Por Francisco Javier Pizarro Chávez
Como era de esperarse, el presidente del Consejo general del INE, Lorenzo Córdova Vianello, acusó a los legisladores de la Cámara de Diputados de “haber generado un boquete presupuestal de tales dimensiones, que pone en riesgo la Consulta de la Revocación y /o ratificación de mandato por lo que ejercerá los recursos jurídicos necesarios “para determinar si puede hacer un ejercicio menos con casillas sin incurrir en responsabilidad legal”. El “pobrecito”, insiste en que el INE requiere 2 mil 500 millones más.
No tengo la menor duda de que el politólogo Arnaldo Córdova, padre del presidente del INE, –al que conocí y admiré en la década de los ochenta– se sentiría sumamente avergonzado de su ambición y grotescos dislates que su hijo incurre constantemente en contra del presidente de la República y la 4ta Transformación y subrepticiamente apoya al PRI y al PAN, como ya es de dominio público.
La trayectoria académica de Derecho y Ciencias políticas de Arnoldo Córdova, generó obras trascendentes de la Historia política contemporánea de México, pero también del sistema político y el Estado, en especial, el de la “Política de Masas y el Futuro de la Izquierda en México”, texto, que supongo Lorenzo no ha difundido, para no quedar mal con la coalición derechista de “Va Por México” que encabeza el magnate Claudio X González, el cual se comenta, lo quiere postular candidato a la presidencia de la República en cuanto Amlo se retire o concluya.
Es de conocimiento público que Córdova que ahora se proclama “paladín de la democracia” hizo caso occiso del fraude electoral de 2012 de Enrique Peña Nieto mediante la compra de votos y voluntades que rebasó los topes de gastos de campaña por 14 veces, con las famosas tarjetas MONEX y de otros bancos como Bancomer y Banamex y las tarjetas de Soriana, las cuales aportaron 2 mil 294 millones de pesos al proceso electoral de los priistas.
Para lavarse la cara, dos años después, el INE “descubrió” que la empresa “Logística Estratégica Asismex”, también manejó en esa elección presidencial mil 400 millones de pesos, sin reportar un solo peso a las autoridades electorales y hacendarias. Para “taparle el ojo al macho”, el INE se limitó a sancionar al PRI por “no reportar 16 millones de pesos en ese grotesco episodio.
Ah¡, pero eso sí; en el proceso electoral federal de 2021 Lorenzo Córdova se dio a la tarea de fiscalizar los recursos de ingresos y egresos de los partidos Morena y sus aliados, que utilizó para impedir sus candidaturas y evitar que ganaran la elección, a diferencia de los partidos de derecha a los que “no les toco ni un pelo”.
Y, ahora, por si fuera poco, el titular del INE durante su comparecencia en la Cámara de Diputados fue a quejarse que era necesario incrementar su presupuesto para “financiar” la Consulta de la Revocación de Mandato”, que según Murayama está en “riesgo” y puede ser cancelada.
Por lo pronto, el muy cínico promueve postergar este ejercicio de democracia participativa, con el argumento de que no cuentan con dinero suficiente, por lo que presentarán ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) una controversia constitucional contra la Cámara de Diputados y amenaza con boicotear la Reforma de la energía eléctrica, que postuló el presidente de la República, con el apoyo de los legisladores blanquiazules, tricolores y Movimiento Ciudadano.
El diputado del PT Gerardo Fernández Noroña, le hizo frente en la Cámara de Diputados; le cuestionó a él y su compinche Murayama perciben 300 mil pesos mensuales, sueldo tres veces mayor que el del presidente de la República”.
Y no solo eso. Dijo a la par, que Córdova debería renunciar por “su actitud racista, clasista y majadera”, y ser sometido a juicio político por la grotesca burla telefónica de una conversación que sostuvo con indígenas, como es de dominio público.
El presidente del INE sabe que su padre, fue legislador del PSUM de la Cámara de Diputados que tanto crítica y que años después su progenitor desistió del PRD al que se afilio después del PSUM, para sumarse en 2011 a la campaña de la presidencia de Andrés Manuel López Obrador (que fue su alumno) y la configuración de Morena, justo cuando Lorenzo fue nombrado consejero Electoral del IFE, el 15 de diciembre de ese año.
Vaya lo que es el destino. Su padre falleció el 30 de junio de 2014, siete meses después, que su hijo Lorenzo fue designado presidente del Instituto Nacional Electoral (INE) por la Cámara de Diputados, con el voto mayoritario del PRI y PAN.
Estoy convencido que si su padre “reviviera” estaría en desacuerdo de las posturas de su hijo, en contra del presidente de la república, la 4t y su apoyo “democrático” a la derecha.
Veremos y diremos si Lorenzo Córdova sigue “desdeñando” la trayectoria política y conciencia social de su padre y “perseverando” su ambición de poder y dinero.