueblo en particular del honroso título de cuna de la revolución. Al nombrar al hermano pueblo de Cuchillo Parado, en automático también se perdió el honor para el estado de Chihuahua, porque se le puso en el rango de todas las entidades en cuyo territorio se desarrollaron actos precursores del movimiento armado, como Sinaloa, Tlaxcala, Yucatán, Puebla, que fueron sofocados o quedaron inconclusos.
Deseamos insistir: no reclamamos otro decreto arbitrario igual que el anterior, le hemos solicitado una iniciativa de ley para abrogarlo y sustituirlo, previos debate público y dictamen formulado por un cuerpo de historiadores calificados. Es lo menos que podemos hacer a favor de la verdad y la justicia histórica, para evitar su manoseo por la demagogia y el interés político.
Fuente: El Diario
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Me Pregunto como lo jóvenes para construir un futuro deben guiarse de un pasado, basado en la corrupción, aumento de la delincuencia, La Justicia corrupta, desde el mas alto nivel político hasta el mas humilde de los alcaldes de este País, Ya pasaron muchos años en este sistema de corrupción que se le puede aconsejar a los jóvenes si todos los días reciben informacion por la redes, prensa de los desvíos, robos de el patrimonio de los Estados, ese es el futuro del aprendiz de nuestros jóvenes,, En la actualidad los jóvenes no aspiran a ser médicos, ingenieros, hombres de ciencia, solo desean ser politicos por ser la forma mas efectiva de ser millonario, y poderoso.