Salvo que llueva pronto en California, Caín Sánchez puede perderlo todo. Junto a sus socios en una cooperativa, logró sembrar algunas hortalizas, pero la fuerte sequía tiene a cientos de miles de mexicanos mirando al cielo.
“Ahorita, se tiene lechuga y acelga sembrada. Tiene 42 días. Esa se va a a poder cosechar bien porque con lo poquito que llovió en estos días, tienen agua durante un mes.
“El problema lo vamos a tener en dos o tres meses si no llueve”, advirtió Sánchez a Reforma.
California vive una de las peores sequías de su historia, un fenómeno que afecta de manera directa a mexicanos que, como Sánchez, trabajan de campesinos en algunas de las más de 80 mil granjas del estado.
“Yo estimaría que un millón de campesinos se van a ver afectados, pero en algunas áreas se van a ver más afectados”, dijo Antonio Cortés, organizador de la Unión de Trabajadores de Granjas, el sindicato de campesinos de Estados Unidos.
La gran mayoría son mexicanos indocumentados y no pueden recibir asistencia federal.
Cortés aclaró que aún es muy pronto para tener una idea concreta del golpe que asestará la sequía porque recién están despuntando los primeros síntomas, y el trabajo fuerte se da en la primavera y el verano.
Pero la Coalición de Granjas y Agua de California estima que la escasez de agua podría significar 5 mil millones de dólares en pérdidas para la agricultura el transporte y la industria.
En la cooperativa a la que pertenece Sánchez, oriundo de Coalcomán, Michoacán, quien ahora vive en Gilroy, en el Valle Central, pueden llegar a perder hasta 300 mil dólares este año.
Allí llegan a trabajar hasta 26 personas, y en un año normal ya hubieran sembrado coliflor, repollo, brócoli, zanahoria, perejil y cilantro.
“A futuro, no podríamos sembrar nada de lo mencionado más ejote, elote, papa, chile, tomate y tomatilla”, apunta Sánchez.
El acapulqueño Feliciano Valdivia vive en Fresno, una zona conocida por los campos de frutales, que ante la falta de agua han comenzado a languidecer.
Valdivia dijo que los campesinos trabajan y cobran menos porque los dueños de las granjas están reduciendo los salarios ante la perspectiva de una menor cosecha.
“Estamos sacando 360 dólares a la semana limpiados los taxes (impuestos), hay que quitarle 230 dólares de comida. ¿Cuánto le viene quedando a uno? Nada”, se lamenta.
Fuente: Reforma