Activistas por los derechos humanos marcharon este sábado en varias ciudades de Estados Unidos para reclamar al presidente Barack Obama detener las deportaciones masivas de inmigrantes indocumentados.
Bajo el lema “Dos millones son demasiados”, en referencia al número de personas sin papeles expulsadas durante la administración demócrata, los activistas pretendían llamar la atención sobre la crisis de los derechos humanos derivados de las deportaciones que separan a las familias de inmigrantes.
Con las marchas, las organizaciones buscan no solo detener las deportaciones sino también mostrarle al Ejecutivo y al Congreso que no cesarán en su lucha por una reforma migratoria integral.
Representantes de varias organizaciones anunciaron en conferencia de prensa que una vez concluyan las movilizaciones en al menos 40 ciudades del país, prevén iniciar una acampada frente a la Casa Blanca por tiempo indefinido con similar propósito.
El grupo Coalición de Organizaciones Latinas Unidas por una reforma migratoria integral es una de las que lidera el llamamiento a marchar en Miami, Los Ángeles, Chicago, Houston, Dallas, Nueva York, las Carolinas, Atlanta y Washington, entre otros territorios.
Llevaremos un mensaje a nivel nacional para decirles a los congresistas que ya es tiempo de aprobar la reforma migratoria y que Obama frene las deportaciones de indocumentados, indicaron en la convocatoria.
Los cambios en las leyes federales de inmigración son un compromiso del gobernante desde su primer mandato, hecho que le granjeó en 2008 y 2012 el respaldo del cada vez más importante voto latino.
De acuerdo con cifras oficiales, más de 11 millones de inmigrantes indocumentados residentes en el país aguardan por una reforma para regularizar su situación, paralizada en el Congreso por las aguzadas divergencias entre demócratas y republicanos.
En junio de 2013, el Senado federal, con superioridad demócrata, aprobó una medida que avanza en el tema del otorgamiento de la ciudadanía.
Sin embargo, la mayoría republicana en la Cámara baja aboga por tratar el tema de manera fragmentada y sin posibilidades de optar por la naturalización.
La Unión Estadounidense para las Libertades Civiles (ACLU) subrayó recientemente que solo en 2012, 150 mil niños sufrieron la deportación de al menos uno de sus padres, lo cual incidió en un fenómeno preocupante como la separación de las familias en la nación norteña.
La ACLU también bautizó a Obama como presidente de las deportaciones, al tiempo que reclamó el fin de los programas de expulsión de inmigrantes indocumentados.
Fuente: Prensa Latina