El presidente Andrés Manuel López Obrador ha cimbrado en tres años de gobierno la vida pública de México, cuya centralidad en los más pobres ha encolerizado a las élites hasta unirlas en un amasijo opositor, pero junto a su alta aprobación arrastra los dos graves problemas con los que inició: La violencia criminal que a diario desafía su estrategia y el crecimiento económico que será de sólo 2% al año, igual que en la era neoliberal.
López Obrador ofreció en su libro 2018 La salida: decadencia y renacimiento de México que la economía crecería en su gobierno 4% anual en promedio, pero ahora admite que será de sólo 2%, como escribe en A la mitad del camino, la obra que lanzó para conmemorar los tres primeros años de gestión, que se cumplen este miércoles 1.
“En ese texto (2018 La salida) afirmaba que íbamos a crecer, en promedio, 4% anual durante nuestro mandato. Sin querer excusarme con la pandemia, lo cierto es que la COVID-19 afectó la economía de todos los países del mundo; en nuestro caso, en 2020 decrecimos en 8.5%, algo que no se había padecido en México desde 1933, cuando la Gran Depresión que estalló en el país vecino del norte perjudicó gravemente nuestro desempeño económico”.
Tras este contexto, el presidente de la República admite la realidad económica que vivirá el país hasta el final de su gobierno, el 30 de septiembre de 2024:
“Ahora, también por un factor llegado del exterior, la economía del país se hundió y es muy difícil cumplir el compromiso de crecer al 4% anual. Sin embargo, no tengo duda de que, gracias a nuestra estrategia para enfrentar la crisis, sin deuda y ayudando a los más pobres, creceremos no a la tasa que proyectamos antes de la pandemia, pero sí al 2% anual en promedio durante el sexenio”.
López Obrador argumenta las implicaciones de la pandemia, pero el resultado es el mismo:
“En plena crisis sanitaria y económica, sostuvimos que la recuperación se lograría en forma de ‘V’, no de ‘L’ como pronosticaban algunos expertos. Afortunadamente así está cediendo. Caímos 8.5% el año pasado, pero en este creceremos 6% como lo indican los resultados del primer semestre y con ese impulso considero que de 2022 a 2024 estaremos cuando menos en 5%, lo cual, en promedio, nos permita cumplir con la nueva meta de 2% anual en el sexenio”.
En su toma de posesión como presidente de México, hace justo tres años, López Obrador reiteró que el crecimiento de 2% era mediocre:
“En cuanto a la política económica aplicada durante el periodo neoliberal, de 1983 a la fecha, ha sido la más ineficiente en la historia moderna de México. En este tiempo la economía ha crecido en 2% anual, y tanto por ello como por la tremenda concentración del ingreso en pocas manos se ha empobrecido a la mayoría de la población hasta llevarla a buscarse la vida en la informalidad, a emigrar masivamente del territorio nacional o a tomar el camino de las conductas antisociales”.
Justamente la violencia y la inseguridad es otro de los aspectos que heredó López Obrador y que, como la economía, no ha tenido los resultados ofrecidos, con todo lo que para su gobierno implica. En julio admitió: “Si no terminamos de pacificar a México, por más que se haya hecho, no vamos a poder acreditar históricamente a nuestro gobierno”.
Y también en su libro A la mitad del camino insiste en su estrategia de ir a las causas de la violencia —“abrazos, no balazos”— y, sobre todo, arrebatarle los jóvenes a los criminales.
“Podrá llevarnos tiempo pacificar el país, pero la fórmula más segura es atender el fondo… De modo que la verdadera confrontación con los jefes de las bandas, la real, la profunda, la importante, es evitar que se lleven a los jóvenes, y dejarlos solos, sin un ejército de reserva para delinquir”.
Ante la segunda mitad de su gobierno, que inicia con una aprobación de casi 70%, según varias encuestas, López Obrador no tiene ninguna justificación para no cumplir.
POR ÁLVARO DELGADO
DIRECTOR DE INVESTIGACIÓN EN EL DIARIO DIGITAL “SIN EMBARGO”
PERIODISTA.ALVARO.DELGADO@GMAIL.COM
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