En Alemania, muchos municipios y comunidades informan que están llegando a sus límites a la hora de acoger y atender a refugiados. El representante de la minoría de frisones y daneses en el norte del país, Stefan Seidler, de la “Asociación de votantes del Sur de Schleswig” (SSW) dijo a DW: “Lo que puedo decir ahora, desde mi punto de vista, es que los municipios se enfrentan a una enorme tarea que difícilmente pueden afrontar. Lo que necesitamos es el apoyo del Gobierno federal”.
El político Wanderwitz, en cambio, lo ve de otra manera: “Por un lado, las cifras han disminuido. Y por otro lado, creo que se exageró el asunto. De hecho, sólo conozco a políticos municipales que dicen que aquí las cosas son mucho menos graves que en 2014 o 2015”.
Nouripour señaló que las cifras podrían volver a aumentar en los próximos años: “Sabemos que la situación en Ucrania podría generar más refugiados y vemos que uno o dos conflictos en Oriente Medio pueden escalar aún más”.
“El mayor problema que tenemos es que en este país nuestra economía tartamudea. Y eso afecta realmente a los cimientos y a la viabilidad futura. El gran problema es que los que hacen andar la economía han perdido la confianza en la política”.
Y los motivos son los altos precios de la energía, el alto nivel salarial alemán, la ruinosa infraestructura, la abrumadora competencia de China. Pero también la falta de trabajadores cualificados y la creciente burocracia. Omid Nouripour, exjefe de Los Verdes, dijo a DW: “Tenemos una doble crisis, tanto económica como estructural. Esto se puede comprobar en el hecho de que los aparatos de fax siguen siendo un medio de comunicación de primer nivel en los departamentos de salud. Y esto se puede ver también en el atasco de las inversiones en este país”.
Además, se producen ataques desde el exterior, a menudo desde Rusia, a infraestructuras como, por ejemplo, a la red eléctrica. “Lo más importante es proteger la infraestructura crítica. Tenemos demasiadas vulnerabilidades en el área. Y hay demasiados actores que están atacando la infraestructura crítica”, afirmó Nouripour.