El republicano Greg Abbott fue electo este martes abrumadoramente en Texas, siendo el primer nuevo gobernador en 14 años, aumentando el número de líderes del “Partido del Te” —ala extrema de los conservadores— que ocuparán poderosos puestos a nivel estatal en un contundente rechazo al desafío más optimista y fuertemente financiado de los demócratas en décadas.
Wendy Davis, cuyo estrellato político a nivel nacional superó su intermitente actuación como candidata, pagó un peor costo que la última demócrata que se postuló para gobernadora de Texas en el 2010.
No obstante, pese a la tendencia general en el estado, en el Condado de El Paso Davis venció a Abbott con el 60.44 por ciento de los votos frente al 37.15 del actual procurador del estado.
La dispareja derrota fue una lamentable realidad para los demócratas y un deleite para los republicanos, que disfrutaron vencer a una contrincante de alto perfil cuya campaña fue diseñada por los arquitectos de la reelección del presidente Barack Obama.
Los primeros resultados muestran que Abbott, quien fue el procurador general del Estado desde el 2003, venció a Davis por un margen de 3 a 2.
“Creo que la mayor parte del país está tratando de parecerse más a Texas esta noche”, comentó el gobernador Rick Perry, quien estuvo animando a los asistentes para cuando llegara su sucesor en una fiesta para celebrar la victoria que se llevó a cabo en Austin.
Perry no trató de reelegirse a un cuarto término récord debido a que pretende postularse para ocupar la Casa Blanca en el 2016.
Los otros dos candidatos presidenciales del Partido Republicano para el 2016 —el senador Ted Cruz y Jeb Bush— estuvieron presentes para brindar con Abbott.
El intento de Davis para atraer a las mujeres votantes quedó corto, ya que estuvieron divididas entre los dos candidatos, de acuerdo a los resultados preliminares de una encuesta de salida realizada por The Associated Press y estaciones de televisión.
Consiguió la ventaja entre los votantes hispanos, pero los caucásicos se colocaron abrumadoramente al lado de Abbott.
Se espera que las cifras del resultado final se tendrán hasta la noche del miércoles, aunque una constante lluvia que hubo el Día de la Elección en todo Texas podría haber disuadido a algunos de un récord de 14 millones de votantes registrados del Estado.
Abbott de 56 años de edad, se convertirá en el primer gobernador electo de Estados Unidos que está en silla de ruedas desde 1982.
Está paralizado de la cintura para abajo después de haber sido golpeado por un árbol que cayó mientras hacía ejercicio cuando era estudiante de Leyes, hizo de su biografía la piedra angular de una campaña que agresivamente cortejó a los votantes hispanos con un énfasis sin precedentes desde que George W. Bush abandonó el puesto para competir por la Casa Blanca.
Abbott asumirá el poder en el mes de enero, teniendo una agenda que se apegará al conservadurismo de Texas.
Gobernará al lado de Dan Patrick, un conservador locutor de radio y fundador de la camarilla política del Partido del Te en la legislatura.
Patrick fue electo subgobernador de una manera fácil a pesar de evadir a los reporteros y de usar una retórica beligerante que incluso condenaron otros republicanos.
De muchas maneras, los resultados en las urnas dicen más acerca de la política de Texas que la competencia estelar de 83 millones de dólares entre Abbott y Davis que casi estableció un récord.
Ken Paxton, otra figura habitual del Partido del Te que recibió un raro apoyo del senador Ted Cruz, logró la victoria y ocupará el puesto de procurador general a pesar de que se tiene contemplado llevar a cabo una investigación criminal sobre su desempeño como asesor de inversiones.
El republicano Sid Miller contrató al rockero Ted Nugent como el tesorero de su campaña al postularse para comisionado de Agricultura —el puesto en donde empezó Perry— y derrotó a un ganadero que era el nominado demócrata simplemente porque el partido no le puso a otro candidato.
Esto ayuda a explicar por qué razón los demócratas de Texas no han ganado un puesto de elección en todo el Estado en 20 años, siendo la racha perdedora más prolongada en el país.
Aunque los demócratas de Texas llegaron al Día de la Elección y no pudieron cerrar la brecha que parecía inconcebible hace 17 meses cuando Davis se convirtió en la sensación a nivel nacional cuando obstaculizó durante casi 13 horas las restricciones sobre el aborto en Texas.
Un sondeo entre 1 mil 939 votantes de Texas detectó que están divididos equitativamente sobre si el aborto debe ser legal o ilegal.
“Sé que están decepcionados esta noche”, dijo Davis.
“Y es correcto que lo estén. Pero no deben estar desalentados porque lo que tenemos frente a nosotros es una oportunidad para remodelar la imagen de este estado”.
Davis tuvo problemas con la estrategia y la prensa desde el inicio, cambió a los encargados de su campaña durante el verano y transmitió arriesgados anuncios por televisión durante el otoño, incluyendo uno en que destacó el que Abbott usara una silla de ruedas.
Se mantuvo cerca de Obama durante casi un año y recibió su apoyo al final de la campaña.
“El que Texas se hubiera puesto azul me hubiera parecido bien. Me hubiera fascinado”, comentó Russell Dreyer de 33 años de edad, un ex bombero que vive cerca de Austin y que votó por Davis”. “Pero así es Texas”.
Fuente: AP