Por Álvaro Delgado
Como el abatimiento de la violencia, del desempleo, la corrupción y la pobreza, la Cruzada Nacional contra el Hambre es otra patraña de Enrique Peña Nieto.
Este programa, emblema de la política social del sexenio, se aplicaría en una primera fase en 400 municipios del país, conforme al decreto que para ese efecto firmó Peña, pero ahora resulta que tendrá vigencia únicamente en 80.
Sólo de esa manera tendrá algo de que ufanarse en su primer informe de gobierno, el 1 de septiembre.
A ese paso, en vez de acabar con el hambre, Peña convertirá a México en un país de famélicos.
La Cruzada Nacional contra el Hambre, encargada por Peña a la salinista Rosario Robles, es desnudada por Marcela Turati en el semanario Proceso, algo que en un país democrático sería un escándalo por el colosal engaño.
El impacto del programa en la población de esos 80 municipios, la mayoría pequeños y rurales, es marginal y hasta ridículo, porque sólo se instalarán tiendas Diconsa, lecherías Liconsa y comedores escolares, así como suplementos alimenticios de la Secretaría de Salud.
De acuerdo con el reportaje de Turati, estas acciones sólo repercutirán en las condiciones de vida de apenas 364 mil 901 personas que viven en pobreza extrema y padecen hambre, una cifra muy alejada de los 7.4 millones de personas que eran la meta inicial para esa etapa.
A medio año del gobierno de Peña, la Cruzada Nacional contra el Hambre ha sido más mediática que real, porque sólo ha sido aplicada en dos puntos del estado de Guerrero: la colonia Simón Bolívar de Acapulco y el municipio Mártir de Cuilapan, elegidos para la prueba piloto.
Los funcionarios de la Sedesol, consultados por la reportera, admiten que será hasta el próximo año cuando empiece a perfilarse la cruzada con programas a la medida, padrones establecidos, comités comunitarios organizados y presupuesto etiquetado, pues este año está en una fase que denominan “reforma institucional de la política social”.
Y el único objetivo, por lo visto, es lograr algunos resultados prontos para que Peña los presente en su informe de gobierno, como lo admitió en Chihuahua la directora nacional del Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías (Fonart), Liliana Romero.
Mientras tanto, como lo documenta el reportaje, la Cruzada Nacional contra el Hambre está entrampada en la demagogia, el caos y la parálisis…
Comentarios: delgado@proceso.com.mx y Twitter: @alvaro_delgado
Fuente: Apro