Un quinto autobús y un SMS abren nuevas interrogantes

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El informe presentado por el Grupo Interdisciplinario de Expertos y Expertas Independientes (GIEI), integrado por cinco representantes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), abre nuevas interrogantes en el caso de la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa “Raúl Isidro Burgos” como es la existencia de un quinto autobús y de un mensaje de texto enviado la madrugada del 27 de septiembre.

El documento presentado ayer por el GIEI habla sobre un quinto autobús que desapareció de la escena y que nunca investigó la Procuraduría General de la República (PGR) como parte de su verdad histórica. También revela la existencia de un mensaje de texto que  el normalista Jorge Aníbal Cruz Mendoza envió a su madre la madrugada del 27 septiembre.

El informe dice que el teléfono celular de Cruz Mendoza registra una llamada a las 22:16 horas del 26 de septiembre desde una antena cercana al Palacio de Justicia de la ciudad de Iguala de la Independencia con coordenadas 18o19 ́44” N, 99o30 ́27” W lugar donde se encontraba el autobús Estrella de Oro 1531. Precisa que el normalista recibió un mensaje a las 22:23:20 horas.

Posteriormente, dice el documento, a las 01:16 horas del día 27 de septiembre, su madre recibió este mensaje: “mamá me puede poner una carga me urge”. De este mensaje no se tiene conocimiento de la coordenada, refiere el documento presentado por el GIEI de la CIDH.

“Después del 28 de septiembre al 20 de octubre diversas llamadas y mensajes entraron al celular de Jorge Aníbal. EL GIEI no ha podido determinar si hay razones técnicas que expliquen estos hechos, pero ha solicitado la investigación de estos mensajes, debido a que según las declaraciones de inculpados los teléfonos habrían sido destruidos inmediatamente”, refirió el Grupo de Expertos.

Otra de las interrogantes abiertas en el caso de los 43 normalistas tras el informe del GIEI es la existencia de un quinto autobús que desapareció de la escena, que nunca investigó la PGR, ni consignó en su expediente y que para los expertos independientes pudo ser el detonante de la agresión a los estudiantes, al ser un vehículo posiblemente cargado con droga o con dinero.

“La acción de tomar autobuses por parte de los normalistas, a pesar de que tenía otros objetivos, como era obtener transporte para que los normalistas provenientes de diferentes escuelas normales pudieran participar en la marcha del 2 de octubre, podría haberse cruzado con dicha existencia de drogas ilícitas (o dinero) en uno de los autobuses, específicamente en ese autobús, Estrella Roja”, dice el informe “Investigación y primeras conclusiones de las desapariciones y homicidios de los normalistas de Ayotzinapa”.

Los expertos revelaron que hay un autobús, que se puede apreciar en un video proporcionado en julio de este año por la central camionera de Iguala, en el que se aprecia que el vehículo que toman los normalistas sale por la parte de atrás de la terminal, se conduce hacia el Periférico Sur, pero prácticamente desapareció del expediente de la PGR.

El autobús desaparecido, un Estrella Roja, consta en la primera consignación realizada por la Procuraduría General de Justicia del Estado de Guerrero, pero es inexistente en el expediente posterior que arma la PGR, a pesar de que los normalistas insisten en que tomaron cinco camiones y no cuatro, como consignó en un primer momento la dependencia federal.

“Mientras los normalistas y la primera consignación realizada por la PGJG [Procuraduría General de Justicia de Guerrero] hablaban de cinco autobuses, (dos Estrella de Oro, dos Costa Line y un Estrella Roja), la investigación de la PGR señalaba que se trataba de cuatro autobuses (sin hacer mención al autobús Estrella Roja), a pesar de que dicha información estaba referida, incluso, en los testimonios de sobrevivientes tomados el mismo día de los hechos e incluidos en el expediente. Sin embargo, en el expediente se hacía referencia a un autobús, que habrían tomado los normalistas, que habría salido de la central e inmediatamente habría sido destruido por los estudiantes e inutilizado, aunque nunca fue identificado ni investigado como escena de crimen”, revelaron los expertos en el documento.

El experto Francisco Cox explicó que fuentes de Estados Unidos se refieren al menos a una investigación en curso: una declaración jurada de un agente de la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), en donde se ordenaron escuchas a miembros del grupo de Guerreros Unidos, que coinciden con la desaparición de los normalistas.

Los fiscales de la DEA indicaron a los expertos que no hay antecedentes que apunten a los jóvenes, pero sí sobre el uso de autobuses para movilizar droga según una causa iniciada en Atlanta.

“Según las informaciones recogidas, Iguala es un lugar de tráfico de heroína muy importante y, según la información pública, una parte de ese tráfico se haría mediante el uso de algunos autobuses que esconden dicha droga de forma camuflada”, dice el informe.

De acuerdo con el GIEI cuando el grupo le informó a la PGR que existía otro autobús, con base en el video analizado de la central de camiones, se tomó la declaración al chofer, sin la presencia de los especialistas. Declaración que no coincide con la narración ofrecida por normalistas sobrevivientes.

La versión de los normalistas indica que el chofer del autobús pidió a los estudiantes detenerse para que una mujer le entregara documentación y ropa que requería. Luego de esperar, el autobús llegó a la salida de Iguala-Chilpancingo en donde ya había sido detenido el autobús Estrella de Oro 1531, cerca del Palacio de Justicia (escena que debió estar contenida en los videos que el grupo reveló como desaparecidos en su informe pasado).

En ese punto, el quinto autobús fue detenido por una patrulla de la Policía Federal (PF) y los jóvenes fueron obligados a bajar y a huir a un cerro.

“Existen varias evidencias en el C-4 –el sistema de cámaras de vigilancia- de llamadas sobre movimientos de jóvenes en dicha zona y la colonia Pajaritos y la colonia 24 de febrero que concuerdan totalmente con las declaraciones de los normalistas y que fueron finalmente confirmadas ante la propia PGR en declaración nuevamente rendida en julio de 2015”, dice el informe.

El informe revela que los estudiantes que iban en ese autobús bajaron del cerro y caminaron por la carretera, pero fueron perseguidos a balazos. Varios de ellos escaparon y se resguardaron en una casa. La persecución a estos jóvenes se extendió durante horas.

Sin embargo a pesar de que existe un testigo y una declaración manuscrita en el expediente de estos hechos, lo que sucedió con ese autobús y los jóvenes que huyeron hacia el cerro, nunca se investigó.

De acuerdo con las pesquisas de los expertos, la PGR presentó un autobús Estrella Roja 3278, contestando que era el camión que aparece en el video, saliendo por la parte de atrás de la central camionera, mismo que de acuerdo con las autoridades fue abandonado inmediatamente después por los estudiantes, razón por la que nunca se investigó como escena del crimen.

Pero según un peritaje realizado por personal del GIEI, el grupo de expertos sostiene que hay diferencias importantes entre ambos autobuses (el presentando por la PGR y el del video) y que existe la posibilidad de que no se trate del mismo.

Fuente: Sin Embargo

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