Lorenzo Zambrano, presidente de Cemex; Germán Larrea, de Grupo México; Antonio del Valle, de Mexichem; Álvaro Fernández Garza, de Grupo Alfa; Carlos Slim, de Carso… Los magnates que en la década de los noventa del siglo pasado se beneficiaron de la política privatizadora de Carlos Salinas de Gortari, ahora son los principales voceros del presidente Enrique Peña Nieto y de su iniciativa de reforma energética.
Por Arturo Rodríguez García/ Proceso\
Beneficiarios de los negocios al amparo del poder, los magnates salinistas promueven la reforma energética que propuso el presidente Enrique Peña Nieto y se disponen a sacar su tajada de la apertura al capital privado, eje central de la iniciativa.
Se trata de empresarios, dirigentes de cámaras y organismos patronales, magnates del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios (CMHN) y, señaladamente, la élite regiomontana. Favorecidos por las privatizaciones de la banca y las paraestatales en los años noventa, en algunos casos ascendieron en la lista de los más adinerados del mundo.
Ahora se disponen a entrar o a ampliar su participación en los negocios del petróleo y la electricidad, como lo hicieron antes en la banca y las paraestatales. Todos ellos hacen eco del discurso presidencial para ensalzar las modificaciones a la Constitución que impulsa el PRI.
El 12 de agosto, cuando se presentó la iniciativa de reforma energética de Peña Nieto en Los Pinos, asistieron pocas personas ajenas al gobierno o al PRI. Por eso destacó la presencia de Lorenzo Zambrano, uno de los más opulentos empresarios del país.
“La iniciativa de reforma energética aportará dinamismo a nuestra economía, al promover la inversión y la generación de empleos”, escribió el millonario en su cuenta de Twitter. Zambrano preside Cemex, la empresa cementera que despuntó a nivel mundial en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, cuya campaña electoral financió y promovió entre los empresarios en 1988 (Proceso825).
Si bien los capitalistas de Monterrey fueron influyentes durante muchos años, durante el gobierno de Salinas expandieron sus corporativos gracias a las privatizaciones industriales y bancarias, además de los ingentes beneficios fiscales de los que disfrutan hasta la fecha.
Su peso político fue tal que obtuvieron posiciones en el gabinete de Vicente Fox, y si bien quedaron prácticamente descobijados en el de Felipe Calderón, mantuvieron prebendas.
(Fragmento del reportaje que se publica en Proceso 1921, ya en circulación)