París, ¿bien vale otra cumbre?

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Sólo en 2013, los jefes de Estado y de gobierno de la UE han tratado, aprobado y vuelto a aprobar en cinco de sus reuniones en la cumbre un muy modesto, por su escasa financiación, Plan de empleo juvenil. La última vez, el 12 de noviembre en París. El Plan todavía no se aplica y hay problemas para que comience a hacerse en enero de 2014. Este artículo quiere ilustrar una intolerable forma de hacer política en relación con el principal problema de España y de Europa: el desempleo masivo.
Por Javier Doz/ Nueva Tribuna
Lo que está sucediendo con el Plan de empleo para jóvenes (no digamos ya con el Plan de crecimiento y empleo de junio de 2012) es, una vez más y peor conforme el tiempo pasa y se acumulan repeticiones de lo mismo, un puro escándalo. Ya tuve ocasión de escribir sobre la cuestión, el pasado 30 de mayo, comentando otro encuentro de alto nivel de líderes políticos europeos que organizó, también en París, el Foro Berggruen el pasado 28 de mayo. Entonces nos volvieron a proponer lo que ya había sido aprobado en la cumbre del Consejo de febrero de 2013: un Plan de empleo para jóvenes con una dotación de 6.000 M€ para todos los países de la UE. Como novedad transmitieron la voluntad de “adelantarlo a comienzos de 2014”. [Sic]
Desde entonces, otras cuatro cumbres del Consejo Europeo han aprobado, matizado, debatido, o “manifestado la voluntad”.de enfrentarse al “drama del desempleo juvenil” (como si el de los mayores no lo fuera también o estuviera en vías de solución). Nada se ha hecho todavía. A pesar de que bastantes medios de comunicación, en sus crónicas de la última cumbre parisina, traslucen críticas en el sentido de las que llevo tiempo formulando, no existe todavía una reacción política contundente, en España y en Europa, que denuncie esta intolerable forma de hacer política.
La Cumbre de París del 12 de noviembre no ha tratado ni aprobado nada nuevo ni resuelto ninguno de los problemas que existen –alguno grave- para la ejecución del Plan. Ha sido sólo una nueva operación de imagen, en este caso para que Hollande tenga en París su cumbre sobre el empleo de los jóvenes, como la tuvo Merkel en Berlín en el mes de julio, en plena precampaña electoral.
En lo que va de año, los jefes de Estado y de Gobierno han “tratado” o/y “aprobado” un “miniplan” de empleo para jóvenes, de apenas 6.000 M€, en cinco cumbres del Consejo. Además, algunos de ellos han participado en otras reuniones y foros, bilaterales o multilaterales, de alto nivel para mostrar que hablan de lo mismo (París, Roma, etc). Reuniones a nivel ministerial ha habido unas cuantas más.
Cumbres del Consejo sobre el empleo de los jóvenes celebradas en 2013
La lista de cumbres del Consejo que trataron o/y aprobaron la cuestión, en 2013, es la siguiente:
– Bruselas (extraordinaria), en febrero: aprueba el Plan.; se dice que España recibirá 1.900 de los 6.000 M€.
– Bruselas (ordinaria), en junio: se aprueba que los países que reciban fondos del Plan tienen que cumplir los contenidos el Plan de Garantía de jóvenes de la Comisión Europea; se afirma que se ejecutará en 2014/2015 y no en siete años. La principal conclusión de la Cumbre, tal como se vende a los medios de comunicación es la nueva “aprobación del Plan”.
– Berlín (informal), en julio: operación de imagen de Ángela Merkel para transmitir que Alemania tiene sensibilidad por el desempleo de los jóvenes en los países del Sur, a pesar de la imposición de la austeridad. Se invita a los interlocutores sociales a reuniones paralelas. No surge ninguna nueva iniciativa.
– Bruselas (ordinaria), en junio: vuelve a mencionarse en las conclusiones como tema tratado en la cumbre. Se publicita que los gobiernos deberán remitir los planes nacionales a la Comisión antes del mes de diciembre y que el libramiento de los fondos se realizaría partir de enero de 2014.
– París (informal), en noviembre: no ha tratado nada nuevo y ni siquiera ha resuelto los problemas planteados por la ejecución del Plan, el principal de los cuales afecta a España. Su celebración fue un empeño de Hollande para mejorar su imagen que vive horas bajas. También se invitó a los interlocutores sociales europeos a reuniones paralelas.
Algunos antecedentes, entre 2010 y 2012
Pero la preocupación y la “urgencia” de las instituciones europeas y de los gobiernos nacionales para paliar las terribles consecuencias que sus políticas de austeridad y devaluación interna han tenido y siguen teniendo en el empleo, y en el empleo de los jóvenes, tienen antecedentes que se remontan a tres años atrás.
La Comisión comenzó a formular su propuesta de Garantía juvenil europea a finales de 2010. En esencia, su contenido es: todo joven europeo en paro tendrá derecho a acciones de orientación profesional y formativa y a una oferta de empleo o una oferta de formación.
Pero como recordó Durao Barroso, muy enfadado, en el Parlamento Europeo, el pasado 28 de mayo: “Seré muy claro, hay una proliferación de nuevas iniciativas cuando aún no se han puesto en marcha las antiguas. Eso nos resta credibilidad. La Comisión impulsó en 2011 una garantía para el empleo juvenil, que fracasó por el rechazo de cuatro países: Reino Unido, Suecia, Dinamarca y Alemania”
La necesidad de un plan europeo para el empleo de los jóvenes y la propuesta de la Comisión sobre la Garantía joven, volvió a retomarse en el Consejo ordinario de junio de 2012, aquél en el que se aprobó el Plan de crecimiento y empleo de los supuestos 120.000 M€. Plan fantasmal, sin dinero nuevo alguno, pura operación de imagen y de contabilidad de papel supuestamente creativa. Plan del que nunca más se ha vuelto a saber en sus capítulos principales.
¿Qué fue del Plan de crecimiento y empleo de los 120.000 millones?
Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE llevan todo el años 2013 hablándonos del “miniplan” de los 6.000 M€ para que, entre otras cosas, nos olvidemos del plan de los 120.000 millones que aprobaron en junio de 2012 para nunca cumplir. Este incumplimiento ha tenido otro efecto, particularmente indeseable en un período en el que Europa ha vivido su segunda recesión y un incremento del desempleo que se ha acercado a los hasta los casi 27 millones de parados: 55.000 M€ para inversiones, de los ya de por sí escasos Presupuestos plurianuales de la UE del período 2007-2013, procedentes de los fondos estructurales y de cohesión y no gastados, van a pasar al Marco presupuestario plurianual 2014-2020 (aún más escaso). Todavía no se sabe nada de su posible destino, si es que lo tienen y no terminan esos dineros amortizados por los tesoros nacionales.
Esta es, en el campo de la realidad no en el de las palabras y las operaciones de imagen, la escasísima importancia que los jefes de Estado y de gobierno europeos han dado a las iniciativas europeas para enfrentarse al principal problema económico y social de Europa.
La pequeña dimensión del Plan de empleo para jóvenes de la UE
Para hacerse una idea de la nimiedad de los 6.000 M€, basta comparar esta cifra con lo que reclama la Confederación Europea de Sindicatos (CES) en su propuesta de Plan de inversiones europeo recientemente aprobado. Para poder crear unos 10 millones de empleos netos en diez años sería necesaria, según la CES, una inversión de 260.000 M€, el 2% del PIB europeo, cada año. 2,6 billones de euros (de 2013) en total. Para 2014 y 2015, la propuesta que se ha vuelto a airear en París supone sólo un 1,16% de lo reclamado por el sindicalismo europeo; 86 veces menos.
Conflicto con las pretensiones del Gobierno de Rajoy
Pero, además, el Gobierno de Rajoy tiene un problema que se deduce de una lectura atenta de la prensa y de las declaraciones de nuestro presidente al término de la reunión de París.
No parecía muy satisfecho Rajoy, cuando afirmó que, si para enero no habían llegado los 1.800 M€ que le correspondían a España (100 menos que en anteriores anuncios), los sacaría de los recursos del Estado español y haría para que no contaran para el objetivo de déficit del Plan de Estabilidad. Y añadió: “Se gastará en todos los programas de emprendimiento y empleo joven: ayudas, bonificaciones a la Seguridad Social y rebajas de impuestos”.
Y ahí está el problema. La Estrategia de emprendimiento y empleo joven que quiere poner en marcha el Gobierno español, a base de rebajas de impuestos y cotizaciones sociales para la contratación de jóvenes, choca con los contenidos de la Garantía joven de la Comisión cuyo cumplimiento es condición para recibir los fondos. Por otra parte, resulta imposible aplicar los compromisos de la Garantía joven si el Estado español no añade recursos propios a los 1.800 millones europeos. Porque estamos hablando de empleo o formación para casi un millón de jóvenes en paro en nuestro país, el 56,7% de los que no estudian.
El Gobierno español todavía no ha remitido a la Comisión Europea la versión española del Plan para su aprobación ¿Aprobará la Comisión el plan español, en los términos que quieren Bañez y Rajoy? ¿Lo hará antes de terminar el año para que podamos recibir los fondos del plan europeo en enero? Todo apunta a que las dificultades son serias y no se han resuelto en la cumbre de París. En mi opinión el contenido de las acciones de la Garantía juvenil europea es preferible al de la Estrategia de emprendimiento y empleo joven del Gobierno de Rajoy.
¿Hasta cuándo esta mala y poco democrática forma de hacer política de la UE?
Las políticas de austeridad y reformas estructurales (léase recortes y devaluación interna) que tan nefastas consecuencias económicas, sociales y políticas han tenido y continúan teniendo se mantienen en lo esencial. Ahora sólo se flexibilizan y se introducen algunas medidas llamadas “correctoras”. Pero, como en el caso que nos ocupa, esas medidas son muy débiles, se adoptan y aplican con una insoportable lentitud y, sobre todo, son más operaciones de imagen que instrumentos que permitan cimentar el imprescindible cambio de rumbo que necesita la UE para salir de la crisis y recobrar la confianza de la ciudadanía. El mal fondo y la mala forma se contaminan mutuamente.
Hoy, lo que viene de la mano de la confusión, el oscurantismo y la tergiversación no puede ser democrático. Y tampoco será útil. Si en el pasado, para algunos, París bien valió una misa, en el presente no está nada claro que haya valido para alguien una cumbre como la última de París.
Fuente: NuevaTribuna.es

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