En lo que va de año, 1.700 inmigrantes africanos han muerto ahogados tratando de llegar a Europa cruzando el Mediterraneo, convertido en la ruta ilegal de migración más peligrosa del mundo.
La última tragedia se produjo el sábado pasado cuando se presume que hasta unas 700 personas murieron después de partir de Libia a bordo de un precario barco.
La emergencia humanitaria ha llevado a la Unión Europea a decretar un plan de 10 puntos en un intento para atajar el problema.
Tambien en América miles de personas se movilizan desde el sur, el Caribe o Centroamérica para entrar ilegalmente a otros países, principalmente a Estados Unidos.
En esas travesías enfrentan robos, extorsiones, abusos y muchos de ellos han perdido la vida.
Corredor de México a EE.UU.
Considerado como el punto migratorio más caliente del continente, por el corredor que atraviesa México hacia Estados Unidos pasan 12,2 millones de inmigrantes al año, el 6% mundial, según el informe de las migraciones en el mundo de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
“De Centroamérica hacia la frontera sur de Estados Unidos es el corredor más voluminoso y también más peligroso”, señaló a BBC Mundo Ezequiel Texido, de la oficina regional de Enlace y Políticas de la OIM.
Los estados del sur de México son importantes áreas de tránsito para los migrantes en situación irregular, en su mayoría procedentes de Centroamérica, como El Salvador, Guatemala y Honduras.
Las autoridades mexicanas calculan que unos 150.000 del total de migrantes que pasan por su territorio proceden de estos países.
Las partes más peligrosas son las que pasan por los estados Veracruz y Tamaulipas, explica a BBC Mundo, Maureen Meyer, de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA).
Son zonas controladas por el cartel de los Zetas y los inmigrantes se enfrentan a maltratos, extorsión, amenazas, secuestro y abusos físicos o sexuales.
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Desde que en 2007 se escinden del Cártel del Golfo “empezaron a utilizar los migrantes como una mercancía muy lucrativa y empiezan a abrir unas rutas muy claras que siguen manejando de trata de mujeres para explotación sexual y trata de inmigrantes para cruzar droga, principalmente en el Rio Bravo a algunos lugares de Texas “, cuenta a BBC el escritor salvadoreño Oscar Martínez.
“La bestia”
Martínez documentó en el libro “Los inmigrantes que no importan”, publicado en inglés como “La Bestia”, el recorrido que hacen los migrantes que viajan montados como polizones en un tren de carga que atraviesa México de sur a norte.
Desde el secuestro hasta la extorsión de las mafias que les exigen dinero para continuar la ruta o de lo contrario ser arrojados en marcha del tren, una práctica deja unos 200 mutilados al año, según cifras del Instituto Mexicano de Migración (INM).
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Las ONG calculan que estos inmigrantes suponen aproximadamente un 20% del total que atraviesan México de forma ilegal.
Entre ellos se encuentran los más vulnerables, que no pueden pagar un medio de transporte o a un “coyote”, un traficante al que pagan entre US$6.000 y US$8.000 por ayudarles a llegar a EE.UU..
Nuevas rutas
Desde que el Gobierno mexicano anunció el Programa Frontera Sur en julio de 2014, para combatir la migración ilegal, las ONG han detectado un cambio en las rutas migratorias.
“Hay una recomposición de las redes criminales”, indico Meyer, que señaló que todavía están intentando mapear las nuevas tendencias.
Éstas incluyen caminos a pie desde el sur, vehículos particulares de “coyotes” para tratar de pasar desapercibidos, y el uso de balsas desde la costa de Guatemala hasta Oaxaca, para evitar el conflictivo estado de Chiapas.
Muerte en el desierto
El desierto es el siguiente escollo antes de llegar a EE.UU.
La Patrulla Fronteriza de EE.UU. localiza anualmente unos 400 cadáveres en la frontera sur, en el Valle del Río Grande.
La parte del desierto de Arizona, donde el año pasado encontraron al menos un centenar de cadáveres, es la que más preocupa a los activistas.
“Es un desierto con temperaturas extremas, de calor y frío, con muchas montañas, y es muy fácil perderse”, señala Meyer.
Es imposible saber con certeza el número de personas que mueren.
Tanto el desierto o como el mar, se convierten en cementerios silenciosos.
El estrecho de Florida
Son apenas 150 kilómetros pero en el estrecho que separa EE.UU. de Cuba se ha cobrado cientos de vítimas.
La organización Cuba Archive ha documentado en los últimos quince años 1.154 muertes o desapariciones en intentos de salida, la mayoría por mar.
“Aunque estamos convencidos de que hay decenas más”, indicó a BBC su directora ejecutiva, la activista María Werlau.
En 2014, la Guardia Costera de EE.UU. registró un flujo de 2.059 cubanos en embarcaciones.
En Panamá, desde mitad de 2011 las autoridades detectaron la presencia de inmigrantes cubanos entrando al país por Colombia a través de la selva del Darién.
Muchos de los cubanos primero llegan a Ecuador, donde no necesitan visa, y desde allí continúan su viaje por Colombia, Centroamérica y México rumbo a los Estados Unidos.
El canal de la Mona
Es una ruta menor, pero también peligrosa porque en el canal de la Mona (de unos 160 kilómetros) que separa las islas de Puerto Rico y La Española.
Tradicionalmente fue utilizado por los dominicanos pero ahora también cubanos y haitianos están recurriendo a esa ruta para llegar a Puerto Rico.
Los cubanos eligen esta opción “porque una vez que tocan tierra están en territorio estadounidense y en el caso de los cubanos suelen ser admitidos legalmente” por la ley de ajuste, según explicó a BBC Jorge Duany, director del Cuban Research Institute de la Florida International University (FIU).
Según datos de la Guardia Costera de EE.UU. el pasado año detectó 949 haitianos y 293 dominicanos.
Aunque es un trayecto corto, las embarcaciones pueden desorientarse y perderse en el mar. Además, es una zona de tiburones.
De Haití al continente
La costa noroeste de Haití es el principal punto de partida para los migrantes irregulares que desean llegar a las Bahamas, Islas Turcas y Caicos, o los Estados Unidos.
Con frecuencia, estos cruces “son organizados por traficantes sin escrúpulos en embarcaciones inseguras y desvencijadas, donde los pasajeros enfrentan violencia, hambre, violación, cárcel y repatriación, y a veces incluso la muerte en el mar”, según indicó la OIM al presentar una campaña de concienciación el pasado enero.
Muchos de los migrantes haitianos tratan de llegar a Brasil a través de Perú y de Bolivia, aunque en menor medida.
Fuente: BBC Mundo