Por Álvaro Delgado
Dos años y dos meses duró el chantaje de Felipe Calderón al Partido Acción Nacional (PAN): Margarita Zavala es la candidata presidencial o nos vamos.
Y ya se van.
¿A dónde? A la aventura de Zavala como candidata “independiente” que, por sí misma y aun con el sector del PAN que iría con ellos, sólo podría resultar en una copia de Josefina Vázquez Mota o –esto es lo interesante– a ser el Plan B de Enrique Peña Nieto, acreditado el amasiato que ha habido entre éste y Calderón desde el 2006.
Margarita bien podría exigir también el método de elección que le negó el PAN: Una elección abierta para enfrentar a José Antonio Meade, el otro candidato de Peña-Calderón, el otro candidato del PRIAN. Más allá de cuál sea la dirección que tome la pareja Margarita-Calderón, que tiene quizá un tercio de la militancia del PAN, a este partido se le abrirá un boquete que lo debilita en sí mismo y, en consecuencia, a la naciente alianza con el PRD y Movimiento Ciudadano, llamado Frente Ciudadano por México, un traje a la medida de la candidatura presidencial de Ricardo Anaya y del que se aferra el perredismo para no morir.
Y por tanto la renuncia de Zavala-Calderón, así como sus secuaces en las dos cámaras del Congreso y en los estados, no sólo opera en beneficio de Peña y del PRI, a quienes el Frente Ciudadano por México los consolidaba en tercer lugar, sino de Andrés Manuel López Obrador, cuya alianza PAN-PRD-MC también lo tenía aturdido.
En una contienda en la que habrá por lo menos cuatro candidatos “independientes”, incluida Zavala, y tres de las coaliciones, el voto consolidado de cada fuerza es fundamental, y con la renuncia de la esposa de Calderón y sus huestes el que más se debilita es el proyecto de Anaya.
La elección de junio del próximo año tiene, como ninguna otra, variables e imponderables cuyo desenlace es incierto, pero lo que queda claro es que por fin se va Calderón del PAN, amenaza que hizo por la ambición de imponer a su mujer como candidata, pero que ya venía desde 2010, cuando perdió el control del PAN.
Y una curiosidad: Las dos parejas presidenciales que ha tenido el PAN terminaron renegando de su militancia por la misma razón: Marta Sahagún, esposa de Vicente Fox, renunció resentida porque le fue cerrado el paso para ser candidata presidencial, exactamente lo mismo que ahora hace Margarita, consorte de Calderón.
Ambiciosas, conservadoras, más allá de sus estilos personales, Sahagún y Margarita jamás ganaron una sola elección: La única participación de Marta fue como candidata a alcaldesa de Celaya, Guanajuato, en 1994, y fue derrotada, y Zavala una sola vez se postuló, para ser dirigente juvenil, en 1992, y perdió siendo su coordinador Calderón…
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Fuente: Apro