Urgen al gobierno de Peña a proteger periodistas

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El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ por sus siglas en inglés), la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Freedom House y el escritor italiano Roberto Saviano condenaron el asesinato del fotógrafo Rubén Espinosa Becerril, colaborador de Proceso y Cuartoscuro, y exhortaron a las autoridades mexicanas a investigar en profundidad su homicidio y todos sus posibles motivos, “como en particular pudiera haber sido en represalia por su trabajo”.

Rubén Espinosa fue asesinado junto a la activista Nadia Vera y otras tres mujeres en un departamento de la colonia Narvarte de la Ciudad de México. Los cinco cuerpos presentaban tiros de gracia. Las cuatro mujeres fueron violadas. Espinosa y Vera habían expresado su temor por amenazas recibidas desde, dijeron, el gobierno de Javier Duarte de Ochoa en Veracruz.

Carlos Lauría, coordinador senior del programa de las Américas del CPJ, dijo que “ya es hora de que las autoridades federales y locales adopten las medidas necesarias para combatir la grave crisis de libertad de prensa que atraviesa México. Esto significa investigar en profundidad el asesinato de Espinosa y todos sus posibles motivos, como en particular que pudiera haber sido asesinado en represalia por su trabajo”.

El Comité recordó, mediante un posicionamiento público, que Rubén Espinosa “huyó [de Veracruz]luego de haber sido amenazado en una de los estados más letales para periodistas en la región y fue asesinado seis semanas después en un lugar antes considerado como un refugio seguro en el país”.

Indicó que el gobierno de Duarte ha intentado en el pasado desestimar cualquier vínculo posible entre los asesinatos de periodistas y su profesión.

“En julio, Duarte afirmó ante la prensa: ‘No hay que confundir libertad de expresión con representar la expresión de los delincuentes a través de los medios’ y acusó a los periodistas locales de colaborar con los grupos criminales”, dijo que el CPJ.

Carlos Ponce, director para las América de Freedom House, dijo este día que “con el nivel de violencia contra periodistas en México aumentando a un ritmo alarmante, esperamos que este caso no se convierta en el último ejemplo de la impunidad generalizada que impera en México, que para los periodistas es casi del 90 por ciento”.

“Las autoridades federales, en ejercicio de su poder y bajo el artículo 73 Constitucional, deben llevar a cabo una investigación a fondo y considerar este asesinato como un ataque a la libertad de expresión”, dijo Ponce.

El escritor italiano Roberto Saviano, autor de varios libros que desvelan el entramado de la mafia y por los que ha sido amenazado, condenó en su perfil de Facebook la muerte de Rubén y el hecho de que los crímenes contra periodistas en México queden impunes.

“Se llamaba Rubén Espinosa y era un fotoperiodista. Desde el sábado, su nombre aparece en la larga lista de periodistas y trabajadores de los medios muertos en México, porque hicieron su trabajo.Rubén colaboraba con la revista de investigación Proceso. Recientemente había abandonado el estado de Veracruz, donde vivía, porque había recibido amenazas: alguien lo había seguido y le había tomado fotos. Rubén había entendido que estaba en peligro. Veracruz es uno de los estados más peligrosos para los periodistas: Según el CPJ, la organización internacional para la protección de los periodistas, desde 2010, al menos 11 periodistas asesinados sólo en este estado. Por esto Rubén se había trasladado a la ciudad de México, donde creía que era más seguro. Pero esto no fue suficiente: el sábado su cuerpo fue hallado sin vida, con dos heridas de bala, en la capital mexicana. Sus enemigos lo siguieron hasta allí, donde se había visto obligado a exiliarse. México es uno de los países más difíciles para la prensa. Según datos de las autoridades mexicanas son más de 100 periodistas los asesinados en el país desde 2000. Los asesinatos siguen creciendo, así como continua creciendo el nivel de impunidad: a pesar de que casi la totalidad de estas muertes se pueden atribuir a la delincuencia organizada, en la mayoría casos los perpetradores permanecen sin rostro”, escribió Saviano.

En tanto, la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la CIDH condenó hoy el asesinato de Espinosa y exigió que se investigue el crimen “de manera pronta y oportuna” para indentificar y sancionar los responsables.

La Relatoría consideró que “cuando tales delitos quedan impunes, esto fomenta la reiteración de actos violentos similares y puede resultar en el silenciamiento y en la autocensura de los comunicadores”.

“En 2014 fueron ocho los comunicadores asesinados en el país presuntamente vinculados al ejercicio de su libertad de expresión y este año, contando el de Espinosa, se han registrado cinco casos”, recordó la Relatoría a través de un comunicado.

La oficina de la CIDH exhortó a las autoridades mexicanas a investigar “de manera exhaustiva” la hipótesis según la cual estos crímenes estarían asociados con el ejercicio de la libertad de expresión y la defensa de los derechos humanos.

También pidió que se pongan en práctica todos los instrumentos con los que cuentan para “identificar, procesar y sancionar a los responsables materiales e intelectuales”. Y pidió que se adopten medidas de reparación justas para los familiares de las víctimas.

Junto al Comité otros organismos nacionales e internacionales han manifestado su repudio por este multihomicidio.

Once organizaciones sociales que conforman el Frente por la Libertad de Expresión y la Protesta Social dijeron ayer que los asesinatos de Rubén Espinosa y Nadia Vera ocurren en medio de un contexto de violencia contra los periodistas, y con especial incidencia en Veracruz, en el que las autoridades estatales y federales han sido incapaces de cumplir sus funciones.

La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) dijo que “si las investigaciones confirman que este aberrante múltiple homicidio tiene relación con la labor periodística de [Rubén] Espinosa, estaríamos en presencia de un acto gravísimo contra la libertad de expresión”. En tanto, Amnistía Internacional pidió a las autoridades agotar “todas las líneas de investigación posibles a fin de esclarecer los hechos”.

La representante de ONU Mujeres en México, Ana Güezmez García enfatizó que “toda muerte violenta de mujeres tiene que ser investigada desde la perspectiva de feminicidio”. Acerca del caso de cuatro mujeres asesinadas, entre ellas la activista veracruzana Nadia Vera, la mexicalense Yadira Quiroz, Nicole de 29 años y una trabajadora doméstica del Estado de México y del fotoperiodista Rubén Espinosa, Güezmez García declaró que ONU Mujeres condena este crimen, así como “ONU Mujeres se opone a toda forma de violencia”.

“Estamos hablando de violencia sexual asociada, de crímenes que tienen un grado de atrocidad y terror asociado con el simple hecho de ser mujeres. Cuando insistimos tanto en tipificar los crímenes de odio como el feminicidio es porque tienen estas características que los hacen peculiares”, explicó en su primera visita a Baja California.

La Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) manifestó este martes su repudio por el asesinato de Rubén Espinosa y expresó su solidaridad con los periodistas mexicanos. En un comunicado, la FAPE recuerdó que ya son 64 los periodistas que han perdido la vida en 2015 en todo el mundo con la muerte de Espinosa, que habitualmente desempeñaba sus labores en el Estado de Veracruz y se había refugiado en la capital mexicana tras recibir múltiples amenazas.

Para la organización internacional Reporteros Sin Fronteras “el asesinato cobarde” de Rubén Espinosa Becerril obliga a las autoridades mexicanas a esclarecer este caso a través de una investigación imparcial, independiente y a profundidad que permita encontrar a los autores materiales e intelectuales de este crimen.

“RSF expresa su profunda indignación y su consternación por el asesinato de Rubén Espinosa Becerril. Por desgracia, el caso de este periodista ilustra la escalada de la violencia en el país […] Consciente de la gravedad de las amenazas que enfrentaba en Veracruz, Rubén Espinosa Becerril había decidido exiliarse en la ciudad de México, donde pensó podía refugiarse, ponerse a salvo. No obstante, se convirtió en el octavo periodista asesinado desde el inicio del año 2015″, lamentó Emmanuel Colombié, responsable del Despacho Américas de esa organización.

En tanto, el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) refirió que Veracruz es uno de los estados más peligrosos para la prensa en México.

“Cuatro periodistas han caído en represalia directa por su labor desde 2011, según la investigación del CPJ. Otros siete periodistas fueron asesinados bajo circunstancias poco claras y al menos tres periodistas han desaparecido en el estado en el mismo período”, detalló la organización internacional.
Dijo que Espinosa había sido amenazado en repetidas ocasiones en los últimos años.

El CPJ indicó que el gobierno de Duarte ha intentado en el pasado desestimar cualquier vínculo posible entre los asesinatos de periodistas y su profesión. “En julio, Duarte afirmó ante la prensa: ‘No hay que confundir libertad de expresión con representar la expresión de los delincuentes a través de los medios’ y acusó a los periodistas locales de colaborar con los grupos criminales”.

Refirió que Espinosa nunca acudió al mecanismo oficial de protección para periodistas bajo riesgo, según informó al CPJ un funcionario del gobierno federal que pidió el anonimato.

“El fotógrafo informó al CPJ en junio que había abandonado Veracruz luego de darse cuenta tres veces en un día que había individuos que lo seguían y que le habían hecho gestos y miradas intimidatorios. Agregó que en 2013 formó parte de un grupo de periodistas que fueron atacados por la policía en septiembre de 2013 durante un desalojo de estudiantes y profesores en una manifestación. En 2012, afirmó, un sujeto no identificado ‘me agarró de la camisa, me arrojó contra una cortina de metal y me dijo: ‘Párale de tomar fotos…si no quieres terminar cómo Regina Martínez’”, detalló el CPJ.

El Comité dijo que la violencia vinculada al crimen organizado ha convertido a México en uno de los países más letales para la prensa en la región. “Numerosos periodistas han abandonado sus estados y muchas veces encuentran refugio en la Ciudad de México, que ha sido considerado un lugar seguro en comparación con el resto del país”.

Fuente: Sin Embargo

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