Monsanto levanta emporio en Jalisco

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Monsanto, empresa transnacional que controla alrededor de 90 por ciento del mercado mundial de semillas transgénicas, puso en marcha el Centro Global de Tecnología en el municipio de Tlajomulco de Zúñiga, Jalisco, con el cual acelerará el desarrollo de semillas híbridas de maíz.

La creación de dicho centro apoyará los esfuerzos de los programas de desarrollo genético de maíz más grandes del mundo; principalmente de los Estados Unidos de Norte América, informó la empresa a través de un comunicado de prensa que reproduce la agencia de noticias del Estado Mexicano Notimex.

“Monsanto reafirma su compromiso con México y demuestra su confianza en el talento de científicos e investigadores mexicanos, que están a la altura de los mejores a nivel mundial. Aquí se van a recibir muestras de más de 70 países y se van a desarrollar soluciones que beneficiarán a millones de agricultores”, expresó Manuel Bravo, Presidente y Director General de Monsanto Latinoamérica Norte.

De acuerdo con Greenpeace, los planes de Monsanto son convertir la producción agrícola y alimentaria mundial “en un gran experimento genético, totalmente dependiente de sus semillas patentadas”. La organización ambientalista ha dicho que económicamente, Monsanto ha tenido grandes éxitos, pues ha demandado a innumerables agricultores que han sido contaminados con su semilla.

Sin embargo, dice el organismo civil, su expansión se ha detenido en el mundo gracias a los países que la han prohibido, sobre todo de la Unión Europea, donde está prohibida la siembra de algunas variedades de maíces transgénicos, como el MON810.

Greenpeace refiere que las cosechas transgénicas de todo el mundo representan menos del 1 por ciento de la superficie total cultivable. El 85 por ciento de los cultivos modificados genéticamente se concentra en sólo tres países: Estados Unidos, Argentina y Canadá. Hasta el momento solamente se cultivan comercialmente cuatro productos: algodón, maíz, soya y canola.

México se ha vuelto blanco de estas empresas que pretenden liberar sus variedades de maíz transgénico. El campo mexicano representa un gran negocio para la industria. En países donde se ha autorizado el cultivo de maíz transgénico se ha demostrado su imposible coexistencia con variedades convencionales, nativas y orgánicas.

La contaminación transgénica de un centro de origen y diversidad genética de un grano representa el monopolio total del mismo. Por eso, es fundamental que la cuna del maíz no permita la siembra de maíces transgénicos, expuso la organización internacional.

Sin embargo, debido a la medida precautoria dictada en octubre de 2013 por el Juzgado Federal Décimo Segundo de Distrito en Materia Civil en el Distrito Federal en la que ordenó a la Secretaría de Agricultura Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) y a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) suspender cualquier permiso experimental, se frenó el procedimiento de liberación comercial para la siembra de este tipo de alimento en el país.

La resolución del juez se dio como respuesta a una demanda colectiva que interpusieron activistas como el Padre Miguel Concha, Antonio Turrent, Bernardo Bátiz, Víctor Manuel Toledo, Raúl Hernández Garciadiego, Víctor Suárez, Adelita San Vicente, entre otros, y además deja sin efecto 43 permisos experimentales que se otorgaron desde 2011 en Sonora, Sinaloa, Chihuahua y Tamaulipas.

La medida precautoria se basa en el riesgo de daño al medio ambiente, impide a empresas trasnacionales como Monsanto y Pioneer –entre otras–, liberar maíces transgénicos en el campo mexicano, en tanto se resuelva el juicio de acción colectiva.

Según datos de estas organizaciones, el no poder sembrar transgénicos de maíz en este ciclo agrícola representará para Monsanto una pérdida millonaria, ya que había solicitado permiso para distribuirlas en 1 millón 840 mil hectáreas, lo que le daría ganancias por 5 mil 520 millones de pesos.

Organizaciones civiles han denunciado que Monsanto en México y el gobierno federal han promovido en menos de un año al menos 60 impugnaciones, entre ellas 14 amparos, en contra de la medida precautoria decretada por el Poder Judicial para detener la siembra de maíz transgénico en México.

Este lunes la empresa dio inicio a las operaciones del Centro Global de Tecnología que ”forma parte de las acciones permanentes de Monsanto para estar a la vanguardia en el desarrollo de soluciones para los agricultores en todo el mundo y en donde a través de nuestra ciencia y tecnología seguimos reafirmando el compromiso que tenemos con la seguridad alimentaria y la sostenibilidad”, explicó Manuel Bravo.

“Los procesos de las nuevas instalaciones de tecnología están estrechamente interconectados con otros centros globales de investigación de Monsanto en el mundo mediante un sistema logístico de alta precisión. Con ello, se intenta lograr nuevas variedades con tolerancia a las enfermedades y el estrés que afectan al cultivo del maíz en todo el mundo, debido a las crecientes condiciones adversas del cambio climático que se registran a nivel internacional”, dice el comunicado.

Y afirma: “Esto permitirá a Monsanto mejorar los procesos, elevar su eficiencia y atender en menor tiempo las necesidades de los agricultores de cualquier país del mundo que requieren semillas híbridas mejoradas.”

El centro es operado por científicos mexicanos: la dirección de este centro está a cargo del Dr. Manuel Oyervides y la operación por MC Adán Rojas.

“El establecimiento en México de este centro de conocimiento global, obedece principalmente al perfil de los investigadores científicos mexicanos altamente capacitados que integran mayoritariamente su plantilla laboral; no obstante, también vendrán especialistas de otros países, dependiendo de los proyectos que requieran el uso de todas las características que ofrece el centro”, destacó Manuel Bravo.

Fuente: Sin Embargo

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