Frente al presidente Enrique Peña Nieto, el rector de la UNAM, José Narro Robles, habló de los sucesos violentos ocurridos en Guerrero: “asistimos a esta ceremonia con el luto de los hechos registrados hace casi siete semanas en Iguala, que afectan directamente a más de medio centenar de familias guerrenses, pero que le duele y avergüenza a la nación entera”.
En la entrega de la Primera Edición del Premio Nacional de Investigación “Impuso al Desarrollo de las Finanzas Estatales” que la propia UNAM copatrocina, su titular pidió hacer de esta ceremonia un acto de reflexión.
“Que sea, insistió un acto de reflexión, más que un episodio de reflexión, que se muevan los sentimientos en favor de la justicia y que se comprometa nuestra inteligencia en la búsqueda de la verdad”.
Antes, el doctor Narro había definido a México como un país de contrastes, una gran nación que vive momentos complicados.
Por ello consideró al actual como un momento para hacer frente a rezagos ancestrales, pues es imposible negar la disparidad de los temas económicos, de salud, educación, empleo, vivienda y calidad de vida.
En el mundo, indicó, existen trampas derivadas de la confusión de los valores laicos y se desdibujan los objetivos perdiendo el norte de la existencia, donde se el ser humano se preocupa más por el estar que por el trascender, y se escoge el camino del lucro y no el de la solidaridad o el del mejoramiento personal, en vez del progreso colectivo.
Para todo ello, indicó el titular de la UNAM, la educación es el antídoto. No es el viaje al progreso, es sólo el pasaje preferido para hacer la travesía y llegar a un destino, porque sin ella no hay porvenir.
Fuente: La Jornada