Presentan Mientras agonizo en Cannes

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Adaptar al cine Mientras agonizo, la gran novela de William Faulkner, requiere un conocimiento profundo de la obra, una sólida experiencia en el cine y mucho valor. Esto último es lo único que tiene y le sobra a James Franco, que compite en Cannes con una pretenciosa y simplificada versión de la novela.

Incluida en la sección “Una cierta mirada”, la segunda en importancia en Cannes y que premia el cine novedoso y arriesgado, la película As I Lay Dying fue recibida con algunos aplausos en su primera proyección en el festival.

En su adaptación, Franco ha eliminado prácticamente los personajes secundarios de la historia, que aparecen muy brevemente, ha elegido a Darl (interpretado por él) como único narrador y ha transformado la compleja estructura de la novela -basada casi enteramente en monólogos- en una narración lineal.

Decisiones que podrían tener un sentido para tener un texto manejable de la tremenda y preciosista obra de Faulkner.

El problema de la película está más bien en la elección de actores, empezando por él, que resulta de lo menos emotivo, y, sobre todo, en el abuso de la pantalla partida.

Para tratar de recrear la narración con diferentes puntos de vista usada por Faulkner, el actor y director se decanta por un sistema de pantalla partida, que utiliza en exceso.

La misma escena vista por dos personajes diferentes; alguno de los protagonistas dirigiéndose a la cámara con la otra mitad de la pantalla en negro o dos escenas consecutivas, que se solapan.

Son los momentos o secuencias elegidos por Franco para llenar las dos mitades de la pantalla, un recurso que al principio funciona pero que acaba aburriendo.

Tampoco los actores parecen haberse metido con suficiente intensidad en unos personajes socialmente desfavorecidos y con duros rasgos de personalidad.

Tim Blake Nelson, como el cabeza de familia, Anse, es el que más se acerca al personaje ideado por Faulkner, un hombre egoísta y ruin que antepone su interés por encima del bienestar de sus hijos.

Tras la muerte de su esposa, Anse y sus cinco hijos recorren un largo camino tanto físico como moral para poder enterrarla en el Misisipi rural de los años treinta.

Los hijos -Darl (Franco), Cash (Jim Parrack), Jewel (Logan Marshall-Green), Dewey Dell (Ahna O’Reilly) y Vardaman (Brady Permenter)- sufren cada uno sus propios temores, contradicciones o guardan secretos inconfesables.

Pero los actores que los interpretan no logran traspasar la coraza de unos personajes llenos de capas y que en la novela se muestran mucho más complejos. Solo O’Reilly, como la única chica de la familia, consigue transmitir la fragilidad de Dewey.

Una película rodada en tan solo 25 días en escenarios de Misisipi similares a los descritos por Faulkner y con un presupuesto bajo que obligó al equipo a buscar la ayuda de actores locales o alojamiento gratuito con familias de la zona.

Un proyecto que comenzó hace siete años, cuando Franco pensaba en rodar un corto basado en un cuento de Faulkner “Hojas rojas”, idea que abandonó y decidió centrarse en “Mientras agonizo”.

Multifacético y ambicioso, Franco es actor, director, escritor, pintor o presentador y a sus 35 años ha multiplicado su talento con un trabajo intenso que le ha llevado a tener a sus espaldas más de 80 títulos como actor y una veintena como director -entre cortos, documentales y largos-.

Californiano y perteneciente a una familia de escritores y profesores universitarios, Franco es conocido por lanzarse de un proyecto a otro sin respiro, compaginándolo con sus estudios universitarios.

Y en una carrera tan amplia y variada ha recibido tantas alabanzas como críticas. Las últimas y más duras, por su papel como presentador en la gala de los Oscar en 2011, junto a Anne Hathaway.

Fuente: EFE

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