El Departamento de Seguridad Nacional pronto comenzará a recolectar datos en redes sociales de todos los inmigrantes que entren a Estados Unidos. Es parte de lo que funcionarios de la agencia llaman una iniciativa para examinar de manera más efectiva a quienes vienen al país, pero que los defensores de la privacidad consideran una invasión innecesaria que haría poco por proteger la seguridad nacional estadounidense.
El departamento comenzará a revisar la información a partir del 18 de octubre, el mismo día en que entrará en vigor la nueva prohibición de viajes del gobierno de Donald Trump para ciudadanos de siete países de mayoría musulmana y las restricciones para quienes vienen de otros dos, incluidos funcionarios venezolanos.
También se recolectará la información en redes sociales de quienes tienen permisos de residencia (la llamada green card) y de quienes hayan obtenido la ciudadanía; la información formará parte de su archivo migratorio. No queda claro si el monitoreo se llevaría a cabo solo en el proceso de solicitud o si también continuaría más adelante.
El departamento publicó el nuevo requisito en el Registro Federal la penúltima semana de septiembre y dijo que recolectaría “controles de redes sociales, alias, información asociada identificable y resultados de búsqueda”, lo cual se incluiría en el archivo migratorio de los solicitantes. Dijo que los datos provendrían de “información públicamente disponible, obtenida de internet, registros públicos, instituciones públicas, entrevistados y proveedores de datos comerciales”.
La recolección de datos ha alarmado a grupos y abogados en materia de privacidad, quienes expresaron su consternación respecto a la manera en que el departamento usaría la información. Los defensores dicen que también les preocupa que el monitoreo pueda absorber información de ciudadanos estadounidenses que se comunican a través de las redes sociales con los inmigrantes, en posible contravención de la primera enmienda de la Constitución de Estados Unidos.
“Sin duda, esto tendría un efecto espeluznante en la libertad de expresión que se ejerce todos los días en las redes sociales”, dijo Faiz Shakir, el director nacional de políticas de la American Civil Liberties Union (ACLU), en un comunicado. “Este enfoque de recolección total de datos no es efectivo a la hora de proteger la seguridad nacional y es un ejemplo más de la agenda antimigración de Trump”.
Las iniciativas para recolectar información de las redes sociales no son exclusivas de la administración de Trump. Durante el gobierno de Barack Obama, el departamento había comenzado a pedir a los visitantes que proporcionaran su información de redes sociales y tuvo cuatro programas piloto de revisión.
Después del tiroteo masivo de diciembre de 2015 en San Bernardino, California, creció la preocupación entre los funcionarios y legisladores en materia antiterrorismo acerca del uso de las redes sociales por parte de grupos terroristas como el Estado Islámico (EI), también conocido como ISIS o ISIL.
Muchos miembros del congreso estadounidense, principalmente republicanos, comenzaron a pedirle al Departamento de Seguridad Nacional que utilizara los datos obtenidos de las cuentas de redes sociales de quienes solicitan visas o buscan asilo como parte del proceso de inmigración.
Los demócratas del congreso también apoyaron la iniciativa de recolectar datos de redes sociales de quienes solicitan una visa.
Los atacantes en San Bernardino, la pareja casada compuesta por Tashfeen Malik y Syed Rizwan Farook, habían intercambiado mensajes privados en línea en los que hablaban de su compromiso con la yihad y el martirio, de acuerdo con funcionarios. Sin embargo, no escribieron ningún mensaje público acerca de sus planes en Facebook ni en otras plataformas de redes sociales.
Uno de los proyectos piloto, que comenzó en diciembre de 2015, consistía en revisar las cuentas de redes sociales de los solicitantes de las llamadas “visas de prometidos”, el programa bajo el cual Malik entró a Estados Unidos.
Los Servicios de Inmigración y Ciudadanía de Estados Unidos, la sección del Departamento de Seguridad Nacional que aprueba las ciudadanías y los permisos de trabajo, ya ha usado antes las redes sociales como parte del proceso de evaluación para los refugiados sirios, pero solo cuando la persona era identificada como posible foco rojo en la base de datos de inteligencia o cuando se le hacían preguntas durante una entrevista con funcionarios de inmigración.
Faiza Patel, codirectora del Programa de Libertad y Seguridad Nacional del Brennan Center en la Universidad de Nueva York, dijo que aunque la administración de Obama recolectó información de redes sociales, el nuevo monitoreo que planea poner en vigor la administración de Trump va más allá.
“Lo que es distinto en este caso es que, al parecer, están monitoreando a gente que ya está en Estados Unidos, a quienes tienen permisos de trabajo, por ejemplo”, dijo. “Además, hay una falta de transparencia en torno a la manera en que están utilizando estos datos, lo cual aumenta las preocupaciones para este grupo de personas”.
Fuente: NYT