Por Francisco Javier Pizarro Chávez
El proceso que se ha generado en torno a la elección presidencial de 2024, ha detonado una aguda confrontación del sistema de partidos y el electoral, esto es, de la democracia representativa, pero también, de la democracia participativa de la consolidación del neoliberalismo de los grandes magnates, en contra la 4ta transformación del pueblo.
De entrada, la más convulsa es en torno a las reformas recientes del órgano electoral y también del poder legislativo.
Como era previsible, el presidente del INE Lorenzo Córdova y su secretario Ciro Murayama y, los partidos de la derecha, pusieron el grito en el cielo. Sin fundamento alguno, divulgaron a diestra y siniestra que la reforma electoral y legislativa promulgada por la democracia participativa por el presidente de la República, iba a “cancelar el INE”, lo que es una abrupta falacia.
Reitero una vez más. El mandatario de la República, lo que propuso literal y jurídicamente, fue “reducir las prerrogativas partidistas; adelgazar el Congreso, elegir a los consejeros y magistrados; desaparecer los institutos electorales estatales y transformar el INE en un Instituto Nacional Electoral y de Consultas (INEC)” no solo de la democracia representativa, sino también de la democracia participativa de los ciudadanos y el pueblo.
El otro rubro más complejo e incluso agresivo, es la confrontación socioeconómica y política vigente del Neoliberalismo en contra de la 4ta. Transformación que tanto les preocupa.
Para ellos, el pueblo, es indudablemente intrascendente. La democracia participativa del pueblo y la gobernabilidad del Estado no les interesa. Lo suyo es asumir la gobernanza de la Iniciativa Privada.
El contexto sociopolítico promovido por el presidente de la República en lo que resta de su sexenio, va en contra de la corrupción y la impunidad; la inseguridad y violencia de la población; la desigualdad social, el enriquecimiento de los de arriba y la pobreza de los de abajo, y el rescate de la soberanía del país, todo lo cual forma parte de la premisa fundamental de la 4ta Transformación, que se sustenta en el pueblo, no en el poder hegemónico de los magnates neoliberales nacionales y transnacionales.
La consulta popular de la democracia participativa es un eje fundamental de la consolidación de la conciencia social del pueblo la cual es la base de la 4ta Transformación.
Las tres primeras transformaciones históricas fueron otras muy complejas: La independencia de la Conquista de España que esclavizó a las comunidades indígenas, fue impulsada por Miguel Hidalgo y Morelos; la Reforma Liberal fue encabezada por el Benemérito, Benito Juárez y la Revolución Mexicana de 1910-17 encabezada por Francisco I Madero, Emiliano Zapata, y Francisco Villa.
Ahora la 4ta Transformación, postulada por AMLO desde el inicio de su mandato está ya en un proceso la consolidación de la conciencia social y el bienestar del pueblo, no del autoritarismo, la dictadura y la violencia como proclaman sus adversarios.
Los cambios sociales de fondo corren a cargo de los pueblos, no de los gobernantes, sino de la conciencia social de los mexicanos, en bien de la transformación soberana de nuestra nación; la consolidación de la justicia, los derechos humanos, la honestidad e impunidad de los ciudadanos y la ética de quienes nos gobiernan.
Referí el encabezado “Merequetengue”, “de la INEC y la 4ta Transformación” porque el significado de los partidos opositores y las políticas neoliberales de los grandes magnates nacionales y trasnacionales, desdeñan la democracia participativa del pueblo, a la que califican como una “situación o asunto confuso, lío desordenado, problemático o difícil de resolver”, con el fin de que a la mayoría de los ciudadanos electoreros no se sumen a la gobernabilidad de la 4ta Transformación, sino a la Gobernanza del Sector Privado del Neoliberalismo.
Veremos y diremos, si les cae el “veinte” a nuestros lectores—como se decía en mis años de adolescencia—a la 4ta Transformación o a la hegemonía neoliberal que enfrenta una crisis mundial sumamente aguda.
Lo dejo a su criterio, ya sea positivo o negativo.