Prueba de fuego en Guerrero

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(Prueba de fuego: maestros y grupos autoarmados)

Por Jorge Zepeda Patterson

La fiesta de fin de semana que traían en Gobernación por el éxito del desalojo de la Autopista del Sol y el consiguiente aplauso de la mayoría de los medios de comunicación, comenzó a tornarse en funeral este lunes, cuando policías comunitarias de la sierra decidieron marchar al lado de los maestros, y viceversa. El fantasma de la APPO comenzó a recorrer las calles de Guerrero.

El tema es más que preocupante porque el radicalismo del movimiento magisterial de la Sección 22 podría hacer un maridaje explosivo con fuerzas comunitarias que ya están armadas y han decidido proteger sus intereses y su seguridad con su propia mano. En principio se trata de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC) del municipio de Tixtla, pero fácilmente podrían integrarse otros grupos de autodefensa que han proliferado en la zona.

Sin proponérselo, las autoridades violaron el precepto político que indica no abrir dos frentes de manera simultánea en la misma región. Ambos movimientos –maestros y campesinos– marchaban para liberar a sus respectivos lideres que por razones distintas habían sido aprehendidos en días previos. El del magisterio por lesión a policías durante el bloqueo de la autopista, el del grupo de autodefensa por el cargo de portación arma de fuego.

Por ahora se respira una momentánea calma chicha en Guerrero. Los dos líderes estarían saliendo de la cárcel en libertad bajo fianza, lo cual desmoviliza en lo inmediato el propósito de las marchas. Los maestros de la Sección 22 decidieron regresar a clases este lunes. Consideraron que luego de las críticas por el bloqueo de la autopista requerían un cambio de estrategia para concitar un mayor apoyo social a su lucha. Juzgaron, con acierto, que suspender clases enajenaría cualquier simpatía por parte de los padres de familia y las propias comunidades.

El problema de la CNTE (la coordinadora que agrupa a los maestros disidentes del SNTE y que constituyen mayoría en Oaxaca y Guerrero) es que no ha podido validar sus argumentos para oponerse a la reforma educativa frente a la opinión pública. Si bien la propuesta del gobierno de Peña Nieto sigue siendo vaga mientras no se diseñe y aterrice su aplicación, el debate se ha centrado en la evaluación de los maestros como criterio básico para el ascenso en la carrera magisterial. Un tema al que se opone la CNTE.

A mi juicio es un debate perdido de antemano por los maestros en la medida en que esté centrado en el asunto de la evaluación. Difícilmente la opinión pública aceptará que se dé marcha atrás en algo que especialistas y organismos internacionales habían coincidido: la permanencia y ascenso de profesores no puede ser materia discrecional por parte del sindicato o de la autoridad. Es un tema nodal para la mejoría en la calidad de la educación en México.

Si bien es cierto que resulta lamentable el despido de un profesor que no logra pasar los exámenes de evaluación de manera reiterada, todo padre de familia coincidirá que prefiere eso a mantenerlo en una aula a la que asistan sus hijos.

Para escapar a este dilema, en Oaxaca los maestros optaron por hacer una contra propuesta. Presentaron el Plan para la Transformación de la Educación de Oaxaca (PTEO). A petición del gobierno de Cué especialistas del Investad elaboraron un dictamen sobre este Plan y concluyeron que era inviable pues convertía al maestro en gestor central de la comunidad en aspectos que trascendían sus funciones y usurpaban tareas de las autoridades municipales y comunitarias. El Congreso de Oaxaca desechó el PTEO por anticonstitucional.

No está claro qué seguirá en materia de movilizaciones. La primera batalla ha sido ganada políticamente por el gobierno de Peña Nieto. El desbloqueo de la Autopista del Sol fue un éxito porque ni las causas –la oposición a la reforma educativa– ni el método –bloqueo de vías públicas– de los maestros disidentes fueron “comprados” por la opinión pública.

Pero la marcha de guardias de autodefensa y maestros inconformes sienta un precedente. El territorio está sembrado de grupos sociales con reivindicaciones de todo tipo, en su vasta mayoría legítimas y urgentes. No podía ser de otra manera en una sociedad tan desigual, plagada de injusticias. El riesgo para Peña Nieto es que tales emergencias se mezclen constituyen frentes de movilización generalizada. En sí mismo no es desestabilizante, puede incluso ser favorable a la para profundizar procesos democráticos, pero a condición de ser operados de manera madura y razonada por ambas partes.

La capa democrática y de respeto a los derechos humanos con la que se envuelto el gobierno de Peña Nieto será puesta a prueba en los próximos meses. Ciertamente el desalojo de la autopista la semana pasada no se pareció a la salvajada de Atenco (aunque tampoco tuvo la tersura prístina con que la reportó la televisión). Con todo, la suerte y la prudencia favorecieron un desenlace favorable.

Pero en toda confrontación entre miles de policías y manifestantes hay un margen de imponderables que pueden surgir. Desde el azar que monta tragedias con una chispa inesperada, hasta la intervención de provocaciones de origen extremista (de izquierda o derecha) interesada en la represión y la inestabilidad.

El tan trillado tema del oficio priista será puesto a prueba en los próximos meses. La reforma energética y la reforma fiscal que impondría el IVA a alimentos y medicinas se ve, de repente, mucho más complejo de lo que parecía hace algunas semanas. Podría convertirse en un cerillo en la pradera seca, si no son operadas con sensibilidad, felxibilidad y apertura. Veremos.

@jorgezepedap

www.jorgezepeda.net

Fuente: Sin Embargo

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