Desde que a mediados de junio anunció su candidatura de cara a las presidenciales de 2016, Donal Trump ha hecho de la inmigración ilegal uno de los temas centrales de su campaña.
Primero fueron sus insultos a los mexicanos que emigran a EE.UU., a los que llamó delincuentes y violadores, y luego su exigencia de que el gobierno de México pague el muro que dice quiere construir en la frontera entre ambos países.
Y en los últimos días el foco ha pasado a los llamados “bebés ancla”.
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“Bebé ancla” es el polémico término despectivo que se utiliza para referirse a los niños nacidos en EE.UU. de padres indocumentados y que, por derecho, cuentan con la ciudadanía estadounidense.
Precisamente sobre este tema Trump fue abordado en rueda de prensa por Jorge Ramos, presentador de la cadena hispana Univisión, cuando el periodista fue retirado de la sala por el personal de seguridad por supuestamente hablar fuera de turno, “gritar” e “interrumpir a los otros”.
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Los que usan ese término -entre los que además de Trump hay varios políticos de alto perfil del Partido Republicano- lo justifican diciendo que hace referencia a la voluntad de los padres de esos niños de establecer un vínculo o ancla en EE.UU. que posteriormente les permita naturalizarse como estadounidenses.
Los que se oponen a su uso aseguran que se trata de una manera de estigmatizar a los hijos de indocumentados de origen hispano.
¿Cambios en la Constitución?
Donald Trump asegura que debido a que esos bebés son hijos de personas que están ilegalmente en el país, no debería concedérseles de forma automática la nacionalidad estadounidense, algo que garantiza la enmienda 14 de la Constitución de EE.UU. a toda persona nacida en el país.
Otros candidatos republicanos a la Casa Blanca, como el gobernador de Wisconsin, Scott Walker, el de Nueva Jersey, Chris Christie, o el de Luisiana, Bobby Jindal, se han mostrado partidarios de examinar si es posible eliminar la concesión automática de la ciudadanía a los hijos de inmigrantes indocumentados, ya que consideran que ello incentiva la inmigración ilegal.
Los expertos creen que es altamente improbable que se lograra el consenso necesario en el Congreso de EE.UU. para modificar la enmienda 14 de la Constitución, que fue aprobada en 1868 para dar la ciudadanía a los antiguos esclavos.
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Una minoría de juristas considera que sería posible limitar la ciudadanía de los hijos de los indocumentados a través de una acción legislativa del Congreso, ya que su obtención es el resultado de una acción ilegal de los padres.
Más allá del debate jurídico, lo que ha causado polémica en los últimos días ha sido el uso del término “bebé ancla” por parte de Trump y, quizás a causa de un traspié, por parte del candidato republican Jeb Bush.
Bush, quien fue criticado por ello por la candidata demócrata a la presidencia Hillary Clinton, aseguró que sus palabras habían sido sacadas de contexto.
El hermano del expresidente George W. Bush explicó que con “bebés ancla” se refería al caso específico de las organizaciones que traen a mujeres embarazadas, en su mayoría chinas, con visados de turistas para que den a luz para y sus hijos reciban la nacionalidad, en lo que se conoce como “turismo de partos”.
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“Es ridículo que Hillary Clinton diga que yo usé un término derogatorio. Yo estoy orgullosamente casado con una mexicana. Mis hijos son hispanos”, dijo Bush, quien es miembro de la Red de Liderazgo Hispano, organización que hace un tiempo publicó un memorando en el se indicaba que no debía usarse la expresión “bebé ancla”.
Trump aprovechó esta última circunstancia para atacar a Bush a través de Twitter.
“Jeb Bush firmó un memo diciendo que no utilicen el término ‘bebés ancla’, es ofensivo. Ahora lo quiere usar porque yo lo uso. ¡Tienes que ser fiel a ti mismo!”, escribió el magnate.
Consecuencias negativas
El término “bebé ancla” fue acuñado en los 80 para hacer referencia a los hijos de refugiados vietnamitas que tenían hijos en EE.UU. y con los años empezó a ser utilizado con los hijos de indocumentados latinoamericanos.
Según datos del Pew Hispanic Center, cada año nacen en EE.UU. alrededor de 300.000 niños -cerca de un 7% del total- que cuentan con al menos un progenitor que está de forma ilegal en el país.
Los que se oponen a llamar a estos niños “bebés ancla” argumentan que no tiene sentido, ya que para que un hijo de indocumentados pueda solicitar la ciudadanía para sus padres debe haber cumplido 21 años.
Además, señalan que si en EE.UU. nacen tantos niños de padres sin papeles es porque una mayoría de los más de 11 millones de indocumentados que se encuentran en el país están en edad de procrear.
Juristas consultados por medios estadounidenses aseguraron que el privar de la ciudadanía a los hijos de personas en situación irregular tendría consecuencias muy negativas, ya que crearía una nueva clase de ciudadanos que vivirían al margen de la sociedad, poniendo fin a la asimilación que históricamente ha caracterizado a los inmigrantes en EE.UU.
Fuente: BBC