Por Álvaro Delgado
Yunes está bajo investigación del fiscal Alejandro Gertz, con base en dos denuncias presentadas por la Unidad de Inteligencia Financiera
Era junio de 2011 y el espectáculo fue grotesco: Elba Esther Gordillo, la poderosa líder sindical, cruzaba acusaciones de corrupción con dinero público con Miguel Ángel Yunes, director general del ISSSTE durante los tres primeros años del gobierno de Felipe Calderón, a quien ambos, todavía desde el PRI, apoyaron en la sucia elección de 2006.
Gordillo acusaba a su pupilo, a quien llegó a ver como su prospecto presidencial, de haber saqueado del ISSSTE 50 mil millones de pesos, entre 2007 y 2010, y por ello pidió a Calderón realizar auditorías para acreditar los manejos.
La respuesta de Yunes fue acusarla también de corrupta: la lideresa le había exigido al inicio del gobierno de Calderón, en febrero de 2007, la entrega de 20 millones de pesos mensuales del ISSSTE para el partido Nueva Alianza y, en 2009, le pidió 300 millones para financiar campañas.
“Yo nunca fui su súbdito ni acepté ser su cómplice. Soy un hombre honorable, lo he sido toda mi vida y por ello no permito que ella, la reina de la corrupción, ni nadie venga a los medios a señalar que estamos ante evidencias de malos manejos”, respondió Yunes, quien se dijo dispuesto a ser auditado.
No sólo no hubo las auditorías, sino que el asunto se pudrió luego de que Calderón lamentó “un espectáculo así” y trató de conciliar a ambos.
“Respeto mucho a la maestra, pero hay cosas que precisar: con el SNTE tenemos una alianza abierta que es la Calidad Educativa desde la campaña de 2006, por mediación de Miguel Ángel Yunes”.
Diez años después, luego de que fue gobernador de Veracruz y a un mes y medio de la elección, Yunes está bajo investigación del fiscal Alejandro Gertz, con base en dos denuncias presentadas por la Unidad de Inteligencia Financiera por presunto enriquecimiento ilícito y operaciones con recursos de procedencia ilícita. Contra Yunes se integraron, en 2015, dos indagatorias también por esos dos delitos y también por peculado, cuando la procuradora era Arely Gómez, pero el gobierno de Enrique Peña Nieto lo protegió y ahora acusa persecución política. Acusado hasta de pederastia en el libro Los demonios del Edén, de Lydia Cacho, Yunes es un personaje siniestro que ha tenido la habilidad de servir a los gobiernos del PRIAN desde Carlos Salinas, cuando como secretario de Gobierno de Veracruz fue un duro represor de la izquierda y mandó a homosexuales a ridiculizar a Cuautémoc Cárdenas, hasta Peña Nieto. En el gobierno de Ernesto Zedillo fue director de Prevención y Readaptación Social y asesor de la Subsecretaría de Seguridad Pública, en la Secretaría de Gobernación, y en esa condición fue vinculado a la fuga de Joaquín El Chapo Guzmán, al mes del inicio del gobierno de Vicente Fox.
Con Fox fue subsecretario de Seguridad y con Calderón, su amigo hasta ahora, fue director del ISSSTE, cuyo saqueo se investiga. Un antecedente lo involucra: el encargado de Finanzas, Jesús Villalobos, cometió un daño patrimonial al organismo por 300 millones de pesos, en 2009, cuando Yunes era director…
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Fuente: El Heraldo de México