Por Álvaro Delgado
Ante la pandemia del COVID-19 es preciso tener una referencia sobre sus efectos en la sociedad y la actuación del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, cuyo único referente en México es la de la H1N1 en el sexenio de Felipe Calderón, en 2009, cuando murieron mil 316 personas y la economía se desplomó -6.5% del PIB con el consecuente aumento en desempleo y pobreza.
La actual emergencia tendrá indeseables consecuencias y otra vez los más afectados serán los más pobres, pero éstas deben ponerse en perspectiva ahora que Calderón apuesta a la desmemoria colectiva para lucrar política, aun con noticias falsas.
Igual que ahora, en la pandemia de hace una década hubo críticas a la actuación “tardía” de las autoridades que pasaron de minimizar el problema, cuando ya había muchos casos en otros países, a decretar medidas de radical aislamiento para evitar la propagación del virus que tampoco tenía antídoto.
“Esto no es pandemia”, decía el secretario de Salud del gobierno de Calderón, José Ángel Córdova Villalobos, el 22 de abril de ese año, quien un mes antes, el 30 de marzo, postulaba que “la influenza pandémica” estaba sólo “en Asia, particularmente en China, Vietnam, Indonesia y últimamente hasta en Egipto”, y en el remoto caso de llegar a México “podría provocar en el lapso de dos o tres meses hasta un millón de muertes” (Reforma 30-3-2009).
Y fue la Organización Mundial de la Salud la que puso sobreaviso al gobierno de Calderón sobre la presencia del virus en México, como refiere el “Plan Nacional de Preparación y Respuesta ante la Intensificación de la Estacional o ante una Pandemia de Influenza”, elaborado por la Secretaría de Salud en el gobierno de Enrique Peña Nieto:
“El 12 de abril el gobierno de México atiende una solicitud de verificación por parte de la OMS debido a la presencia de un brote de enfermedad respiratoria aguda y neumonía en la comunidad de La Gloria, Veracruz. Se identifican algunos casos de influenza A, otros tantos de influenza B y para influenza. La mayoría de los casos no pueden tipificarse”.
Como ahora López Obrador, Calderón también enfrentó problemas de comunicación: Sólo dos días después de que Córdova negó la pandemia se decretó, casi a la media noche, la suspensión de clases de todos los niveles educativos, públicos y privados, en la capital y zona metropolitana, tras enviar una iniciativa para legalizar el “estado de excepción”.
El jefe de gobierno del entonces Distrito Federal era el actual canciller Marcelo Ebrard y, con su aval, se cancelaron espectáculos masivos y se cerraron negocios que llevaron a la quiebra ese año a ocho mil 500 empresas sólo en la capital, según la Canaco. Ahora el COVID-19 amenaza a la economía nacional a cargo de López Obrador, y será inevitable comparar sus saldos con los de Calderón hace 11 años, cuyo desplome de 6.5 del PIB es, todavía, el peor de la historia y que ambiciona volver otra vez al poder.
Fuente: El Heraldo de México
