Por R. Andrew Chesnut*
El próximo viaje del Papa Francisco a México es sin duda la gira nacional más importante de su dinámico papado. Recordando su papel principal como líder evangelizador, el cardenal argentino se convirtió en el primer Papa latinoamericano como parte de un esfuerzo para revertir la masiva caída católica en la religión, lo que ha estado sucediendo durante las últimas cuatro décadas. A pesar del éxodo masivo de los católicos, sobre todo hacia el pentecostalismo y las filas crecientes de los no religiosos, América Latina sigue siendo el hogar del 40% de los mil millones 300 mil católicos del mundo. Y las gigantes regiones de Brasil y México tienen la primera y segunda mayor población católica del mundo.
El viaje del Papa Francisco a Río de Janeiro para la Jornada Mundial de la Juventud en el 2013 buscó dinamizar la iglesia católica más grande del mundo, que ahora reclama sólo el 61% de la población brasileña. En México, el declive católico no ha sido tan fuerte, con un 81 por ciento que sigue afirmando su identidad católica. Sin embargo, la competencia religiosa más dura, principalmente de los pentecostales y el culto creciente de la santa esquelética, la Santa Muerte, ha sido de gran preocupación para la Conferencia del Episcopado Mexicano desde mediados de la década de 1980.
Ya sea directa o indirectamente, los temas principales de la visita papal tienen como objetivo revitalizar la segunda más grande Iglesia Católica del mundo y aumentar su influencia social y política. En un país donde más de 100 mil personas han perdido sus vidas en la guerra contra las drogas en una década, la narcoviolencia figurará como uno de los temas más destacados durante la visita papal de una semana. A pesar de que no recibe mucha atención de los medios para ello, el pontífice argentino es un luchador importante antidrogas e incluso recientemente advirtió a su país natal de evitar la “mexicanización”, ó la profundización de la producción y la narco influencia.
Dos de las ciudades en su itinerario han sido epicentros de la sangrienta batalla por el control de acceso a los EE.UU., el mercado más grande y más lucrativo de drogas en la tierra. De hecho, la única razón de su visita a la ciudad natal de mi esposa, Morelia, es porque es la capital del estado de Michoacán, donde la virulenta narcoviolencia se ha centrado en Tierra Caliente, región que ha cobrado miles de vidas y ha aterrorizado a la población. Más que unos pocos párrocos en Tierra Caliente han puesto sus vidas en riesgo con sus fuertes condenas hacia los miembros del cartel y a los grupos de apoyo paramilitares de autodefensa destacados en el Documental nominado para los Oscares, Tierra de Cárteles. Si Morelia tiene ahora el primer cardenal en su historia, Alberto Suárez Inda, es porque el Papa de la periferia lo promovió arzobispo desde hace un año, debido en gran parte a sus denuncias frecuentes y vigorosas contra la narco-violencia perpetrada principalmente por los carteles de La Familia Michoacana y Los Caballeros Templarios.
La condena de la narco-violencia y la solidaridad con sus víctimas también será un tema importante en Ciudad Juárez, el famoso pueblo fronterizo que era conocido como Bagdad en la frontera hasta hace poco. La violencia del narcotráfico en combinación con la competencia religiosa podría dar lugar a una condena papal de la Santa Muerte, la santa popular mexicana, que es vista como la principal narco-santa, la figura del cártel de la cultura de la muerte, no sólo por la Iglesia, sino también por los medios de comunicación y el conservador Partido Acción Nacional (PAN), fundado en la década de 1930 por los católicos.
Mientras la narco-violencia es un tema propio de México y de varios otros países, el tema de los migrantes y los refugiados ha estado a la cabeza de la lista en la agenda global del Papa Francisco, ya sea de refugiados sirios en Europa o los inmigrantes latinoamericanos en los EE.UU. En el contexto de la migración mexicana se incluyen dos grupos distintos: los mexicanos que cruzan la peligrosa frontera a los EE.UU. en lugares como Juárez y centroamericanos que huyen de las naciones con tasas mundiales más altas de homicidios, principalmente El Salvador, Honduras y Guatemala, que entran a México a través del estado más al sur, Chiapas, en el camino rumbo al Sueño Americano.
Muchos de nosotros estamos familiarizados con las historias de terror asociadas a los migrantes mexicanos que hacen excursiones peligrosas a través del desierto y, a veces son robados, violados y dejados por muertos por los coyotes sin escrúpulos. Para muchos migrantes centroamericanos, como una de las estudiantes de mi esposa de Honduras que vio como asesinaban a su coyote en Guatemala, las dificultades aumentan exponencialmente con amenazas omnipresentes de robo y violencia en sus viajes a través de América Central y México. Sectores más progresistas de la Iglesia en México han expresado su solidaridad con los migrantes de América Central a través de refugios y obras de Caridad. El Papa Francisco, sin duda, hará un llamado para que se les dé un trato más justo y humano tanto a los centroamericanos en México como los EE.UU. Y para los mexicanos en este último.
Además de sus convicciones cristianas, el lider evangelizador tiene una razón de peso para tener un interés especial en este grupo que es clave para el futuro de la Iglesia Católica en los EE.UU., el cuarto grupo más grande del mundo. Las últimas cifras de la investigación de Pew muestran una reducción sin precedentes de la Iglesia a la afiliación en la última década, pasando de 24% a 21% de la población estadounidense. Si hasta la última década la Iglesia Católica había evitado la caída precipitada frente a los protestantes, como presbiterianos, metodistas y episcopales, fue porque un flujo constante de inmigrantes latinoamericanos, principalmente mexicanos, ha compensado el éxodo de los feligréses euro-estadounidenses de la bancas de la iglesia. Para una Iglesia que está cerca del 40% latina, la reciente inversión de los patrones de migración en la que más mexicanos han regresado a México, de que de los que han llegado a los EE.UU. no augura nada bueno para una Iglesia que sufre su primera pérdida significativa de miembros.
Una de las posibles razones de la lenta decadencia católica en México es la importancia primordial de la Virgen de Guadalupe, la vocación primera de María en todo el mundo tanto en términos de cobertura territorial como en el número de devotos. La Virgen Morena no sólo es la reina de México, sino también Emperatriz de las Américas, velando por los católicos desde Canadá hasta Argentina. Y su supremacía trasciende el ámbito de la religión siendo ella el símbolo más destacado de la mexicanidad. Una frase común en México es “los mexicanos somos 90% católicos, pero 100% guadalupanos. “Desde patinetas y tortillas a los tatuajes de los reclusos, la imagen de la Virgen mestiza es omnipresente en México. A pesar de su afición por la periferia, el Papa argentino, que es fuertemente mariano, visitará la capital del país, la Ciudad de México porque ahí es donde se encuentra la Basílica de la Virgen de Guadalupe. Su visita al santuario será uno de los momentos decisivos de su viaje y de seguro va a aumentar su índice de aprobación con algunos puntos de su actual 72%, que esta cinco puntos por debajo de la popularidad del Papa Juan Pablo II.
Mientras que los cuatro lugares en el itinerario papal tienen su importancia y valor estratégico, Chiapas se destaca como el más crucial. El estado de Chiapas uno de los más pobres, con su mayoría indígena, menos católica, la mayoría protestante y el puerto de entrada para los migrantes centroamericanos encapsula la agenda papal en México. El grupo de mexicanos que más ha abandonado la Iglesia son los pueblos indígenas del país, que constituyen aproximadamente el 10 por ciento de la población. Una parte importante de la razón de la reciente canonización de San Juan Diego, a pesar de la evidencia de que nunca existió, era tener un santo indígena que pudiera ayudar a la retención de miembros entre los mayas, nahuas, purépechas y decenas de otros pueblos nativos. San Juan Diego no se hizo un santo tan popular y no ha logrado contener la continua conversión de los católicos indígenas al pentecostalismo. El 23% de los chiapanecos son protestantes, predominantemente pentecostales, y el 64% son católicos. En muchos sentidos, el panorama religioso de Chiapas se asemeja más al vecino de México de Guatemala. A diferencia de la competencia protestante, la Iglesia Católica ha sido lenta para reclutar y entrenar a sacerdotes indígenas que puedan ministrar a sus rebaños en sus idiomas nativos.
En un esfuerzo por llegar a las comunidades mayas de Chiapas, el Papa Francisco, sin duda, resaltará el papel del gran dominico “Protector de los indios,” Bartolomé de las Casas, por el cúal la histórica ciudad chiapaneca de San Cristóbal de las Casas es nombrada parcialmente. Muchos teólogos de la Liberación de América Latina apuntan a Bartolome De las Casas como el padrino de su teología principalmente católica hacia la cual Francisco ha gravitado cada vez más en los últimos tres años. Esta controvertida teología postula una opción preferencial por los pobres y la construcción del reino de Dios aquí en la tierra en forma de sociedades más justas y equitativas. Liderados por el liberacionista obispo Samuel Ruiz, San Cristóbal de las Casas estaba en el centro de la Teología de la Liberación en México durante su apogeo en la década de 1980. Algunos de los guerrilleros zapatistas que tomaron las armas contra el gobierno en Chiapas en 1994 fueron influenciados por sus ideas liberacionistas.
Habiendo observado de cerca su papado, especialmente aquí en la Unión Americana, estoy intrigado de ver cómo su ambiciosa agenda se desempeña en tierras mexicanas. Estoy seguro de que, por las razones exploradas anteriormente, su viaje uno de los bastiones del catolicismo mundial será recordado como uno de los más importantes del papado, sin precedentes, del Papa Francisco.
* R. Andrew Chesnut. Chaired Professor of Religious Studies, Virginia Commonwealth University
Traducción: Dra. Fabiola Lopez-Chesnut
Fuente: Huffington Post