Agotado, Sicilia entrega la estafeta

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El poeta y activista Javier Sicilia y un centenar de víctimas de la narcoviolencia generada por la lucha militarizada de Felipe Calderón contra el narcotráfico, concluyeron su recorrido por Estados Unidos con una procesión de denuncias celebrada en Washington. “Queremos que dejen de apoyar una guerra contra las drogas que ha generado muerte y dolor a decenas de miles de mexicanos”, declaró Sicilia al encabezar la procesión de quejas contra el gobierno de Barack Obama, por respaldar al frente militarizado contra el narcotráfico de Calderón.

Luego de este viaje, Javier Sicilia ha decidido retirarse un tiempo del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, que él lidera y con el que planeó la caravana y aparentemente no habrá de regresar como el líder más visible del movimiento.

“Me voy un par de meses y regreso, y me incorporaré de otra manera al movimiento, pero estaré ahí”, señaló Sicilia, quien se mostró “muy cansado” tras un año y medio de actividad después de la muerte de su hijo Juan Francisco en marzo de 2011, que le empujó al activismo.

“Es un momento para mí, debo estar también con mi familia y vivir mi duelo, en realidad no he podido vivir la profundidad de este duelo”, añadió el líder del MPJD, quien no teme que el movimiento pierda fuerza sin su nombre en la cabecera e incluso cree que “es tiempo de empezar a pensar en otros actores” del movimiento.

Acompañado por un centenar de personas que integran la Caravana por la Paz con Justicia y Dignidad –que inició su recorrido por más de 25 ciudades de Estados Unidos el pasado 11 de agosto– Sicilia llegó a Washington a exigirle a los poderes Ejecutivo y Legislativo no sólo que dejen de apoyar con armas para el Ejército Mexicano, sino que redoblen sus esfuerzos para contener el tráfico de armas, la demanda y consumo de narcóticos entre los estadunidenses.

En el último recorrido por la capital estadunidense, Sicilia y la Caravana por la Paz elevaron sus pancartas en las que condenaron al gobierno de Calderón, y denunciaron que muchos de los responsables de la narcoviolencia, desaparición de personas y de violaciones a los derechos humanos viven en la impunidad.

“Vivos los queremos”, gritaban al unísono las madres víctimas de la narcoviolencia que perdieron a sus hijos en el sexenio de Calderón, y hasta ahora no han recibido un solo apoyo de parte del gobierno para localizar a sus seres queridos.

Antes de la última procesión por Washington, varias de las madres que han perdido a sus hijos por la lucha contra las drogas, se entrevistaron con legisladores federales para pedirles mayor comprensión al problema del narcotráfico en México. Les solicitaron presionar a las autoridades mexicanas en materia de respeto a los derechos humanos; y que patrocinen leyes más humanas para controlar y restringir la venta de armas en Estados Unidos.

Sicilia ya había hecho su parte en un encuentro que sostuvo este martes en el Departamento de Estado, con la subsecretaria María Otero, encargada de temas de democracia, protección social y derechos humanos.

El poeta mexicano se reunió este miércoles con Julia Chávez, una funcionaria de la Casa Blanca de la Oficina de Asuntos Latinos, a quien le pidió que Obama aborde el tema del consumo y demanda de drogas como un problema de salud pública, y no como una guerra contra quienes trasiegan y producen los narcóticos.

La última marcha o procesión de la Caravana por la Paz y de Sicilia en su largo recorrido por Estados Unidos, arrancó de la Iglesia episcopal San Estevan y la Encarnación, y concluyó en el parque Meridian/Malcom X, ubicado sobre la histórica calle 16, que hacia el sur termina frente a la Casa Blanca.

En el último recorrido por Washington de la Caravana por la Paz, los seguidores de las ONG que colaboraron en la organización del recorrido histórico de familiares y víctimas de la narcoviolencia, se sumaron a las demandas que enarbola Sicilia. La procesión que inició por la tarde de este miércoles, terminó ya entrada la noche en la capital estadunidense.

El parque Meridian/Malcom X se llenó de centenares de pancartas de los caravaneros y de los gritos de denuncia de muchos de éstos; pero al final, los mexicanos celebraron con música y comida, su paso imborrable por las ciudades estadunidenses, dejando el mensaje de crear una conciencia más humana sobre lo que sufre la sociedad mexicana, por un gobierno que no escucha a su pueblo, y por otro que aborda su problema de drogadicción desde una perspectiva equivocada.

En los medios más influyentes de Estados Unidos, como los diarios The New York Times y The Washington Post, así como en los noticiarios de las cadenas nacionales de televisión como ABC, NBC, CBS y Fox, el recorrido de Sicilia y de la Caravana por la Paz, así como sus demandas, han pasado totalmente desapercibido.

Fuente: APro

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