La firma taiwanesa Foxconn, encargada de ensamblar los productos de Apple en China, ha cerrado temporalmente la fábrica de la ciudad de Taiyuan, en el norte de China, tras una pelea en la que se vieron implicados unos 2,000 empleados.
Desde Taiwan, sede de la firma, el portavoz de la empresa, Simon Hsing, dijo que esperan que las autoridades chinas confirmen que todo está bajo control, e indicó que la pelea se produjo “por motivos personales” ajenos al trabajo.
La agencia oficial Xinhua informa que un dispositivo formado por 5,000 policías se trasladó hasta el lugar para atajar la disputa.
Frente a la versión oficial de la compañía, algunos medios indican que los trabajadores se concentraron en la noche del domingo para quejarse de las condiciones laborales en las que trabajan.
Numerosos internautas han colocado en varias cuentas de la red social china Weibo fotos y grabaciones en las que se aprecia gran presencia policial en la zona de la fábrica de Taiyuan, acordonada por los agentes.
Otras imágenes muestran basura dispersa en la planta y una torre de vigilancia caída. Según informes no oficiales, algunas de las fotos ya han sido eliminadas por censores.
No es la primera vez que esta fábrica salta a la primera línea de actualidad. El pasado mes de marzo se registraron huelgas después de que los empleados no recibieran el aumento salarial prometido.
Acusaciones de explotación
Este mes un diario chino publicó una investigación de un periodista infiltrado en la fábrica, quien denunció las duras condiciones de trabajo.
Muchos trabajadores aseguran que la mayor parte del día la pasan de pie y sin descanso. Además solo tienen tiempo libre para comer y dormir.
Foxconn es una multinacional taiwanesa que en su mayoría fabrica productos electrónicos por encargo. Tiene la mayor parte de sus fábricas distribuidas por territorio de la República Popular China, y es conocida por mantener ciudades tecnológicas cerradas en cuyos territorios se encuentran las fábricas y dormitorios para los empleados.
Varios estudiantes chinos escribieron en sus blogs que fueron obligados a abandonar temporalmente sus estudios universitarios y trabajar en una de las fábricas de Foxonn, que presuntamente compensaba así la falta de trabajadores para producir el nuevo teléfono iPhone 5.
En los últimos años, Foxconn ha sido criticada por la brutal explotación a la que somete a los trabajadores en sus fábricas, en particular tras una serie de suicidios ocurridos en 2010. Tras aquellos sucesos, la empresa instaló en el complejo industrial un departamento especial destinado a evitar el suicidio y contrató a psicólogos para el personal.
Foxconn siempre ha rechazado las acusaciones de explotación tachándolas de “infundadas”. La compañía informó que ya ha aumentado los salarios a los empleados entre un 16 y un 25% y que planea contratar a miles de nuevos trabajadores para evitar las horas extras.
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