La popularidad del presidente Obama se ha desplomado entre casi todos los segmentos del público desde que el año pasado resultó reelecto, pero el análisis que Gallup dio a conocer este jueves revela que los estadunidenses hispanos se han decepcionado de él de manera alarmante.
La opinión que los hispanos tienen respecto a Obama se ha modificado con mucha mayor regularidad que entre blancos o afroamericanos. Como explica el autor del reporte de Gallup Jeffrey M. Jones, “el índice de aprobación de Obama que tienen los hispanos ha mostrado mayor variación que los índices de cualquier grupo en el transcurso de su presidencia”.
¿Cuál es la razón de la variable actitud de los hispanos hacia Obama? Una posibilidad es que en el 2010 y el 2011 los hispanos se desencantaran de Obama por algunas de las mismas razones que otros estadunidenses —incluyendo la débil economía y la desagradable batalla por el tope en la deuda— pero que también se desilusionaron de la manera en que manejó los temas inmigratorios, especialmente las deportaciones de los inmigrantes indocumentados. En el 2011, casi seis de cada 10 desaprobaban su actuación en las deportaciones.
Pero en el 2012, los candidatos de las primarias republicanas propusieron la polémica “autodeportación” como solución para el tema de los inmigrantes indocumentados, mientras que la administración Obama introdujo un programa que permitía a los inmigrantes indocumentados solicitar estatus legal provisional. Los debates de campaña se concentraron asimismo en áreas donde aparentemente los hispanos estaban más de acuerdo con los demócratas —incluyendo el tamaño del Gobierno, cómo generar empleos y la atención médica. Lo anterior, junto con el impulso natural de la reelección, mejoró la posición que Obama tenía en el 2012 entre los hispanos.
La baja más reciente podría constituir el repliegue de aquel punto alto, con una economía continuamente débil, la mala implementación de la ley de atención médica y el estancamiento en la reforma inmigratoria, todos influyendo en el descenso de la popularidad de Obama. El drástico alejamiento reciente de los hispanos no debe ser ignorado. A corto plazo, el escepticismo en torno al Presidente obstaculizará los esfuerzos de Obama destinados a congregar el apoyo hispano para los candidatos demócratas en el 2014. A largo plazo, demuestra que los demócratas aún no han asegurado la lealtad perdurable de los estadunidenses hispanos, abriendo la puerta para que los republicanos ofrezcan una opción mejor.
Fuente: The Washington Post vía El Diario
