Quiebra al PAN el Pacto por México

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El conservador Partido Acción Nacional, en la oposición tras su derrota en la presidencia luego de 12 años en el poder, enfrenta una fractura interna por la decisión de su actual dirigencia de respaldar la agenda del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto.

La que se muestra como una de sus mayores crisis internas en la historia reciente se agudizó el fin de semana con la decisión del líder del PAN, Gustavo Madero, de remover como coordinador de los senadores de su partido a Ernesto Cordero, quien abiertamente ha criticado el rumbo que su grupo político ha tomado desde la dirigencia.

De la mano de Enrique Peña Nieto, el 2012 marcó el retorno al poder del Partido Revolucionario Institucional (PRI) que había gobernado por siete décadas continuas hasta el 2000.

Y apenas asumió la presidencia en diciembre, Peña Nieto anunció el llamado Pacto por México, un acuerdo político para impulsar una agenda de reformas consideradas claves para el país y el cual ha comenzado a rendir frutos con la aprobación en el Congreso de iniciativas en materia de telecomunicaciones y educación. Pero ahora, la crisis del PAN podría poner en riesgo el avance de otras modificaciones legales que el gobierno espera presentar a lo largo del año, por ejemplo en temas fiscales y energéticos.

El Pacto por México es respaldado por los dirigentes tanto del PAN como del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), lo cual comenzó a generar diferencias al interior de esos grupos políticos que apenas meses atrás habían acusado al PRI de valerse de prácticas irregulares como la presunta compra de votos para ganar las elecciones.

“En el PAN hay una diferencia de visiones: estamos los que creemos que el PAN debe ser un partido que siga defendiendo las libertades de los mexicanos, las libertades políticas, la democracia”, dijo el lunes el senador Cordero en la cadena Televisa. “Y aquellos que creen que el PAN debe ser un satélite del PRI, que están entregando el Partido Acción Nacional a los intereses del PRI”, añadió.

Para Cordero, quien el fin de semana recibió el apoyo de 24 de los 38 senadores de su partido, “Gustavo Madero parece del PRI, es el dirigente nacional del PAN, pero parece del PRI”.

Días atrás, Cordero anunció junto con el coordinador de los senadores del PRD que trabajarían en una reforma política y electoral por fuera del Pacto por México, lo cual molestó al líder del PAN que dijo entonces que analizaría la permanencia en su cargo del senador.

La remoción como coordinador de los senadores del PAN fue anunciada el domingo.

Para Jose Antonio Crespo, analista político del Centro de Investigación y Docencia Económicas, la actual fractura del PAN muestra en el fondo una “lucha por el control del partido”, el cual ha mostrado divisiones desde antes de la pasada elección presidencial cuando no logró conseguir la candidatura el propio Cordero, quien fue secretario de Hacienda y cercano al ex presidente Felipe Calderón (2006-2012).

Crespo dijo a The Associated Press que la división en el PAN no debe gustarle nada a Peña Nieto y el PRI porque “pone en riesgo el pacto de nueva cuenta”, debido a que las iniciativas de reformas podrían quedarse atoradas sin el apoyo de los senadores de ese partido.

Y es que si bien el PRI es la primera fuerza en el Congreso bicameral, en el Senado sólo tiene 56 de los 128 asientos, con lo cual del respaldo de otros partidos para sacar adelante iniciativas.

El PAN ocupa la segunda posición en la cámara alta con 38 curules y el PRD la tercera con 24 asientos. La izquierda también se ha mostrado dividida sobre el apoyo a ciegas al pacto e incluso el coordinador de los senadores del PRD respaldó la semana pasada a Cordero para estudiar una reforma política y electoral al margen de ese acuerdo.

Peña Nieto ha utilizado el Pacto por México para mostrar dentro y fuera del país cómo su gobierno es capaz de lograr acuerdos con la oposición para intentar hacer los ajustes que se necesitan para que crezca la economía, se enfrente la pobreza y se reduzca la inseguridad que viven varias zonas del país.

“Se le puede ir un poco de las manos el eje que le conviene a Peña Nieto que es desde el pacto sacar las reformas”, dijo Crespo.

El pacto tuvo un primer tropiezo hace unas semanas por un escándalo denunciado por el propio PAN, que señaló haber detectado un supuesto plan para comprar votos con fondos públicos.

El traspié se salvó cuando el gobierno de Peña Nieto y el PRI aceptaron un reclamo del PAN y PRD para incluir en el pacto la decisión de vigilar que no se usen recursos públicos en la promoción del voto.

Fuente: AP

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