Tras años de retrasos en la construcción, autoridades estadounidenses y mexicanas inaugurarán un puente internacional en una zona rural que se espera impulse el comercio transfronterizo entre Texas y México.
El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, se sumará el jueves a representantes estadounidenses para dedicar el puente de Puerto de Entrada y Puente Internacional Tornillo-Guadalupe. El puente sobre el río Grande (conocido en México como río Bravo) sustituye al estrecho puente internacional de Fabens-Caseta, inaugurado hace 77 años y que se encuentra unas 650 yardas (metros) río abajo del nuevo cruce, y unos 48 kilómetros (30 millas) río debajo de El Paso.
Los promotores del proyecto esperaban que la obra, que costó 96 millones de dólares, iniciara un boom económico y atrajera a plantas de manufactura y largas filas de camiones a una zona ahora remota del sureste, arrebatando tráfico a los dos congestionados pasos entre Ciudad Juárez, México, y El Paso. Pero tras una ceremonia de inicio de las obras en 2011, la construcción se vio afectada por falta de financiamiento del gobierno mexicano.
Fuente: AP