La diócesis de Brooklyn alcanzó un acuerdo ante la corte para pagar 27.5 millones de dólares a cuatro hombres que fueron víctimas de abuso sexual de manera repetida por un sacerdote que se desempeñaba en una iglesia de ese condado de Nueva York.
El arreglo constituye uno de los más grandes pagos de compensación otorgado en la historia a víctimas individuales de abuso sexual dentro de la Iglesia Católica, de acuerdo con los abogados de los sobrevivientes de las agresiones.
El acuerdo se produce dos semanas después de que la Fiscal General del estado de Nueva York anunciara una investigación civil a nivel estatal sobre el abuso sexual dentro de la Iglesia Católica y su encubrimiento por parte de los líderes de la misma institución.
Esas investigaciones, por su parte, habían comenzado luego de que un informe de un gran jurado del estado de Pensilvania detallara abusos a más de mil niños de parte de cientos de sacerdotes, en incidentes que se extendieron durante décadas.
Los cuatro individuos que recibieron la compensación fueron atacados sexualmente de manera repetida por Angelo Serrano, un laico que ahora tiene 67 años que es identificado como maestro de educación religiosa en la iglesia de St. Lucy-St. Patrick, en el vecindario de Clinton Hill.
Los sobrevivientes fueron abusados de manera repetida entre 2003 y 2009 cuando tenían entre 8 y 12 años de edad, según los documentos de la Corte Suprema de condado de Kings.
Los abusos ocurrieron en el departamento de Serrano, ubicado en una vieja escuela detrás de la iglesia, y en un programa para después de clases.
Serrano fue arrestado en septiembre de 2009 por abusar sexualmente de varios niños, luego de que una de las víctimas revelara a su madre su situación y llamara a la policía. En 2011, se declaró culpable de cargos de conducta sexual en primer grado y cumple una condena de 15 años de prisión.
La jueza Loren Baily-Schiffman también consideró en su decisión que los reverendos a cargo de la iglesia, Frank Shannon y Stephen Lynch, supieron de la conducta inapropiada de Serrano, como su costumbre de llevar a niños a dormir a su casa, y la encubrieron.
Fuente: Reforma/ Agencias