Pese al discurso antimigrante del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, las remesas alcanzaron su máximo nivel histórico durante el 2017.
En ese periodo entraron al país 28 mil millones de dólares (mdd) por dicho concepto, lo que significa un alza de 6.6% respecto al 2016, de acuerdo con datos del Banco de México (Banxico).
Tan sólo en diciembre, los envíos de dinero que realizaron los mexicanos radicados en el extranjero, principalmente en Estados Unidos, se ubicaron en dos mil 604 millones de dólares, es decir, un incremento de 11.1% en comparación de diciembre de 2016.
De esta manera, diciembre se convirtió en el segundo mes con mayor cantidad de envíos de trabajadores, sólo por debajo de octubre (con alza de 19%), cuando se recibieron dos mil 642 millones de dólares y de marzo (con un aumento de 15%).
La mala noticia es que, a pesar de estas cifras récord de las remesas acumuladas, el crecimiento de los precios al consumidor, ubicado en 6.77% durante 2017 dio como resultado un aumento moderado de 1.6% en términos reales del flujo de esos ingresos.
De acuerdo con el análisis de BBVA Bancomer Research, la mayoría de las remesas que recibe México llegan por transferencias electrónicas.
Durante el año pasado, 97.5% del total fueron enviadas por este medio, mientras que los envíos en efectivo y en especie representaron 1.9%, en tanto que las órdenes de pago (“Money Orders”) alcanzaron 0.6% del total
En cuanto al lugar para el pago de remesas, 32.7% se realizan a través de una institución bancaria (por ejemplo, depósitos a cuenta, ventanilla bancaria, cajeros automáticos), mientras que el restante 67.3% se entregan en otros puntos de pago (tiendas departamentales, autoservicios, farmacias, tiendas de conveniencia, telégrafos, entre otros).
De acuerdo con analistas, el flujo de remesas durante el 2017 se mantuvo ante la cotización del tipo de cambio, así como el aumento de empleo en la Unión Americana, donde radican casi 15 millones de connacionales insertos en actividades como la construcción y los servicios.
Remesas desde Europa se duplican
Las remesas son una de las principales fuentes de divisas del país, junto con la Inversión Extranjera Directa (IED), los ingresos provenientes del turismo, así como las exportaciones manufactureras.
Según el análisis de BBVA Bancomer, en México la mayor parte de las remesas provienen de Estados Unidos, ya que en 2017 se recibieron 27 mil 261 millones de dólares de este país, lo que representa 94.7% del total.
En segunda posición está Canadá, de donde provinieron 356 mdd (1.2%), en tercer lugar, el Reino Unido con 91 md (0.3%), seguidos en orden de importancia por otros países como Chile y Colombia.
De acuerdo con el Banxico, en 2017 las remesas desde el continente europeo crecieron 82.9%, al contabilizar 180 mdd, en comparación a los 98 mdd que ingresaron en 2016. Estos recursos tuvieron su origen principalmente de Reino Unido, España, Francia, Alemania, Italia, Suiza y Países Bajos.
“Es posible que, ante el ambiente migratorio desfavorable en Estados Unidos, algunos mexicanos que tuvieron la posibilidad optaron por elegir a Europa como destino de migración”, explicaron Juan José Li Ng y David Cervantes, especialistas de BBVA Bancomer.
Michoacán, principal receptor
En 2017, los estados que más recursos recibieron por este concepto fueron Michoacán con dos mil 915 millones de dólares; Jalisco, dos mil 797 millones; Guanajuato, dos mil 559; Estado de México, mil 680 millones y Puebla con una entrada de mil 558 millones de dólares.
Cuando la lupa se acerca a nivel municipal, Puebla ocupa el primer sitio como receptor de remesas, seguido de Tijuana, Guadalajara, Morelia y Oaxaca de Juárez.
También destacan otros centros urbanos como Culiacán, Monterrey, León, la delegación Miguel Hidalgo y San Luis Potosí, señaló BBVA Bancomer.
“En algunos casos estos municipios se usan como sitios de cobro para municipios aledaños”, acotó.
En la Ciudad de México tres delegaciones captan este tipo de recursos: Miguel Hidalgo, demarcación con el más elevado poder adquisitivo, seguida por Álvaro Obregón e Iztapalapa, donde se concentran grandes niveles de pobreza.
Fuente: Apro