Planean acelerar las deportaciones

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Funcionarios de la Casa Blanca anunciaron planes para detener a más inmigrantes indocumentados y acelerar sus casos en la Corte para deportarlos rápidamente. Aseguran que la desinformación sobre la política gubernamental contribuyó a que una oleada de migrantes de Centroamérica cruzara sin documentos la frontera sur de Texas.

El vicepresidente Joe Biden se reunió en Guatemala con líderes  de los tres países de donde proviene la mayoría de los migrantes –El Salvador, Guatemala y Honduras– para informarles que no existen nuevos canales legales para ingresar a Estados Unidos.

Oficiales del Departamento de Seguridad Interna están apresurándose para abrir más centros de detención para familias con hijos que son atrapados ingresando sin documentos a este país y también aumentarán el uso de aparatos de monitoreo como brazaletes electrónicos para los tobillos, para rastrear a los migrantes después de que sean liberados.

El primero tendrá 700 camas y será el Centro de Entrenamiento para Autoridades Judiciales en Artesia, Nuevo México. Ahí se encuentra la academia de entrenamiento de la Patrulla Fronteriza.

Las autoridades no tenían un dato específico sobre cuándo comenzará a operar como centro de detención, pero dijeron que será pronto.

Oficiales de Inmigración y jueces serán reasignados de emergencia para acelerar los casos en el Valle del Río Grande (Bravo) de Texas, por donde están entrando la mayoría de los migrantes.

El Gobierno está tratando de frenar los rumores que han llegado a Centroamérica de que las autoridades fronterizas de Estados Unidos están ofreciendo permisos para ingresar al país a los padres de familia que viajan con sus hijos después de que son aprehendidos.

Oficiales esperan que al incrementar el número de migrantes que son detenidos y luego deportados, otros que están considerando hacer la travesía sean disuadidos.

Biden anunció que se le otorgarán 255 millones de dólares a Centroamérica como ayuda para los programas de repatriación de deportados, para mejorar el procesamiento de miembros de pandillas callejeras criminales, y ampliar los programas juveniles para reducir el reclutamiento que están haciendo las pandillas.

Hasta ahora, funcionarios de la Casa Blanca han insistido en que la pobreza extrema y la epidemia de violencia de pandillas en esos países de Centroamérica fueron las principales causas del aumento inesperado en la migración ilegal.

Pero muchos inmigrantes indicaron a agentes de la Patrulla Fronteriza que decidieron partir hacia Estados Unidos tras escuchar que el país estaba ofreciendo una forma de permiso de entrada.

A muchos otros inmigrantes que solicitaron asilo tras ser aprehendidos se les permitió quedarse de manera temporal, lo cual acrecentó la idea de que las mujeres y los niños centroamericanos estaban recibiendo un trato especial.

Durante una conferencia telefónica con la prensa, Cecilia Muñoz, directora del Consejo de Políticas Nacionales de la Casa Blanca, comentó que el Gobierno estaba esforzándose por “dispersar la desinformación que se está sembrando de manera deliberada por organizaciones delictivas y por redes de contrabando, sobre lo que la gente puede esperar si viene a Estados Unidos”.

En Guatemala, Biden se reunió con el presidente de ese país, Otto Pérez Molina; el presidente de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, y prominentes funcionarios de Honduras y México.

Pero Biden pudo ver de cerca la poca relación que Estados Unidos suele tener con líderes regionales, quienes culpan al fracaso de las políticas migratorias de Estados Unidos de hacer que los niños se unan a sus padres en Estados Unidos sin importar a qué costo.

Durante sus comentarios públicos, Pérez Molina, pese a reconocer que el Congreso de Estados Unidos debe actuar, reiteró la solicitud de un programa de trabajadores temporales y una vía por la que los guatemaltecos que viven en Estados Unidos puedan quedarse sin documentos.

Biden ignoró esos puntos durante sus comentarios e hizo énfasis en las causas sociales de la migración.

“Estados Unidos reconoce que una parte clave de la solución a este problema es abordar las causas de raíz detrás del problema de la inmigración”, dijo, volteando para dirigirse directamente a Pérez Molina en varias ocasiones.

El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, envió a un importante asesor a la junta pero no asistió para ver a Honduras jugar en la Copa Mundial en Brasil. Fuente:

The New York Times vía El Diario

 

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