Un caos, el nuevo sistema penal de México: Washington Post

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El diario estadounidense The Washington Post (WP) advirtió que a un año de la implementación del sistema penal acusatorio en todo el país, los resultados han sido caóticos.

En un reportaje, el WP indica que si bien este sistema es la revisión más profunda de la estructura legal de México en más de un siglo, el reparto de culpas y la confusión reinan en cada eslabón de la cadena legal, en un año en que se ha intensificado la violencia.

“La Policía se queja de horas perdidas en llenar formas laboriosas; los fiscales culpan a los jueces por liberar a los delincuentes; los jueces acusan a la Policía mal capacitada de cometer errores en las escenas del crimen. Mientras tanto, los poderosos cárteles de la droga están explotando las debilidades en el nuevo sistema y están forzando a las autoridades de amenazas de muerte y sobornos”, indica el reportaje.

El diario señala que mientras los jueces esperan que las Policías sean igual de precisas que sus homologas en Washington o Londres, la realidad que impera en el país es que los agentes policiacos apenas saben leer y viven en lugares que parecen verdaderas zonas de guerra.

El rotativo entrevistó al juez de Jalisco Juan Antonio Gutiérrez, quien advierte que no es posible que el sistema opere.

Indica que desde 2008, el Gobierno de los Estados Unidos ha invertido más de 300 millones de dólares en el nuevo sistema de justicia penal, específicamente para equipar a las cortes y para entrenar a las Policías y al personal legal.

“Es difícil enfatizar la importancia de la reestructuración. Busca convertir a las Policías, notoriamente ineficaces, en investigadores profesionales. Fortalece la independencia de los jueces. Proporciona más derechos a los acusados en un país donde se sabe que las autoridades exigen sobornos, obtienen confesiones bajo tortura y evidencia médica”.

Bajo el nuevo sistema de justicia penal, detalla, los jueces tienen mayor margen de acción para liberar a los sospechosos en espera de un juicio, lo que ha derivado en que menos gente esté tras las rejas.

Actualmente, señala el WP, México tiene 202 mil 700 prisioneros, de 235 mil 900 que tenía antes de junio de 2016.

En la Ciudad de México, indica, hay 11 mil prisioneros menos, 30 por ciento menos al número que había antes de que entrara en vigor el sistema, una situación que, en el reportaje, Miguel Ángel Mancera describe como “muy peligrosa”.

Un número considerable de sospechosos, precisa, son a menudo liberados por errores cometidos por policías y fiscales mal entrenados, muchas veces errores en el papeleo y porque la cadena de custodia de la evidencia es regularmente violada.

El nuevo sistema de justicia penal en México, señala, proviene de una vieja estructura legal basada en un sistema inquisitorial, modelado por el sistema de partido único que definió a México durante la mayor parte del siglo veinte.

En ese contexto, detalla el WP, la policía a menudo era vista como un instrumento de control, no de investigación, y se esperaba que los funcionarios judiciales fueran leales al gobernante PRI, en tanto que los jueces raramente estaban en desacuerdo con los casos escritos reunidos por los fiscales.

El WP advierte que los juicios orales también han puesto en mayor riesgo a los jueces, quienes ahora tienen enfrente a los criminales, quienes a menudo se ven amenazados.

“La turbulencia ha llegado durante el año más mortífero en la historia moderna de México. Los políticos echan la culpa cada vez más los cambios judiciales para vaciar las cárceles y avivar el crimen. Incluso aquellos que abrazan el nuevo sistema legal se preocupan por los fiascos de primer año”, alerta.

Fuente: El Diario

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