Petróleo: el velo del secreto

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Por John Saxe-Fernández

En una valiosa nota sobre un ataque a escondidas contra la transparencia en el pago por el petróleo (extraído), Oxfam. org informa que las grandes petroleras de Estados Unidos alientan la opacidad de los registros de extracción de gas y petróleo, con dedicatoria a México. La embestida la articula el American Petroleum Institute (API), poderoso cabildo del ramo, e incluye una estipulación, en apariencia inocua, al ya de por sí adverso Acuerdo Transfronterizo EU-México sobre Hidrocarburos –en el Golfo de México–diseñado para debilitar los requisitos legales de transparencia en la extracción de recursos registrada por las firmas petroleras, gaseras y mineras.

Aunque en Estados Unidos hubo apoyo oficial a la transparencia en esos acuerdos, la trabazón de intereses oligárquico-imperiales beneficiados por la apertura de la reserva mexicana a los privados planteada por EPN, va por más secrecía y abuso de poder.

En un contexto de beligerancia e intervención imperialista por la vasta militarización fronteriza y brutal violencia antinmigrante, que para nada toca el flujo de armamento de asalto hacia acá ni el lavado hacia Estados Unidos, se informó que el API, con apoyo de Exxon, Shell, Chevron y BP había entablado juicio a la Securities Exchange Comission (SEC), encargada de certificar ante los inversionistas los montos extraídos de las reservas, esperando que sus aliados en el Congreso les ayudaran a debilitar la ley que fortalece la transparencia en los registros de producción de gas y petróleo.

El 2 de julio la Corte Distrital dio a conocer su fallo a favor del API para mantener en secreto los pagos por la explotación petrolera. Ante ello, un vocero de Oxfam afirmó que la pelea por levantar el velo al secreto sobre miles de millones de dólares no ha acabado y sostuvo que se considerarán todas las opciones legales, incluyendo el recurso de apelación contra esta medida. Con elplan transformador de Pemex anunciado desde Londres (La Jornada, 27/VI/2013) el lodazal que ya se anida y el riesgo que se avecina contra el patrimonio y jurisdicción de la nación es de calibre histórico.

Corresponde a la ciudadanía y a los movimientos sociales de México determinar medidas en la dirección de una acción política serena y de efectiva resistencia pacífica ante este esquema de pillaje planteado bajo el embuste de una reforma energética, en medio de la descomposición socio-política gestada por 30 años de sabotaje a Pemex, de agresión a la economía popular, a los sindicatos y al aparato productivo.

Esa política económica, impulsada con préstamos de los programas de ajuste estructural (PAE) del FMI/Banco Mundial (BM) es el mayor problema de seguridad nacional, agudizado por los planes para constitucionalizar la privatización y extranjerización de los hidrocarburos, fuente de más de 30 por ciento del presupuesto federal.

Los atractivos y legales honorarios de los PAEs, depositados en cuentas suizas, agilizaron que nos dejaran sin banca, maíz, ferrocarriles y cientos de empresas, propiedades y otros activos públicos en buen funcionamiento. Ahora que las petroleras sacan el cobre ¿le apuestan a un gran estallido cargando a la ciudadanía el boquete presupuestal por el saqueo del petróleo, con más IVA y alianzas público/privadas (APP)? Ni los empresarios de dentro o los de fuera se disponen a renunciar a sus privilegios, subsidios o aumentar sus aportes al fisco.

Desde hace años el paquete transformativo elaborado por Exxon y el BM, con luz verde del Departamento del Tesoro, incluyó planes de ingeniería social y operaciones legales para registrar como suyos ante la SEC yacimientos de otras naciones. En torno a la gran reserva de Irak, objetivo central de la guerra de agresión de Estados Unidos, la firma trató de dominar las actividades corriente arriba (exploración y producción) y corriente abajo(refinación, distribución, comercialización). Para influir en Irak, igual que aquí, con un contrato de servicios técnicos, Exxon ofreció vastas inversiones a cambio de registrar como suyos ricos yacimientos. Para los descendientes de Standard Oil, que atacan la transparencia e impulsan la discrecionalidad en la SEC, invertir es aceptable sólo si son dueñas, controlan las operaciones y la conducción de cualquier fusión, como detalla Steve Coll en Private Empire (Penguin 2012), por lo que su programa transformativo se rechazó. En Irak la soberanía del gas y petróleo sigue siendo vital.

Acá, para los del pacto esa soberanía es un cuento, aunque para seis de cada 10 mexican@s sea esencial: en los últimos 12 años Pemex aportó al fisco 6 billones 412 mil 700 millones de pesos (mdp), 53.4 por ciento de sus ventas. Las 30 empresas que cotizan en la BMV pagaron impuestos por 123 mil 884 millones de pesos: ¡4.5 por ciento de sus ventas! (La Jornada, 4/XI/12).

Ante un saqueo legalizado en Estados Unidos y constitucionalizado aquí, están en juego petróleo, empleo y todo lo público: escuelas, universidades, salud, infraestructura, la gestión del agua y más.

jsaxef.blogspot.com

Fuente: La Jornada

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