Turquía arresta a la voz de la libertad de prensa turca

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Cuando publicamos lo de los camiones con armas, Erdogan dijo que esto no iba a quedar impune, lo íbamos a pagar”

Por Lluís Miquel Hurtado

El juez ha ordenado este jueves arrestar a Can Dündar, director del periódico de centroizquierda Cumhuriyet, y a su redactor jefe en Ankara, Erdem Gül, por hacer periodismo de investigación. “Nos acusan de ‘espionaje’. El presidente dijo que [nuestro cometido]es ‘traición’. No somos traidores, espías o héroes; somos periodistas. Lo que hacemos es periodismo”, dijo Dündar antes de testificar ante la Fiscalía, según el periódico turco Hürriyet.

“Nos han arrestado”, tuiteó Dündar, que no perdió su habitual sonrisa jovial en las fotos que acompañan las noticias de este jueves. La sala séptima del Tribunal de Paz ha ordenado su arresto. Su caso queda pendiente de juicio, tras la petición del fiscal Irfan Fidan. Dündar y Gül han sido llevados a la prisión de Silivri, al oeste de Estambul. “Que nadie se preocupe, para nosotros esto son medallas de honor“, proclamó Dündar, según ha publicado su periódico Cumhuriyet.

Can Dündar, que lleva 35 años ejerciendo la profesión, es la voz que EL MUNDO eligió para visibilizar el cada vez más angustioso problema de la libertad de prensa en Turquía. Cuando este periódico lo entrevistó, el verano pasado, le preguntó a propósito por la cuestión que ha motivado su arresto: la publicación, el 29 de mayo pasado, de imágenes que prueban que la Inteligencia turca condujo camiones, cargados con armas, para entregárselos a grupos opositores al régimen sirio de Bashar Asad.

“Como sabéis, cuando nosotros publicamos esta noticia de los camiones con armas, [el presidente turco]Erdogan dijo en televisión que esto no iba a quedar impune, que lo íbamos a pagar“, manifestó en esa entrevista Dündar. Y así ha sido. Tras una demanda interpuesta por el mismo jefe de Estado turco -que esta misma semana trató de quitar hierro a la cuestión del contenido real de los camiones- el Fiscal Jefe de Ankara solicitó el arresto de ambos informadores.

El motivo exacto, según la Fiscalía, es que Can Dündar y Erdem Gül “participaron en las acciones” de la cofradía basada en EEUU del teólogo Fethullah Gülen, un ex aliado de Erdogan al que el Presidente ha acusado, reiteradamente, de publicar secretos de Estado con ánimo de derrocar el gobierno turco. Eso fue posible porque, durante años y ante la aparente permisividad del entonces primer ministro Erdogan, acólitos de Gülen supuestamente se infiltraron en el aparato del Estado, la judicatura y la Policía.

La publicación del Cumhuriyet se refería a un episodio ocurrido el uno de enero de 2014. Fiscales presuntamente afines a Gülen, tras un chivatazo, ordenaron detener e inspeccionar unos camiones sospechosos cerca de la frontera siria. Cuando los gendarmes dieron el alto a los vehículos, sus conductores, alegando ser miembros del servicio secreto turco, les prohibieron inspeccionar la carga, lo que solo permitió un ojeo inicial. Posteriormente, el fiscal que mandó la inspección fue suspendido.

El pasado mayo, el Cumhuriyet publicó las imágenes tomadas durante aquel análisis somero que se hizo a la carga. En él se veía multitud de material bélico cubierto bajo capas de medicinas. En total, según detalló aquel rotativo, había mil piezas de artillería, 50.000 piezas de munición de ametralladora, 30.000 balas de metralleta pesada y mil proyectiles de mortero. En los vídeos filtrados se veía cómo los gendarmes iban abriendo paulatinamente los compartimentos de carga de los camiones.

“Como periodista, creo que el derecho del pueblo a obtener información prevalece. Proteger o guardar sus secretos es responsabilidad del Estado. Mi trabajo como periodista es defender la libertad de obtener información y difundirla, no pensar en el interés del Estado”, enfatizó Can Dündar a EL MUNDO. Entonces, el director confesó que, debido a la batalla de poder abierta entre Erdogan y Gülen a finales de 2013, “se filtró mucha información, ya que ambos sabían mucho el uno del otro”.

Para el demandante, sin embargo, “con la publicación de imágenes manipuladas y la información que se le filtró por la organización paralela -como Erdogan se refiere a la organización de Gülen, considerada “terrorista” en Turquía- [Dündar] participó en acciones de los miembros de la organización, quienes investigaron los camiones y conspiraron con pruebas inventadas para crear una percepción […] de que la República de Turquía apoya a organizaciones terroristas”.

Así, Erdogan acusa a Can Dündar tanto de “intentar manipular la justicia”, con material manipulado, como de “violar la confidencialidad” al publicar la historia de los camiones transportando armas. Y eso que esta misma semana el jefe de estado turco ha dicho, refiriéndose a las filtraciones del Cumhuriyet, que “¿qué más da si los camiones contenían armas o no?”. El Presidente sostiene, aun así, que el trabajo del periódico socialdemócrata fue una “traición”.

Ataque al avión de combate ruso

Erdogan asegura que los periodistas “sabotearon” el envío de ayuda humanitaria a los turcomanos ‘bayirbucak’, destinatarios de los polémicos camiones según la versión oficial de la historia. Precisamente esta comunidad ha estado en el foco estos días, por el derribo de un cazabombardero ruso que violó el cielo turco. El aparato cayó en el área turcomana de la provincia de Lataquía, que estos días Rusia y Siria bombardean ante la indignación de Ankara, que tiene lazos fraternales con los turcomanos.

De considerarse culpables, Dündar y Gül se enfrentan a un máximo de diez años por pertenencia a banda terrorista, además de hasta 20 años por espionaje. Bajo la ley turca, la revelación de secretos de Estado puede conllevar cadena perpetua. Se espera que la sentencia se publique pronto. Por eso, varias organizaciones internacionales ya han protestado y se han solidarizado con los arrestados. “El periodismo está bajo arresto”, ha dicho un portavoz del Instituto Internacional de la Prensa (IPI).

A principios de este mes, Can Dündar recibió el galardón de Reporteros Sin Fronteras por su contribución a defender la libertad de prensa. Por eso su figura se ha convertido en un símbolo de la libertad de prensa en Turquía. Hay al menos nueve periodistas encarcelados en Turquía, la mayoría bajo cargos de ir contra el Estado. Entre ellos está el traductor iraquí del medio Vice, Mohammed Ismael Rasool, arrestado el pasado agosto mientras trabajaba cubriendo el conflicto kurdo.

El presidente Erdogan ha sido acusado por varios grupos pro libertad de expresión de intolerancia a las críticas. “¿Vale la pena trabajar bajo toda esta presión en Turquía?“, preguntó EL MUNDO a Can Dündar. “Claro”, respondió.

“Quienes en el futuro escriban la historia de la prensa dirán que hubo una época en la que la gente gritaba pese a la oscuridad. Igual esta lucha, con estas voces, será exitosa. Por eso pienso que, más que cumplir un cargo de periodista, cumplo con mi misión como ciudadano“.

Fuente: ElMundo.es

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