Por Sanjuana Martínez
Las vergüenzas que nos hace pasar Enrique Peña Nieto, son muy penosas. Cada vez que sale al extranjero rogamos para que no nos deje en ridículo con sus errores y dislates.
Hemos comprobado con estupefacción, su falta de cultura, preparación y talento. Sabemos que la lectura no es su fuerte, que los idiomas no se le dan, que no domina la improvisación, pero el papelón que ha hecho en algunos actos públicos en su reciente visita de Estado a Canadá, supera lo esperado.
El señor Peña Nieto ni siquiera conoce el significado de los conceptos básicos del espectro político. Sus prejuicios no le permiten ver más allá. Y fue Barack Obama quien finalmente le dio una lección sobre la interpretación negativa del concepto “populismo”.
¿Cómo definimos a un populista? Obama explicó que durante todos estos años ha trabajado por el “bien de los ciudadanos” y particularmente para que todos los niños tengan las mismas oportunidades de las que él disfrutó: “Me preocupo por la gente pobre, que está trabajando muy fuerte y no tiene la oportunidad de avanzar. Y me preocupo por los trabajadores, que sean capaces de tener una voz colectiva en su lugar de trabajo… populista es quien trabaja por la gente, por los pobres, porque los niños tengan una buena educación y una madre trabajadora sepa que puede confíar en el cuidado de su niño y un sistema que sea justo y que permita que personas, como yo, que se han beneficiado de las oportunidades ofrecidas, deban pagar un poco más para permitir que niños de otros menos afortunados puedan tener las mismas oportunidades… se deben de poner límites al sistema financiero y transparencia en los sistemas fiscales para que no existan personas que evadan el pago de impuestos… Supongo que eso me hace un populista”, dijo el Presidente de Estados Unidos ante la cara de admiración del señor Peña Nieto.
¿Por qué Peña Nieto se refirió a Donald Trump como un “populista”? Simple falta de cultura general y exceso de prejuicios. Obama lo corrigió diciendo que el candidato republicano no merece ese título por las siguientes razones: “No le queda a alguien que no ha luchado por la justicia social, que no se ha preocupado por los trabajadores, ni a alguien que dice algo controversial, solo para ganar votos, o que establece un discurso de ‘ellos contra nosotros’. Ese tipo de personajes están más cerca de la xenofobia y el cinismo”, dijo.
Obama fue más allá, definiendo el concepto poniendo de ejemplo a Bernie Sanders, quien contendió por la candidatura presidencial de los demócratas contra Hillary Clinton: “él si merecería genuinamente el título de populista”, dijo Obama ante el silencio sepulcral de Peña Nieto, ese silencio que surge cuando sabes que la has regado.
Pero volvamos a la pregunta: ¿qué es el populismo? La Real Academia de la Lengua dice: “Tendencia política que pretende atraerse a las clases populares”. Según otras acepciones, se usa para “designar a la corriente ideológica que sostiene la reivindicación del rol del Estado como defensor de los intereses de la generalidad de una población con el fin de lograr la justicia social y el estado de bienestar”.
Bien, entonces, la pregunta es: ¿Por qué Peña Nieto utiliza el término “populista” en términos peyorativos? Obviamente porque a su gobierno no le interesa la justicia social y porque sus políticas económicas han generado una fabrica de hacer pobres (55 millones de mexicanos, la mitad de la población es pobre). El gobierno de Peña Nieto está sumamente alejado de generar un estado del bienestar para los mexicanos.
Nunca antes, los trabajadores mexicanos que ganan 70 pesos diarios, 3 dólares con 50 centavos, habían sufrido tanto para mantener a sus familias y acceder a la canasta básica. ¿Quién puede sobrevivir con mil 700 pesos mensuales? Nadie, pero esa cantidad la ganan 15 millones de mexicanos.
Aunque dice el señor Agustín Carstens, gobernador del Banco de México (Banxico), que 320 pesos semanales alcanzan para el gasto de una familia e incluso le sobra para comprar la comida del perro o del gato.
El funcionario, aconsejó que las familias de los trabajadores “privilegien el consumo de productos saludables”. Seguramente se refiere a las frutas y verduras que también él consume. Su recomendación fue concretamente, que las familias incluyamos en nuestra dieta lo siguiente: “frutas de estación, legumbres, salmón, trufas blancas y carne de res”.
Lo del salmón está difícil, porque el kilo anda en 350 pesos. Lo de las “trufas blancas” sigue siendo un misterio. Carstens recomienda un producto de la cocina europea, cuyo precio supera los 3 mil euros el kilo, más o menos, 60 mil pesos. Sería bueno que el señor Carstens recibiera un sueldo de 320 pesos semanales, para aplicarle sus propias recomendaciones.
Luego de conocer el tipo de funcionarios y gobernantes que tenemos, tan insensibles a las necesidades del pueblo al más puro estilo capitalista, ¿ustedes qué prefieren? ¿Populistas o capitalistas como el señor Peña Nieto y su equipo?…. Está claro: ¡Bienvenidos sean los populistas!
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