Por Servando Pineda Jaimes/ Hilo Directo
Ante el galimatías ideológico, pragmático y financiero que se avecina en las próximas elecciones, las autoridades electorales y los partidos políticos tienen ante sí dos grandes retos:
1. Convencernos a los electores que pese a este panorama, tiene sentido el ir a votar y
2. Deberán hacer gala de todo su ingenio para que la actriz Aracely Arámbula —imagen de las campañas promotoras del voto— nos explique cómo votar en las próximas elecciones sin equivocarnos y como consecuencia, se incremente el voto nulo.
Vayamos por partes.
En el punto número uno: ¿cómo convencernos que la democracia tiene sentido, cuando vemos que sin el menor rubor los partidos políticos alquilan prácticamente sus siglas al mejor postor con tal de ganar para ellos jugosas –económicamente hablando- prebendas que les da el poder, sin importar el daño que le ocasionan a la democracia, al aceptar votos que no ganaron en las urnas?
Merced a las coaliciones, los minipartidos están en posibilidad de alquilar sus siglas, en este caso al PRI, para que este partido, a su vez, les transfiera artificialmente votos para que puedan acceder por un lado a las prerrogativas económicas que les otorga la Ley Electoral y por el otro a estar representados en el Congreso alineados a quien les hizo el favor de llegar ahí.
De esta forma el PVEM, PT, PANAL y ahora hasta el PRD pasarán a ser partidos satélites del PRI como en su momento lo fueron el PARM, PPS o PFCRN todos ellos de triste memoria. Pero al PAN tampoco le queda el papel de víctima, pues debieron advertir el movimiento que se venía y no lo hicieron, enfrascados que están en sus luchas internas.
El objetivo es claro y diáfano, dejar al blanquiazul en el Congreso con la bancada más pequeña de su historia: si mucho tres, máximo seis diputados en el mejor de los escenarios y eso si ganan dos de mayoría, lo cual se ve prácticamente imposible, con peligro de ni siquiera llegar a ser fracción parlamentaria en el Congreso.
Pongamos en perspectiva este asunto. En las elecciones pasadas el PAN, con 392, 689 votos consiguió dos distritos de mayoría: el 03 y el 04, y en consecuencia obtuvo 4 diputados plurinominales. En cambio el Panal, con tan sólo ¡26, 260! obtuvo un distrito de mayoría pero éste con un candidato priísta, lo que le permitió conseguir 3 diputados más pero plurinominales. ¿Qué cómo puede ser posible esto? Pues gracias a que la Ley Electoral lo permite y merced a su coalición con el PRI que transfirió votos ficticios a partidos ficticios.
En el segundo caso, esta mescolanza política pondrá a prueba a los funcionarios del IEE para que le expliquen a la gente cómo votar razonadamente sin que se equivoque el elector, ya que las coaliciones no son totales, son parciales y en algunos municipios se llega al extremo de ir juntos para alcalde, pero solos o en candidatura en común para síndicos y parcialmente para diputados.
¿Qué significa esto? Que usted, amable radioescucha, recibirá sus tres boletas: una para la alcaldía, otra para su diputado/a y otra para síndico. El chiste es cómo votar pero sobre todo, a quién le va a dar su voto. Por ejemplo, en Juárez, si un priísta vota por Enrique Serrano, a su vez le estará dando su voto al PVEM o al Panal, que de esta manera tendrán acceso a votos que de otra forma nunca conseguirían. En cambio los priístas de Chihuahua capital cuando voten por su síndico, lo harán pero por un perredista, Héctor Barraza, que va en candidatura común. No se diga en Parral, donde los perredistas, petistas, verdecologistas, panalistas y hasta ¡los priístas! —sí oyó usted bien los priístas— deberán votar pero por un ¡panista! Sí, otra vez escuchó usted bien, un panista: Miguel Jurado que va en coalición con algunos partidos y con otros en candidatura común. ¿Qué cómo puede ser esto? En nuestra democracia chihuahuense, donde las ideologías se han difuminado, esto y más, es posible. Bien pudiéramos decir que para los partidos, con tal de ganar un “hueso”, hasta con el diablo se aliarían si fuera necesario.
Y luego nos andamos quejando de que la gente no sale a votar y que nunca le ganamos al abstencionismo…