Un total de 688 migrantes de diversas nacionalidades centroamericanas y de Cuba, entre ellos 150 menores no acompañados, fueron rescatados por elementos de migración federales en dos acciones distintas, en el estado de Puebla.
La cifra convierte al hecho en el rescate más grande de personas indocumentada en lo que va del año.
El Instituto Nacional de Migración (INM) apuntó que entre las personas halladas se encontraban 150 menores de edad no acompañados que quedaron bajo resguardo del Desarrollo Integral de la Familia (DIF) estatal.
En las dos acciones de verificación migratoria, las personas extranjeras fueron encontradas en condiciones de hacinamiento.
Al confirmar su nacionalidad se pudo constatar que del total de las personas rescatadas, 514 provienen de Guatemala, 79 de Honduras, 40 de Nicaragua, 37 de El Salvador, 15 de Cuba y tres de Ecuador, detalló el instituto en un comunicado.
En las acciones coordinadas con dependencias federales y estatales, el INM apuntó que se encontró a 567 migrantes en el hotel de nombre Conde del Aparador, sobre la Carretera Federal Puebla-Santa Ana Chiautempan, en los límites con el estado de Tlaxcala.
Por estos hechos, cuatro personas presuntamente traficantes de personas quedaron a disposición de la Fiscalía General de la República; además quedaron asegurados el inmueble y dos tráileres, indicó.
En una segunda acción, 121 migrantes fueron localizados en un autobús que transitaba por la carretera Orizaba – Puebla a la altura de la población de San Bartolomé Hueyapan. El conductor quedó a disposición de la FGR.
Las acciones de verificación se realizaron en coordinación con elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), FGR, Guardia Nacional (GN) y Policía Estatal, señaló el INM.
En otra acción distinta, en Chihuahua, integrantes de la GN rescataron en las inmediaciones del municipio de Jiménez a 57 migrantes, nueve de ellos, menores de edad, originarios de Cuba, Guatemala, El Salvador y República Dominicana, quienes manifestaron -dijo el INM- que personas armadas los despojaron de sus pertenencias y solicitaron datos de sus familiares en Estados Unidos y en sus países de origen para pedirles dinero.
Fuente: La Jornada