“Por un Michoacán libre, ése debería ser nuestro objetivo”, aseguron miembros del grupo de autodefensa de Aquila, al advertir la próxima regionalización de los movimientos civiles armados, las autodenominadas policías comunitarias
Záyin Dáleth Villavicencio? Revolución 3.0
El levantamiento de los grupos armados en Michoacán contra el cártel de Los Caballeros Templarios, surgió de manera simultánea en los municipios de Buenavista Tomatlán y Tepalcatepec desde el pasado 24 de febrero. Luego siguieron el ejemplo Coalcomán, Aguililla, Aquila, Chinicuila y Coahuayana.
Desde hace un par de años, los siete municipios, que pertenecen a las regiones de la Tierra Caliente y Costa, sufrían del acoso del crimen organizado, cobro de cuotas o derecho de piso, secuestros y otros abusos.
“Les cobraban cuota a todos los 401 comuneros, dos mil pesos por cada uno, secuestraron a un muchacho y las familias no podían decir nada porque las desaparecían”.
Ahora “el objetivo es un movimiento de autodefensa más amplio”, afirmó uno de los cinco comandantes comunitarios momentos antes de una reunión intercomunitaria sostenida entre miembros de la autodefensa de Aquila con representaciones de Coalcomán y Chinicuila.
“Estamos en comunicación con las guardias comunitarias del municipio de Chinicuila, Tepalcatepec y Coalcomán, estamos tratando de que esto sea más grande porque si nos unimos va a ser en todo el estado de Michoacán”, anticipó.
¿De qué parte está el alcalde?
En tanto, habitantes del municipio de Aquila exigieron que regrese a sus actividades el presidente municipal Juan Hernández Ramírez, quien no despacha en el municipio desde el pasado mes de junio, tras el surgimiento del movimiento “Por un Aquila Libre”.
“Estamos esperando que venga y que nos diga de qué parte está, si de parte del pueblo o de los criminales”, advirtieron miembros de la Policía Comunitaria al alcalde que, dijeron, está amenazado por el crimen organizado y paga plaza a dos grupos criminales distintos.
Enclavado en la región Costa-Sierra de Michoacán, el municipio de Aquila se encuentra bajo resguardo desde hace aproximadamente dos semanas. Grupos de comuneros con armas de grueso calibre, cubiertos del rostro y vestidos con playeras blancas, cuidan cada uno de los accesos, por la autopista y en la sierra.
Una representación de más de una treintena de policías comunitarios reunida en el auditorio de la comunidad indígena de San Miguel de Aquila, aseguró en entrevista para REVOLUCIÓN TRESPUNTOCERO que la conformación del grupo de autodefensa surgió luego de que la comunidad había tenido que aportar una cuota mensual de 700 mil pesos al crimen organizado durante los últimos dos años.
“Nos organizamos porque queremos que haya la libertad y justicia que no se nos había dado. Nos estuvieron robando por mucho tiempo, pero decidimos agarrar las armas porque nadie nos ayudaba y no sabemos qué ha pasado con el gobierno”, afirmó el líder de los comunitarios.
El pasado 24 de julio, aproximadamente un centenar de comuneros tomó la Comandancia en San Miguel de Aquila, no sin antes apresar por algunas horas a los policías municipales, a quienes acusan de nexos directos con el crimen organizado.
“Sabíamos que los policías estaban coludidos con el crimen organizado. Unos días los veíamos vestidos de policía y otros días de sicarios. Y aunque la Presidencia Municipal nunca se tomó, el alcalde se fue”, refirió una de las autoridades comunales.
No obstante, desde el mes de junio comenzó la conformación del movimiento que tomó el control de la cabecera municipal, en acuerdo con la asamblea comunitaria, como aún se realiza por usos y costumbres en San Miguel de Aquila.
“Nos estuvieron robando por mucho tiempo, pero decidimos agarrar las armas porque nadie nos ayudaba y no sabemos qué ha pasado con el gobierno”
Tras señalar que de un mes a la fecha el presidente municipal no despacha en el Ayuntamiento, advirtieron: “Estamos esperando al presidente municipal, que venga porque su Presidencia Municipal está libre. Nosotros no lo corrimos pero creemos que está amenazado”.
Somos comuneros en busca de justicia
Reunidos en el auditorio de la población, un centenar de habitantes acompañados de mujeres y niños, aseguraron que la camiseta blanca con la leyenda “Por un Aquila Libre”, que portan los hombres de la comunidad, es una credencial “porque no somos un grupo de encapuchados nada más, sino comuneros que buscamos justicia”.
A más de un mes de la conformación de su grupo de autodefensa, los logros para la comunidad son no pagar más cuotas al crimen organizado “y que las familias se sienten seguras. Porque pagamos aproximadamente dos mil pesos por comunero y desde que nos organizamos ya no hay más secuestro, no hay más cobro de cuotas”.
La Policía Comunitaria, afirmó uno de sus líderes, “comenzó aquí en la comunidad de Aquila, con diez muchachos y la gente de confianza, pero hoy somos alrededor de 250 hombres armados decididos a defender su comunidad”. Sin embargo, el objetivo es un movimiento de autodefensa más amplio que también incluya todas las comunidades del municipio”, afirmó uno de los cinco comandantes de Aquila.
Los federales “se cansaron y se fueron”
En este contexto, indicaron, el Gobierno Federal fue el único que respondió a su llamado, al enviar 150 elementos de la Policía Federal (PF) para apoyar la seguridad de la población, aunque luego de un tiempo “se cansaron y se fueron”.
Al gobierno del estado le enviaron un mensaje:
“Le invitamos [al gobernador interino Jesús Reyna]a que apoye al movimiento de Aquila, lo estamos esperando. Somos una familia pobre y que sabemos respetar, que venga a platicar con nosotros. Al Gobierno Federal [le damos las]gracias porque ya nos apoyó. A las otras comunidades que se están organizando [les decimos]que estamos dispuestos a apoyarlos”.
“A la sociedad, decirles que somos gente, que somos comunitarios y no parte del crimen organizado. Que se sepa que no somos ni diez ni 30, somos toda la comunidad y su gente que nos respalda, que aquí todos buscamos justicia y vivir en paz”.
Además advirtieron que el surgimiento del grupo de civiles armados no responde a la división de la comunidad, ni mucho menos al problema que la comunidad arrastra con la empresa minera Ternium, sino a un movimiento por la seguridad y en contra del crimen organizado.
En la cabecera municipal la vida transcurre con tranquilidad, los negocios están abiertos y la gente se dice “tranquila”. No obstante, cuentan que hace unos meses ya pocos salían a pasear porque el crimen organizado se había apoderado del municipio: “ellos eran la ley, le decían qué hacer a la gente y hasta la regañaban. Todos tenían miedo”.
Hoy, con normalidad caminan por el pueblo hombres armados, algunos con guaraches, paliacates o el rostro descubierto; todos uniformados de playera blanca, con la leyenda “Por un Aquila Libre”.
“Ahora ellos son la ley, pero no les tenemos miedo, porque son nuestros hermanos, nuestros padres, nuestros esposos. Ellos cuidan al pueblo porque eso es lo que queremos, un gobierno de nosotros como lograron en Cherán y creemos que lo podemos lograr, porque nosotros somos indígenas”, afirmó una de las mujeres de la comunidad desde el puesto ambulante de tacos que atiende en la plaza municipal.
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