Por Álvaro Delgado
Harto de quienes critican su “protagonismo” como portavoz de los científicos que diseñan y conducen la estrategia del gobierno de Andrés Manuel López Obrador para enfrentar el coronavirus y le reclaman hasta por inspirar “memes” y aparecer en Hola, Hugo López-Gatell pasó al terreno político al ventilar supuesta “corrupción” en el entorno de Felipe Calderón en la pandemia del AH1N1, en 2009.
Como parte de una campaña de medios que comenzó con la entrevista con Javier Alatorre, quien llamó a desobedecer la infomación oficial, el subsecretario lanzó en La Jornada un obús político al comparar la estrategia en curso con la de Calderón, primero, en coordinación.
“Lo segundo es la corrupción, así de simple: El no tener corrupción hace una diferencia inmensa, todo”, sentenció quien fue director de Epidemiología con Calderón y quien acusó, sin dar nombres, que personajes “de Los Pinos” presionaron a funcionarios de Salud para comprar insumos.
“Nos enteramos que la presión venía porque a nivel presidencial ya se habían comprado miles, no sé cuántas, de pruebas rápidas. Entonces la presión era para que los técnicos convalidáramos una decisión no técnica tomada por otras razones. Alcohol-gel, termocámaras, mascarillas, varios elementos del equipo de protección personal, plataformas informáticas. ¡Uff, era como enjambre! ‘Es que la compañía tal viene de tal lugar, es que el secretario…’ Teníamos la presión de Los Pinos, de las compañías que eran de algún amigo de o estaban recomendadas por alguien más”.
La entrevista fue publicada en viernes y hasta el lunes no había reacción de Calderón ni del trío que centralizó toda la estrategia ante el AH1N1: Patricia Flores, jefa de la Oficina de la Presidencia; Ernesto Cordero, secretario de Desarrollo Social, y Rafael Giménez, coordinador de Opinión Pública.
La única referencia se produjo el 29 de marzo, cuando Cordero acusó en Twitter: “En 2009, ante la incompetencia de López-Gatell, la Sedesol tuvo que organizar el sistema de diagnóstico. Gracias a eso tuvimos información confiable y tomamos las decisiones correctas”.
Y sí: Gracias al decreto del 25 de abril de ese año, que consideraba la suspensión de garantías, Cordero junto con Flores compró, sin límite, lo que quiso y sin rendir cuentas, porque era el delfín de Calderón.
Giménez era el interlocutor con gobernadores y armaba la base de datos de infectados y muertos, junto con el Cisen, cuyas cifras oficiales fueron “manipuladas”, acusó el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud con Calderón, Mauricio Hernández Avila.
Este actual funcionario del IMSS afirmó en abril de 2019, en Milenio, que no hubo mil 289 muertos y 72 mil 546 infectados por la pandemia, sino que, de abril a noviembre de 2009, fueron 9.5 millones de contagiados y más de 8 mil muertos.
“Se manipularon las cifras, notificaron lo que quisieron y espero esto cambie en este gobierno, que se notifique lo que es y no un mínima muestra, un cachito”.
Esto apenas empieza.
Fuente: El Heraldo de México