Mientras suben de tono las tensiones entre Estados Unidos y Corea del Norte, un submarino nuclear se acercó ayer a las aguas del país asiático.
El USS Michigan arribó ayer a la península de Corea del Sur, de acuerdo con la BBC, y se prevé que sea respaldado por el portaaviones Carl Vinson y una flota militar en los próximos días.
Esto, como una manera de presionar a Pyongyang, que insiste en realizar pruebas de misiles balísticos y continuar con su programa nuclear.
En tanto, de acuerdo con oficiales cercanos a Donald Trump, el presidente convocó para mañana una reunión atípica con el Senado y los secretarios de Estado, Defensa, y el director de Inteligencia Nacional.
Si bien los legisladores suelen reunirse con funcionarios de seguridad cotidianamente, es inusual que se reúnan con la Cámara alta completa.
Ayer, el mandatario escaló la tensión con el país asiático, al afirmar que el Consejo de Seguridad de la ONU debe estar preparado para imponer sanciones adicionales y más fuertes a los programas nucleares y de misiles balísticos de Corea del Norte.
“La situación en Corea del Norte es inaceptable y supone una verdadera amenaza para el mundo, queramos hablar de ello o no”, comentó Trump durante un almuerzo de trabajo en la Casa Blanca con los Embajadores de los países miembros del Consejo de Seguridad de la ONU.
Durante el fin de semana, Trump mantuvo conversaciones telefónicas sobre Corea del Norte con el primer ministro japonés, Shinzo Abe, y con el Presidente chino, Xi Jinping, según la Casa Blanca.
Xi reiteró al mandatario estadounidense que China se opone a cualquier acción contraria a las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, según un comunicado del ministerio de Relaciones Exteriores chino.
“Beijing espera que todas las partes involucradas ejerzan moderación y eviten hacer algo que empeore la tensa situación en la península”, dijo el presidente chino en una cita recogida en el comunicado.
Pese a la llamada, los países no rebajaron el tono. Pyongyang expresó que el despliegue del portaaviones USS Carl Vinson era un acto extremadamente peligroso por parte de quienes, acusó, planean una guerra nuclear para invadir a Corea del Norte.
“Estados Unidos debe considerar cuidadosamente cualquier consecuencia catastrófica de su insensato acto de provocación militar”, dijo Rodong Sinmun, el periódico oficial del gobernante Partido de los Trabajadores de Corea del Norte.
La urgencia con que Trump está abordando el tema coincide con los temores de varios expertos ante lo que estiman es una rápida escalada de la capacidad nuclear de Corea del Norte.
Aunque ante la cerrazón del país es imposible verificar qué tan avanzados están en el desarrollo de bombas nucleares, expertos estiman que en algunos años podrían alcanzar Estados Unidos.