Republicanos desprecian la reforma

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Por Erica Werner/ AP

Los activistas de inmigración recorren este mes el país para intentar persuadir a los congresistas republicanos de que aprueben una reforma amplia. Empero, esto fue difícil de discernir en un mitin reciente del representante republicano Andy Harris, en su segundo mandato, en esta ciudad al noreste de Baltimore.

La mayoría de los asistentes eran personas mayores y de raza blanca que abuchearon a placer cuando un miembro de la audiencia pidió a Harris que respaldara una vía hacia la ciudadanía para los inmigrantes que residen ilegalmente en Estados Unidos.

Cuando Harris rechazó la idea, estallaron los aplausos. Dijo que carece “de base” y que “avanza lentamente” en la Cámara de Representantes.

“En resumen, abundan las leyes de inmigración en los libros”, agregó Harris. “La Cámara no tiene prisa en considerar (la reforma de) la inmigración”.

Harris, un médico de 56 años e hijo de inmigrantes procedentes de Europa oriental, representa a un distrito republicano seguro con pocos votantes hispanos, y no figura en la lista elaborada por los activistas de inmigración. Por ello no sorprende que los partidarios de la idea no acudieran en gran número al mitin.

Con todo, su posición dista mucho de ser única.

Pese a todas las gestiones de empresas y grupos sindicalistas, los activistas y otros partidarios de enmendar la ley de inmigración se afanan por ser escuchados en el receso de cinco semanas del Congreso, decenas de legisladores republicanos apenas han oído clamores al respecto.

Estos legisladores se encuentras blindados en distritos seguros a los que los activistas de inmigración no se molestan en acudir, o tienen posiciones tan duras que nadie intenta hacerles cambiar de opinión.

“Gran parte de la energía está dirigida a gente que puede ser convencida”, dijo Frank Sharry, director ejecutivo de America’s Voice, un grupo activista de inmigración. “No gastamos mucho tiempo en republicanos que claramente van a votar en contra”.

La reforma de inmigración se encuentra en un limbo en la Cámara de Representantes, dominada por los republicanos, planteando la duda de hasta qué punto pueden tener éxito los activistas para alcanzar sus objetivos de este mes: generar suficiente impulso para convencer al Congreso que actúe cuando los legisladores regresen a Washington en septiembre.

Transcurrida una semana del receso estival de los legisladores, los activistas promueven comentarios de los pocos republicanos, entre ellos Daniel Webster, Aaron Schock y Dave Reichert, partidarios de crear una vía a la ciudadanía para quienes residen ilegalmente en el país.

No está claro si esos acontecimientos están limitados a un reducido número de legisladores, incluyendo algunos en distritos con demografía cambiante o un electorado más moderado, o son tan generalizados que obligan a los representantes republicanos a actuar sobre un amplio proyecto de ley de reforma migratoria que podría ser combinado con otro aprobado por el Senado y enviado al presidente Barack Obama.

La respuesta podría determinar la dirección del Congreso en la reforma de inmigración, y si Obama logra una de sus prioridades en su segundo mandato.

“Estos miembros republicanos son un reflejo de su electorado, así que el desafío no consiste en presionar a los miembros republicanos, el desafío consiste elaborar un argumento convincente y perentorio con el que concuerden su votantes”, dijo el analista republicano David Winston, que asesora a los representantes de ese partido.

En cuanto al resultado en la Cámara, Winston dijo que “no veo que haya quedado claro eso, y parte de este contacto de agosto con el electorado será definir su aspecto”.

Por ahora, la legislación sobre inmigración se encuentra atascada tras aprobar el Senado en junio un amplio proyecto de ley con miles de millones para la seguridad fronteriza, cambios al programa de visados y nueva atención en los controles del mercado laboral, además de un acceso a la ciudadanía para los 11 millones de inmigrantes que residen ilegalmente en el país.

Los representantes republicanos se oponen mayormente al proyecto de ley del Senado. Muchos no quieren otorgar la ciudadanía a la gente que violó las leyes de Estados Unidos para quedarse en el país. En lugar de firmar un amplio proyecto de ley, prefieren una legislación paso a paso, empezando con la seguridad fronteriza.

Empero, cualquier medida incluso en ese terreno no es esperada antes de octubre como muy pronto porque el Congreso solo dispone de nueve días hábiles en septiembre y seguramente estarán dedicados a temas fiscales. Hasta ahora, ningún comité de la Cámara ha impulsado legislación alguna que ofrezca un camino hacia la ciudadanía a quienes residen ilegalmente en el país.

Por ello los activistas saben que deben convencer este mes a varios legisladores.

De los 233 republicanos en la Cámara, 121 figuran en una lista de representantes republicanos distribuida el mes pasado por senadores que respaldan una reforma de la ley de inmigración. El presidente de la Cámara, el republicano John Boehner, prometió impulsar solamente la legislación sobre inmigración respaldada por la mayoría de los republicanos, y los activistas identificaron una mayoría potencial que la respalda.

Empero, la lista incluye casos muy difíciles. Los activistas de la Alianza para la Ciudadanía están centrados en 50 distritos en los que consideran a sus legisladores más persuasibles y afirmaron realizar sobre el terreno una activa campaña.

Agregaron que sus gestiones han logrado resultados. Mencionan el anuncio de Schock en un reciente mitin que respalda una vía hacia la ciudadanía con ciertas condiciones, y declaraciones similares de Reichert y Webster, entre otros.

Rebecca Shi, directora de organización de la Coalición de Illinois para los Derechos de los Inmigrantes y Refugiados, dijo que Schock fue cabildeado por empresas de su distrito, así como donantes, líderes religiosos y otros antes de formular su declaración al ser preguntado por una activista que reconoció residir ilegalmente en el país.

Según America’s Voice, los recientes anuncios elevan a más de 20 el número de representantes republicanos que han mostrado cierto respaldo a la ciudadanía.

Es una posición respaldada por la mayoría del electorado en casi todos los sondeos de opinión a nivel nacional. Empero, la realidad es diferente en muchos distritos republicanos, que con frecuencia tienen menos votantes hispanos y que se inclinan a volverlos seguros para los republicanos.

En el distrito de Harris, en el que menos del 5% de la población es hispana y que incluye a ciudades en el norte de Baltimore y la costa oriental, algunos residentes dijeron oponerse tenazmente a que quienes residen ilegalmente en el país obtengan la ciudadanía.

“Competimos con millones de inmigrantes ilegales”, dijo Ed Hunter, de 55 años, tras asistir al mitin de Harris. “La ley debería ser ejecutada. Deberían ser deportados”.

Pese a las gestiones de los activistas, con frecuencia ese es el tipo de sentimientos que escuchan los republicanos de todo el país.

Fuente: AP

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