El sexenio del Presidente Enrique Peña ha puesto fin a leyendas criminales de los cárteles de Sinaloa y de Juárez, así como de las organizaciones de los Beltrán Leyva y Los Caballeros Templarios.
Entre éstas se encuentran Joaquín “El Chapo” Guzmán; Miguel Treviño Morales, “El Z-40”; Héctor Beltrán Leyva, “El H”; Vicente Carrillo Fuentes, “El Viceroy”, y Nazario Moreno González, “El Chayo”. Pero, en ese mismo periodo, 10 narcotraficantes de alto perfil salieron de la cárcel, la mayoría tras compurgar una sentencia condenatoria corta.Sólo uno de estos narcotraficantes que logró salir de prisión tras purgar su castigo volvió a ser detenido y se encuentra nuevamente tras las rejas.
Los otros nueve están libres, algunos de los cuales, por el momento, están ilocalizables.
En algunos de estos casos, la justicia federal concluyó que fueron violadas las garantías del debido proceso de los inculpados, pues los testigos protegidos que soportaban las imputaciones resultaron falaces y algunas capturas derivaron de cateos sin orden judicial.
El caso más emblemático es el de Rafael Caro Quintero, quien el 9 de agosto de 2013 cumplió una reclusión de más de 28 años, pues un tribunal estimó que debió haber sido juzgado en la jurisdicción local y no en la federal.
El capo sinaloense Jesús Albino Quintero, “Don Beto”, quien conciliaba los intereses de los cárteles de Sinaloa y del Golfo, también quedó en libertad tras ser condenado por un juzgado federal del DF el pasado 12 de junio a 12 años de prisión, pena que ya había cumplido días antes del fallo.
Otro narcotraficante de alto perfil que también dejó la cárcel es Carlos Alberto Rosales Mendoza, “El Tísico”, quien tenía influencias en Guerrero y Michoacán hasta 2004, cuando fue detenido. Rosales, quien llevó a Los Zetas a Michoacán hace más de una década y era el jefe de Nazario Moreno, fundador de La Familia Michoacana y Los Caballeros Templarios, salió del penal federal de Matamoros el pasado 22 de mayo.
En este caso, un juzgado de Jalisco lo condenó a casi 10 años de prisión, pena que también acababa de cumplir, pues fue detenido en el 2004 por el Ejército en Morelia, Michoacán. Para Albino Quintero y Carlos Rosales la moneda aún está en el aire, pues si bien están libres, en breve podrían ser perseguidos de nueva cuenta, debido a que la PGR apeló sus sentencias y los tribunales unitarios podrían modificarlas.
Algo similar pasa con Martín Alejandro Beltrán Coronel “El Águila”, mando del Cártel de Sinaloa en Jalisco, tras la muerte de su tío Ignacio “Nacho” Coronel, absuelto y liberado el 24 de septiembre por fallas en el debido proceso e inconsistencias de testigos protegidos.
La PGR impugnó su exoneración ante un tribunal unitario.
La suerte es muy distinta para Ricardo García Urquiza, “El Doctor”, mando del Cártel de Juárez liberado el 17 de enero pasado; Roberto Beltrán Burgos, exonerado el 16 de mayo siguiente de ser operador del Cártel de Sinaloa, y Rogelio González Pizaña “El Kelin”, operador del Cártel del Golfo liberado el 30 de agosto.
García Urquiza y González Pizaña consiguieron que los tribunales de alzada les ratificaran o disminuyeran condenas que ya tenían cumplidas, mientras que con Beltrán un tribunal unitario confirmó su inocencia por no hallarse elementos que lo vincularan al narcotráfico.
José Gil Caro Quintero “Jogil”, el sobrino de Rafael Caro Quintero detenido en 2004, también quedó en libertad tras cumplir una condena de 10 años con 5 meses de prisión.
Sin embargo, aunque no dieron detalles, algunas fuentes consultadas dijeron que fue detenido y hoy nuevamente se encuentra internado en el Penal de Puente Grande, Jalisco.
En el 2013, además de Caro Quintero, también salió de prisión Arturo Hernández González “El Chaki”, uno de los operadores más sanguinarios del Cártel de Juárez, quien en abril cumplió sus condenas de 10 años de prisión por lavar dinero en el sistema financiero.
Otro de los personajes que abandonó la prisión es Adán Medrano Rodríguez “El Licenciado”, en su momento considerado uno de los principales operadores del Cártel del Golfo.
