Mario Villanueva sale de prisión en EU y lo deportan a México

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El exmandatario llevaba 14 años encarcelado por narcotráfico, seis de ellos en Estados Unidos

Mario Villanueva sale este viernes de la prisión de Lexington, Kentucky, luego de cumplir una sentencia por lavado de dinero, y será entregado al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) de Estados Unidos, que lo deberá deportar a México próximamente.

Así lo anunció el propio ex Gobernador de Quintana Roo en documentos a los que el diario mexicano Reforma tuvo acceso.

“Seré liberado este viernes 23 de diciembre, pero por ser extranjero, las autoridades de migración (ICE) me deportarán a México con un trámite de una semana a un mes”, refiere.

A Villanueva le espera la cárcel en México, pues tiene pendiente una condena demás de 20 años por lavado de dinero y delitos de fomento al narcotráfico.

“Voy a la cárcel, pero ignoro a cuál y dónde. En México continuaré la lucha por demostrar mi inocencia”, indica.

El ex Mandatario suma casi 16 años en prisión tanto en México como en EU, por sus nexos con el Cártel de Juárez, liderado entonces por el capo Alcides Ramón Magaña.

El ex Gobernador solicitará a las autoridades mexicanas, una vez que sea entregado por Estados Unidos, cumplir en prisión domiciliaria la pena que tiene pendiente en nuestro País.

“Llegando a México solicitaré que se me otorgue el beneficio de compurgar la pena en el domicilio en lugar de la cárcel”, informó.

En 2008, Villanueva fue sentenciado a 36 años y 9 meses por distintos cargos de narcotráfico, pero según el ex político priista, la pena quedó en 22 años 7 meses luego de apelaciones y amparos.

El ex Mandatario vinculado al Cártel de Juárez ya no compurgó esta condena, pues fue extraditado a EU en 2010.

Según la correspondencia, Villanueva alegará motivos de salud -enfermedades graves y crónicas- para solicitar la prisión domiciliaria.

Afirma que tiene padecimientos respiratorios y artritis, entre otras enfermedades, por lo que requiere de aparatos y equipos especiales, además de distintos medicamentos.

“Las autoridades de los Estados Unidos me entregaron mi expediente médico con la recomendación de que en México se me proporcionen condiciones médicas similares a las que aquí se me dan, pues de otro modo no se garantiza mi salud, llevaría muy mala calidad de vida con sufrimiento físico, y viviría menos.

“Ya que mis enfermedades son calificadas como graves y crónicas, por lo que el Gobierno de los EU me tiene en una prisión hospital con la mejor atención médica, disponible las 24 horas del día.

En ninguna cárcel federal de México hay las condiciones para proporcionarme la atención médica que necesito, deberían llevarme directamente a mi casa, pero no será así”, menciona.

Villanueva entregaría un expediente médico de más de cinco mil hojas elaborado en EU, que, según la correspondencia, detalla enfermedades, tratamiento médico, medicinas, análisis y recetas.

“Describiendo la situación de mi salud, que se considera grave, de nivel 3. Solo hay un nivel superior, que es el 4, para enfermos terminales”, refiere.

El hombre de 68 años solicitará el beneficio con base en el artículo 55 del Código Penal Federal, que prevé prisión domiciliaria para imputados mayores de 70 años o con una enfermedad grave o terminal.

También se puede otorgar el beneficio cuando sea “notoriamente innecesario” que esté en prisión, por senilidad o por haber sufrido “consecuencias graves en su persona”.

“El costo de la maquinación perversa en mi contra ha sido muy duro. Hace 17 años y 9 meses salí de mi casa, estuve 2 años y 2 meses jurídicamente prófugo, pero en realidad me refugié porque peligraba mi vida.

“Llevo poco más de 15 años y 7 meses en la cárcel, mi familia y yo hemos sufrido grandes humillaciones, se ha perdido casi todo el patrimonio y, lo más importante, que es la salud, se encuentra muy deteriorada, la de mi esposa y la mía”, afirma.

Villanueva considera que, por su perfil, debe llegar a una cárcel de mediana seguridad. En caso de llegar a un penal federal, solicitará su traslado al Cereso de Chetumal, o bien, al Reclusorio Norte de la CDMX.

Fuente: Reforma

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