La Casa Blanca insiste en que la propuesta de construir un muro a lo largo de la frontera con México avanza a buen paso a pesar de la resistencia en el Congreso. Lo que no dice es cuál es la nueva visión del muro.
La promesa de construir un “muro grande y hermoso” y hacer que México pague por él fue uno de los grandes caballitos de batalla de Trump durante la campaña electoral. Generó la idea de una estructura imponente a lo largo de los 3.200 kilómetros (2.000 millas) de la frontera, demasiado alta y sólida como para que alguien intente atravesarla ilegalmente.
Pero desde que asumió la presidencia, sus colaboradores han dejado en claro que eso no será lo que se construirá. “No será de mar a mar”, expresó el secretario de Seguridad Nacional John Kelly a legisladores.
“¿Qué tan largo será, entonces? ¿Y qué tan grueso, comparado con las vallas actuales? La respuesta no está clara.
Vistazo a lo que se sabe sobre el muro que se viene:
¿QUÉ DIJO EL CANDIDATO TRUMP SOBRE EL MURO?
Desde el mismo arranque de su campaña, Trump dijo que construir un muro y hacer que México pagase por él era una de sus prioridades. El portal de su campaña afirmó que una vez en el gobierno Trump iba a “empezar a trabajar en un muro físico impenetrable en la frontera sur desde el primer día”.
Trump nunca aclaró concretamente de qué hablaba, pero sus palabras daban a entender que se extendería desde Brownsville, Texas, en el extremo oriental de la frontera, hasta San Diego, en el occidental.
Por momentos insinuó que el muro tendría una altura de nueve metros (30 pies) y hasta prometió añadir otros tres metros (10 pies) después de que el ex presidente mexicano Vicente Fox usase una expresión soez al comentar la insinuación de que México pagaría por la iniciativa.
LO QUE DICE EL GOBIERNO AHORA SOBRE EL MURO
Días después de asumir el 20 de enero, Trump firmó un decreto disponiendo la construcción de un “muro físico a lo largo de la frontera sur”. Esa orden ejecutiva, no obstante, no daba detalles ni decía cuánto costaría el muro ni cómo se financiaría.
En los últimos meses, los líderes de las dependencias del gobierno que estarán involucradas en el proyecto han atenuado las promesas de campaña.
El secretario del Interior Ryan Zinke reconoció en marzo algunas de las complicaciones que enfrentaría un muro a lo largo de toda la frontera. Dijo que consideraciones físicas y geográficas hacen que el proyecto resulte “complejo en algunas áreas”, incluidas partes del río Bravo y un parque nacional de Texas remoto y elevado.
Funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional, a cargo de la licitación, han dicho en varias oportunidades que no saben qué extensión total tendrá el muro al final de cuentas ni cuánto costará.
Kelly dijo que el gobierno quiere comenzar a construir al menos 119 kilómetros (74 millas) de muro en Texas y cerca de San Diego, que reemplazará una valla que lleva varios años allí.
Indicó que se comenzará a construir en los sectores que las autoridades de la frontera digan son los más porosos. En una comparecencia ante la comisión presupuestaria del Senado el mes pasado dijo que partes del nuevo muro serán una valla transparente, similar a las construidas bajo los gobiernos de George W. Bush y Barack Obama.
QUIÉN PAGA POR EL MURO
Las autoridades mexicanas descartaron de plano pagar por el muro y los legisladores estadounidenses tampoco se mostraron muy entusiasmados con la idea de financiarlo.
Un primer pedido de Trump de 2.600 millones de dólares para comenzar la construcción en un tramo no especificado fue rechazado inicialmente por el Congreso al aprobar un presupuesto que permite al gobierno seguir funcionando hasta fines del actual año fiscal, que termina en septiembre.
El Congreso aprobó en cambio 772 millones de dólares para la seguridad de la frontera, incluido el mantenimiento y el reemplazo ya programado de muros en ciertos tramos, algunos de los cuales fueron construidos hace dos décadas. El gobierno, no obstante, publicitó esto como un gran avance con miras a la construcción del muro prometido.
El presupuesto presentado por Trump para el 2018 contempla 1.600 millones de dólares para la construcción de 95 kilómetros (60 millas) de muros a lo largo de dos tramos de la frontera al sur de Texas y de 23 kilómetros (14 millas) para reemplazar un muro cerca de San Diego.
Resta por verse si el Congreso aprueba ese pedido. Los demócratas y algunos republicanos cuestionan la necesidad de nuevas barreras en vista de que los arrestos de personas que intentan ingresar ilegalmente al país están en niveles históricamente bajos.
LAS OBRAS EN MARCHA
Hay mucha construcción en la frontera con México. A simple vista, daría la impresión de que se está levantando el muro de Trump. Pero no es así.
Las vallas bajo construcción en pequeños tramos de la frontera en el Sunland Park de Nuevo México y en Naco, Arizona, son parte de una vieja iniciativa para reemplazar alambres de púas instalados hace décadas.
Se espera que en los próximos meses comience en San Diego la construcción de prototipos de muros nuevos, tanto sólidos como transparentes. El Departamento de Seguridad Nacional tiene suficiente dinero para los prototipos… y nada más.
Se espera que el gobierno elija las firmas que construirán los prototipos el mes que viene.
Alicia A. Caldwell está en www.twitter.com/acaldwellap
Fuente: AP