Por Jesusa Cervantes
Fue el saludo del diablo. El sábado 13 de mayo, en un acto público, la maestra Delfina Gómez, candidata de Morena al gobierno del Estado de México, recibió el abrazo y respaldo de Fernando González, yerno de Elba Esther Gordillo.
Un “ejército” de 270 mil maestros de la entidad mexiquense que la maestra Gordillo, acusada por el gobierno de Enrique Peña Nieto de lavado dinero y presa desde febrero de 2013, acostumbraba movilizar en cada elección presidencial, se ofreció también a Morena. Ellos serían, junto con el yerno de Gordillo, los encargados de defender la zona de Tierra Caliente en la elección del domingo 4 de junio.
Pero algo ocurrió, pues al parecer Morena no tiene en su poder las actas de las casillas ubicadas en esa área, la cual colinda con los estados de Michoacán y Guerrero, allá donde los remanentes de los cárteles de La Familia Michoacana y Guerreros Unidos se disputan el territorio.
Se habla de una traición del yerno de Gordillo, Fernando González Sánchez, quien no habría operado para tener al grupo de maestros vigilantes; también es la zona donde los representantes de Morena recibieron tarde el nombramiento por parte del Instituto Electoral del Estado de México y donde, al buscar entre las listas de los representantes autorizados por el IEEM, descubrieron que habían sido “borrados” del padrón.
La traición se antoja como la operación exigida para liberar posiblemente a la maestra o, por lo menos, autorizarle finalmente la prisión domiciliaria.
Será difícil que Morena, que demandó la anulación de algunos distritos de esa zona, entre ellos Tejupilco, Valle de Bravo y Atlacomulco, cercanos a la Tierra Caliente, compruebe el “fraude de Estado”.
Lo cierto es que hubo una elección vigilada por el crimen organizado que controla esa zona: La Familia Michoacana, Los Tequileros y Guerreros Unidos. Para entrar en las comunidades de esos municipios hay que obtener “el salvoconducto” de los grupos que controlan la zona, de lo contrario es imposible operar.
Tanto La Familia Michoacana, encabezada por Johnny Hurtado Olascoaga, alias “El Pez”, como Raybel Jacobo de Almonte, “El Tequilero”, han estado en pugna desde hace años en esa zona; entre Tejupilco y Tlatlaya en el Estado de México, así como Arcelia y San Miguel Tololapan, en Guerrero, se han movido y enfrentado ambas bandas rivales del crimen organizado.
Y si el 13 de mayo Fernando González selló con un apretón de manos su supuesta adhesión al proyecto que encarna Delfina Gómez, ofreciéndole la estructura magisterial para vigilar la zona de Tierra Caliente, apenas un día antes ambos grupos del narcotráfico habían hecho gala de poder: el viernes 12 “El Pez” y “El Tequilero” realizaron 14 bloqueos carreteros en siete de los nueve municipios de Tierra Caliente, esa que colinda con el Estado de México, esa que vigilarían los maestros.
Quizá los maestros de Gordillo no pudieron operar, pero lo cierto es que curiosamente el PRI sí pudo; operó tan bien que hoy existen voces que consideran que “se les pasó la mano”, pues lograron una votación de más de 60% para el tricolor y los programas sociales llegaron todos a donde lo tenían que hacer.
Aunque Morena pidió la cancelación de la elección en siete distritos, Tejupilco, Jilotepec, Ixtlahuaca, Atlacomulco, Valle de Bravo, ciudad Adolfo López Mateos y Chimalhuacán, y la anulación de otras 3 mil casillas electorales, se antoja casi imposible que el gobierno federal, y sobre todo el llamado “grupo Atlacomulco”, suelten el poder. Quizá cuando la impugnación llegue hasta el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), éste decida abrir casillas que no le puedan sumar votos suficientes a Morena como para anular la elección.
Entonces Alfredo del Mazo, el gobierno federal encabezado por Enrique Peña Nieto y el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, así como el gobernador de Guerrero, el también priista Héctor Astudillo, le deberán a los grupos criminales encabezados por “El pez” y “El Tequilero” mantener la joya de la corona en su poder: el gobierno del Estado de México, lugar donde, dicho sea de paso, la firma española OHL logró grandes contratos –aseguran–, imponiendo precios para su jugoso beneficio y de los cuales alguna parte de la tajada se pudo ir a Peña Nieto en su andar por la Presidencia de la República.
Dicho lo anterior, se antoja imposible que Del Mazo Maza, Peña Nieto, Osorio Chong y demás suelten el Edomex.
Pero el triunfo electoral tiene dos lados, como las monedas: el oscuro es el que lleva impresa la imagen de “El Pez” y “El Tequilero”, quienes un día antes del tenebroso apoyo del yerno de Gordillo a Delfina Gómez dieron muestras de su poder paralizador, de fuego, de movilización y sobre todo de terror que pueden generar entre la población.
Si en la Tierra Caliente ganó el PRI con una votación desproporcionada, si a la Tierra Caliente nadie opera, nadie entra si no es con el “salvoconducto” de quien en ese momento domine: “El Pez”, quien tranquilamente se mueve entre Valle de Bravo, Tejupilco, Tlatlaya y, pegadito ahí, “El Tequilero” haciendo lo propio en Arcelia o San Miguel Totolapan, entonces la lógica arroja como resultado una próxima “pax mafia” en la zona.
“Paz mafiosa” que le tocará administrar a partir de septiembre a Alfredo del Mazo una vez que tome las riendas de la entidad. Así como Edgar Valdez Villarreal, “La Barbie”, transitaba libremente entre Guerrero y la entidad mexiquense, hasta que “algo” se rompió entre quienes lo protegían y fue detenido en el municipio mexiquense de Lerma, así ahora los cabecillas de grupos criminales del momento y que se mueven entre esos mismos estados: “El Pez” y “El Tequilero” lo harán mucho más tranquilos de lo que hoy lo hacen.
Este es sólo el preludio de lo que ocurrirá en 2018, cuando Andrés Manuel López Obrador dispute la Presidencia de la República al Grupo de Atlacomulco, sea Luis Videgaray, Osorio Chong, José Antonio Meade o cualquier otro político de ese selecto grupo el candidato, no soltarán al país, y no lo harán porque son los guardianes de los grandes secretos de corrupción, impunidad, abuso de poder, ejecuciones extrajudiciales, asesinatos de periodistas, de defensores de derechos humanos.
Son los que se protegerán buscando un espacio en la Corte Penal Internacional (CPI) para que, si a este gobierno lo acusan de crímenes de lesa humanidad y denuncian ante la Corte, como ocurrió con el panista Felipe Calderón, tengan quién les cubra las espaldas.
Para lograr todo ello, para mantener bajo llave los grandes secretos, es que impedirán por todos los medios que López Obrador llegue al poder, porque el apoyo de los mexicanos que tiene el tabasqueño lo intentarán frenar aplicando la misma fórmula del pasado 4 de junio: buscando el terror y apoyo de grupos criminales… la pax mafia continúa, ahora, en el Estado de México. Y “El Pez” y “El Tequilero” podrían entonces seguir gozando de cabal salud y libre movilización para ampliar su poder criminal… Al tiempo.
Fuente: Proceso