Por Francisco Javier Pizarro Chávez
El presidente de la República en su conferencia “Mañanera” del jueves 17 de noviembre, convocó a los ciudadanos a promover una “avalancha de votos” para la consolidación de la 4ta Transformación y también de los legisladores “ya que se requiere de los votos una mayoría calificada en la Cámara del Congreso para llevar a cabo las reformas constitucionales”.
Adujo que no era de su interés estar “pensando en ganar la presidencia” en las elecciones de 2024. Textualmente, expuso a los ciudadanos: “No sólo votes por el presidente o la presidenta, si quieres que haya una transformación o siga la transformación”, con el apoyo también de los Candidatos del Congreso, “para llevar a cabo las reformas constitucionales, que se requieren dos terceras partes, no mayoría simple”, porque si no “los van a ningunear”.
Expuso que independientemente del partido o el candidato o candidata, “Hay que votar por la transformación, por el proyecto de Nación, esto es lo más importante”. Y concluyó: “Al conservadurismo (INE y Opositores) no les importa que se paralice todo un país, lo que les interesa es mantener sus privilegios…quieren seguir conservando los privilegios de la oligarquía, ese es el fondo del asunto, ya que esa oligarquía corrupta y racista tiene el control de los medios de información. (…) hay todo un movimiento de desinformación”, declaró (Fuente informativa: Sin embargo).
Tiene toda la razón. La democracia “representativa” genera un conjunto de espacios y mecanismos, donde pueden incidir a los electores asuntos públicos de los partidos políticos afines a la oligarquía del poder sobre asuntos públicos de su incumbencia, como el reciente movimiento de la derecha en contra de la ficticia “cancelación del INE” y, desde luego, de la “consolidación de la 4ta Transformación”.
La democracia “participativa” del pueblo en cambio, se ejerce no solo de los procesos electorales, sino también y, sobre todo, de las políticas socioeconómicas del contexto de nuestra nación; el desarrollo de las organizaciones de los trabajadores y agropecuarias, de las pensiones de los ciudadanos de la tercera edad, y el bienestar de las étnicas comunitarias y la educación pública de las niñas y niños, ejes fundamentales de la 4ta Transformación.
En concreto. La democracia participativa a diferencia de la representativa, requiere interfaces gobierno-sociedad más allá de los procesos de los espacios institucionales y también, de la rendición de cuentas propias del modelo representativo, el cual desde la primera consulta popular incomoda y rechaza el titular del INE y la oligarquía a la 4ta Transformación.
Ambos (INE y Oligarquía) saben que la democracia participativa supera a la representativa, ya que promueve ciudadanos más atentos a las políticas sociales involucradas en los asuntos públicos, y, consecuentemente guía nuestras aspiraciones de bienestar social. La democracia participativa nos describe cómo funciona y que alcance tiene el diseño institucional del Estado y su gobierno.
Para Lorenzo Córdova y José Woldenberg, y los magantes de la oligarquía, la “democracia participativa” sustentada por el presidente de la República en el Instituto Nacional Electoral y de Consultas (INEC), violenta –según ellos—la democracia.
Desde el inicio de la Consulta Popular de la Revocación de Mandato de los expresidentes del PRI y el PAN, el presidente del INE se abocó a desmantelar en tiempo y espacio la votación de los ciudadanos.
A Lorenzo Córdova y Ciro Murayama, desde entonces, les incomodó que el presupuesto del INE del que perciben un salario superior al del presidente de la República, se redujera a mil millones 500 mil pesos, a 522 millones de pesos en la Consulta Popular de la Revocación de mandato, referida, y posteriormente, el que la Cámara de Diputados encabezada por Morena, le reiteró 2 mil 500 millones de pesos del presupuesto del próximo año.
Y, por si fuera poco, el coordinador de la bancada de Morena en la Cámara de Diputados, expuso que los legisladores de la mayoría buscaran recortar 3 mil millones de pesos al Instituto Nacional Electoral (INE), lo cual se sumaría a los mas de 4 mil 400 millones que le redujeron en el Presupuesto de Egresos de la Federación en 2023.
Es evidente que el caos del INE referido, nada tiene que ver con la democracia participativa. Como bien lo señaló mi estimado amigo “Pichu” en su reciente publicación en, Sin Embargo: “No hay nada mas alejado de la democracia que ese sistema de designación de los consejeros del INE convertido en un gran privilegio de los parlamentarios dirigentes de sus partidos”.
Concluyo: El presidente de la República sabe que el pueblo no lo va a dejar solo. Al contario, esta convencido que millones de mexicanos se sumaran a fortalecer la 4ta Transformación, no al sistema neoliberal que los partidos de la derecha y la iniciativa privada nacional y trasnacional, pretenden recuperar en la elección presidencial de 2024.
Veremos y diremos, quién es quién.