Villa Purificación, Tanhuato, Apatzingán: ¿Enfrentamientos o ejecuciones?

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Villa Purificación, Tanhuato, Apatzingán… Catalogadas por el gobierno federal y los estatales como “enfrentamientos” con el crimen organizado, masacres como las recientemente perpetradas en esas localidades de Jalisco y Michoacán guardan similitudes: ocultamiento o distorsión informativa por parte de las fuerzas o autoridades implicadas, excesos cada vez más graves en el uso de la fuerza –tipificables incluso como delitos de lesa humanidad– e impunidad sistemática. En lo que respecta a Villa Purificación, Jalisco, una investigación de Proceso ubica la cifra extraoficial de muertos civiles en 43, el doble de los reportados de manera oficial. Y en todos los casos, la duda es la misma: ¿se trató de enfrentamientos o de ejecuciones?…

Por Alberto Osorio M. Y Felipe Cobián R. / Proceso

Villa Purificación— En esta población el mes de mayo se llevó la quietud.

Hoy, tropas militares sobrevuelan la zona y patrullan calles, carreteras y brechas; también plantan retenes. Los uniformados de la Fuerza Única Rural (FUR) sustituyeron a los municipales, quienes fueron detenidos por supuestos nexos con el narcotráfico y liberados en masa una semana después.

Molestos por la prepotencia de los soldados y agentes de la FUR, los comerciantes cierran las puertas de negocios y sus casas. Un helicóptero de la Procuraduría General de la República (PGR) maniobra en el aire y desciende para recoger a un presunto detenido, herido u occiso. Luego vuelve a elevarse…

Los habitantes de este pueblo, plantado casi en el paraíso hace cinco siglos, viven en la zozobra, temen enfrentamientos similares al del viernes 1, cuando sicarios del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) tumbaron el helicóptero Cougar EC725 al Ejército.

Veinte días después de ese encontronazo, en la contraesquina del Palacio Municipal, a la sombra del escaso arbolado de la plaza principal, a un costado de la parroquia, se concentra una decena de personas. Son familiares de los muertos y desaparecidos desde aquel viernes 1.

IGNORAN SUS NOMBRES

Algunos vienen de municipios jaliscienses alejados; otros son de entidades vecinas. Tardaron días en llegar. Y luego, tras horas de infructuosa espera, decidieron regresarse, pues ninguna autoridad les dio razón sobre los 43 cuerpos que los peritos del Servicio Médico Forense (Semefo) se llevaron al Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF) de Guadalajara.

Estarán pendientes de los resultados del juicio de amparo (el número 666/2015) interpuesto por su abogado, Javier Díaz, en el Juzgado Quinto de Distrito en Materia Penal para proceder a la identificación de los cadáveres, dicen.

Sin embargo, el instituto asegura que sólo podrá hacerlo si la Fiscalía Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (Seido) lo autoriza. Por el momento ni siquiera puede entregar los resultados de las pruebas del ADN para saber sus nombres.

MIEDO E INDIGNACIÓN

De acuerdo con testimonios de los familiares de las personas muertas o desaparecidas tras la refriega del viernes 1, los soldados amontonaron los cadáveres y los tuvieron a la intemperie durante dos semanas. Los retiraron cuando ya estaban en fase de putrefacción.

Fue hasta el domingo 17, dicen, cuando las autoridades iniciaron la toma de muestras para la realización de exámenes genéticos.

La señora Rosa Mondragón Serrato, esposa de Juan Antonio Gaona de la Mora, un trabajador de la mina de Villa Purificación que desapareció el viernes 1, relata: “Desde el sábado 2 estoy buscando a mi esposo. Ese día recibí la llamada de un hombre que me dijo que vio cuando Juan Antonio fue abatido por el Ejército.”

Continúa: “Juan Antonio es un hombre de trabajo. Es empleado en la mina de Villa Purificación. Al principio estaba en Colima, pero después se lo llevaron a Villa. Él iba a mi casa cada 15 días. La última vez que lo vi fue el pasado 15 de abril; su última llamada la recibí el día 30. Me dijo que estaba bien y me mandó mi dinero de la semana, pero no hubo nada que me dijera o me hiciera sospechar que las cosas no estaban bien.

“Pienso que mi esposo estuvo en el lugar y en el momento equivocado. Si acaso es cierto que lo mataron, no tienen por qué negarnos su cuerpo.

“El día que fui ahí fue el lunes 4 de mayo. Estuve aquí en Villa Purificación, pero no me dieron acceso. A mí me corrió el personal del Ejército. Se ve que están muy molestos.

EN MANOS DE LA SEIDO

Recuerda que el domingo 17, luego de que tomaron muestras genéticas a los hijos de los desaparecidos, se les pidió acudir el miércoles 19 a la delegación de la PGR a declarar. La cita era a las 10 de la mañana. Pero ese día nadie esperaba a esas personas.

Los responsables de Comunicación Social informaron que no estaban enterados de esa visita. Luego dijeron a los medios que serían atendidos por gente de la Seido que venía de la Ciudad de México. Cerca del mediodía, los familiares de los desaparecidos fueron atendidos por el delegado de la PGR, Gerardo Vázquez, quien les aclaró que todo lo relacionado con la averiguación previa 228/2015 estaba en manos de la Seido.

La señora Mondragón Serrato dice que el grupo de inconformes es representado por personas que se atreven a alzar la voz. No obstante, admite que la mayoría de la gente está preocupada e indignada porque ni el Ejército ni las demás autoridades les permiten reconocer a los muertos. Otros tienen problemas porque no pueden moverse hacia sus ranchos para darles de comer al ganado.

Agrega: “Yo me dirijo al presidente Enrique Peña Nieto y al gobernador Jorge Aristóteles Sandoval Díaz y les pregunto: ¿por qué no piden una investigación real sobre lo acontecido en Villa Purificación? Pregunto si saben qué está pasando en las poblaciones y rancherías de El Grullo, Autlán, La Huerta, El Limón, Casimiro Castillo, Cuatro Caminos, Tonaya.

SALDOS DE LA GUERRA

A tres semanas del intento fallido por capturar a Nemesio Oseguera Cervantes, “El Mencho”, líder del CJNG, se estima que han fallecido por lo menos 60 personas tan sólo en la Costa Sur Jalisco, incluidos los nueve militares que iban en el helicóptero derribado.

A esos 60 fallecidos se agregan los 43 civiles caídos el viernes 22 en un presunto enfrentamiento entre sicarios del CJNG en Ecuandureo, Michoacán, en los límites con Jalisco. De acuerdo con el reporte oficial, varios desconocidos agredieron a balazos a un grupo de policías federales y que después se refugiaron en el rancho de El Sol.

Hasta el viernes 22, el número de “víctimas fatales” de la Operación Jalisco sumaban al menos 104, incluidos los civiles de Villa Purificación cuyas vestimentas eran de camuflaje y presumiblemente formaban parte del grupo de guardaespaldas de “El Mencho”, según los testimonios recogidos por los reporteros. Uno de ellos —afirma uno de los entrevistados— incluso tenía una gorra negra con la leyenda “Fuerzas Especiales, CJNG”.

(Reportaje que se publica en la revista Proceso 2012, ya en circulación)

 

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