Migración a cambio de frontera segura

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El presidente Barack Obama tiene sus prioridades internas en mente al viajar este jueves a México, donde necesita una economía en crecimiento y a un presidente mexicano dispuesto a ayudarle a mejorar la seguridad fronteriza si desea lograr la reestructuración de las leyes que regulan la inmigración en Estados Unidos.

Obama vuela a la Ciudad de México para en las próximas horas para reunirse con el presidente Enrique Peña Nieto, ansioso de promover el éxito económico del país vecino y su posición como el segundo mayor mercado para las exportaciones de bienes y servicios estadounidenses.

Momentos antes de partir, Obama dijo que su viaje a México, y después a Costa Rica, promoverá dos de sus prioridades: fomentar el crecimiento de la economía y crear empleos para la clase media.

“Me esforzaré en profundizar nuestras relaciones económicas y comerciales a lo largo de América Latina, relaciones que crean trabajos y crecimiento aquí, en casa, y ofrecen a nuestros negocios crecientes mercados donde pueden vender más bienes y servicios hechos en Estados Unidos”, dijo Obama.

Los mexicanos estarán muy atentos a las palabras de Obama, pero éste también tiene en mente una audiencia importante en Estados Unidos.

Aunque el papel desempeñado por los votantes hispanos en los comicios presidenciales estadounidenses del año pasado recibe mucho crédito por el actual impulso hacia una modificación en las leyes que regulan la inmigración -lo que proporcionaría una ruta a la ciudadanía para 11 millones de inmigrantes no autorizados que se encuentran en Estados Unidos_, otra razón para el cambio en las actitudes es que el fortalecimiento de la seguridad en la frontera y la recesión han desalentado a la gente a intentar introducirse a territorio estadounidense, lo cual ha derivado en una disminución de la inmigración no autorizada.

“Todos los planes para regular la inmigración que han sido contemplados se enfocan en asegurar la frontera como una prioridad esencial y punto de partida para una reforma migratoria”, dijo Ben Rhodes, un asesor de seguridad nacional de Obama.

E incluso mejor que una frontera bien defendida es una economía sólida que evite que la gente se vaya.

“Si la economía mexicana crece, ello evita que la gente tenga que migrar a Estados Unidos para encontrar trabajo”, agregó Rhodes.

Ansioso por enfocarse en temas económicos y migratorios, el gobierno resta importancia a las recientes medidas de Peña Nieto para poner fin al amplio acceso que México otorgó a las agencias de seguridad estadounidenses para ayudar a combatir el narcotráfico y el crimen organizado bajo el mandato de su predecesor, Felipe Calderón. Sin embargo, los cambios posiblemente serán uno de los temas durante las reuniones privadas de los dos mandatarios. Obama dijo esta semana que no emitiría juicios sobre las medidas hasta que escuchara argumentos directamente de funcionarios mexicanos.

Peña Nieto asumió la presidencia en diciembre. Para Obama, el viaje es una oportunidad de calibrar al líder mexicano en una etapa temprana de su mandato.

Fuente: AP

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