Uruguay busca su destino sin Mujica

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Un período de bonanza económica encabezada por el Frente Amplio y la popularidad del presidente saliente José Mujica no garantizan la victoria de la coalición de gobierno en las elecciones presidenciales del 26 de octubre. Las encuestas marcan una paridad entre el oficialismo y la oposición y, según analistas, el Frente podría perder la mayoría parlamentaria de la que goza desde 2005 e incluso la presidencia.

Muchos uruguayos han trabajado toda su vida y no han cumplido el sueño de tener una casa propia. Pero a sus 29 años, Mauricio Fonrodona, técnico en seguridad laboral, es dueño de una vivienda y de un automóvil que ya cambió un par de veces.

Hace ocho años Fonrodona empezó a trabajar en una gigantesca empresa productora de pasta de celulosa, de capital finlandés, con 800 empleados que ganan sueldos privilegiados y tienen una rutina laboral en la que trabajan seis días corridos y descansan cuatro, beneficios que muchos uruguayos envidiarían. Otras 4.000 personas trabajan en su cadena de producción, lo que no es poco en un país de apenas 3.2 millones de habitantes.

Fábricas como ésta son el símbolo del Uruguay de la última década: un país que crece, que atrae la inversión extranjera y cuyos salarios reales han aumentado 12,6%. Indicadores de una exitosa política económica que logró reducir el desempleo a un dígito (6,7%, la última cifra de agosto), luego de décadas de cifras de desocupación de dos dígitos, y cuyo PIB ha aumentado ostensiblemente los últimos cinco años.

Con ese panorama, podría creerse que el Frente Amplio, que lidera Mujica en la presidencia, tendría asegurada la victoria en las elecciones del 26 de octubre. Pero no es así. Las encuestas marcan una paridad entre el oficialismo y la oposición sumada. Según analistas consultados, el Frente, puede perder la mayoría parlamentaria de la que goza desde 2005 e incluso la presidencia.

Los últimos sondeos muestran a esta coalición que incluye a centroizquierdistas, comunistas y exguerrilleros al frente de las preferencias con un porcentaje que oscila entre 39 y 46%, seguido del Partido Nacional con 31 y 34% y en tercer lugar el derechista Partido Colorado con entre 11 y 19%.

La ley uruguaya indica que si un candidato no consigue el 50%, los dos más votados deberán dirimir la elección en una segunda vuelta que se haría el 30 de noviembre. Todas las encuestadoras pronostican una segunda vuelta entre el Frente Amplio y el Partido Nacional.

Mujica no es el candidato del Frente porque la reelección está prohibida. Quien se postula es el expresidente Tabaré Vázquez, de 74 años, que gobernó entre 2005 y 2010. Su principal rival es Luis Lacalle Pou, de centroderecha, hijo del expresidente Luis Alberto Lacalle, que gobernó entre 1990 y 1995.

A sus 41 años, Lacalle Pou se ha convertido en la sorpresa de las elecciones: venció en la consulta interna de su partido al senador centrista Jorge Larrañaga, de larga trayectoria, y pocos días después volvió a sorprender cuando logró que aceptara acompañarlo como su candidato a la vicepresidencia.

“Una parte de la sociedad ha mudado su estado de ánimo y parece exigir nuevos prospectos a la dirigencia política”, dice el politólogo Daniel Chasquetti, del Instituto de Ciencias Políticas de la Universidad de la República.

Lacalle Pou ha sabido sintonizar con esa demanda. Su eslogan es “por la positiva”. En un gesto sorprendente para la política local, reconoce los logros del gobierno y anuncia continuar las políticas que los permitieron. Pero promete superar las trancas que impiden que Uruguay alcance un estatus de país desarrollado. “Vamos a innovar”, promete en un aviso televisivo con ritmo de hip-hop.

“Una parte de los uruguayos parece agradecerle al Frente Amplio por sus logros de gobierno pero ahora aguardan algo realmente diferente. Es un estado de sensibilidad donde los sectores medios hacen punta”, agregó Chasquetti. “Al reconocer los logros del gobierno, estos uruguayos esperan una propuesta superadora y no contraria a lo que se ha hecho hasta el momento. El que vendrá debe continuar con todo lo bueno que hizo hasta ahora el Frente Amplio, pero apuntar a más, lo cual significa completar, corregir y sobre todo, proponer nuevos horizontes”.

Una encuesta reciente de Cifra dice que algo más de la mitad de los uruguayos (52%) aprueba la gestión de Mujica. La encuesta entrevistó a 1.000 personas, tiene tres puntos de margen de error y contrasta con la imagen de Mujica en el exterior, donde es considerado una luminaria desde que pronunció un discurso en la conferencia Río +20 que atacó el consumismo global.

Cuando el Frente Amplio asumió el poder en 2005, el entonces presidente y actual candidato Vázquez volvió a convocar los consejos de salarios, instancia de negociación salarial entre empresarios y sindicatos, que ha jugado un importante rol en la mejoría de los sueldos. En contraste, las políticas de Mujica, como la legalización del mercado de la marihuana y el matrimonio gay no crean el mismo entusiasmo popular. “A la gente le cuesta mucho identificar cosas concretas que haya hecho Mujica en temas de su interés”, dijo Adriana Raga de la consultora Cifra.

“El pensamiento de Mujica me encanta, pero evaluar su gestión de gobierno es otra cosa”, dijo Sebastián Silva, cerrajero de 31 años, que atiende un pequeño comercio.

“La gente está conforme con la situación económica y más de la mitad aprueba la gestión de Mujica”, agregó Raga. “Pero al mismo tiempo ya pasaron dos gobiernos del Frente Amplio y hay temas que no se solucionan: la seguridad pública, la educación. Y muchos dudan si un tercer gobierno del Frente podrá hacer lo que no se hizo en diez años”.

Los robos con violencia aumentaron en todos los años de gobierno de Mujica y pasaron de 11.391 en 2009 a 16.718 en 2013. En febrero, el propio candidato a la vicepresidencia del Frente Amplio, Raúl Sendic, fue robado dos veces en una misma semana.

En materia educativa, los resultados que obtuvo Uruguay en las pruebas internacionales PISA 2012, que miden el nivel de los estudiantes de secundaria de distintos países, fueron los peores en matemáticas, comprensión de lectura y ciencia desde 2003. El porcentaje de estudiantes de secundaria que repite un año lectivo supera el 32%. Y el 10% de las clases se pierden por falta de profesores.

“El Frente Amplio se ha equivocado mucho, muchísimo, en el gobierno. Por ejemplo, se gasta una fortuna de dinero para darle una computadora a cada escolar pero no se puso el mismo empeño en capacitar mejor a los maestros”, dijo el cerrajero Silva.

Educación y seguridad son dos aspectos que Mujica había prometido mejorar y no lo hizo, lo que la oposición recuerda una y otra vez. También había prometido poner atención al medio ambiente, pero el explosivo crecimiento de los cultivos de soja (se sembraban 7.000 hectáreas en 1996 y hoy más de un millón) y la instalación de grandes proyectos industriales, como las pasteras, comenzó a generar problemas como la contaminación de los principales ríos.

Para Raga, además, se han encendido algunas luces amarillas en la marcha de la economía como una inflación que bordea el 9% anual.

Sectores de la oposición dicen que los gobiernos del Frente Amplio sólo aprovecharon los altos precios de las materias primas que Uruguay exporta (soja, carne), y la instalación de fábricas de pasta obedecen a un plan forestal que inició en 1987 el Partido Colorado.

El Frente Amplio responde que el país ha tenido condiciones favorables en otras ocasiones y que nunca había crecido tanto.

“He escuchado que discuten quién tiene el mérito de la llegada de las pasteras”, dice Forondona. “Yo no sé gracias a quién fue, sé que fue algo bueno para Uruguay, pero no creo que tenga un color político”.

El tercero en discordia en las impredecibles elecciones es Pedro Bordaberry, de 54 años, candidato del Partido Colorado, pero las empresas de opinión pública dicen que su posibilidad de meterse en el balotaje es remota.

Raga, de la consultora Cifra, no aventura a un pronóstico definitivo: “Hoy la opción más conservadora es votar a Vázquez y al Frente. Lo novedoso es Lacalle Pou y los uruguayos por lo general le tienen un poquito de temor a lo muy novedoso”.

Fuente: AP

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